El Cuaderno

12 de noviembre de 1651. Natalicio de Juana Inés de Asbaje Ramírez de Santillana.

  • Día Nacional del libro.

“Nunca se termina de aprender a leer.

Tal vez como nunca se termine de aprender a vivir”.

Jorge Luis Borges

Por: Arturo Pimentel Báez/ Jacqueline Pimentel Cabrera.

          Juana Inés de Asbaje Ramírez de Santillana, mejor conocida como Sor Juana Inés de la Cruz, nace en San Miguel de Nepantla un 12 de noviembre, pero del año 1651, hija del español Pedro Manuel de Asbaje y de la criolla Isabel Ramírez de Cantillana.

          En el siglo XVII, un ejemplo de la femineidad criolla de la Nueva España es Sor Juana Inés de Asbaje y Ramírez de Santillana o Sor Juana Inés de la Cruz; aprendió a leer y escribir desde los tres años de edad, se dice que los trabajadores indígenas de la hacienda de su abuelo le enseñaron náhuatl.

Heredera de la vasta biblioteca de su abuelo, textos y enciclopedias de escritores griegos, latinos y españoles, se convirtió en una asidua lectora.

Siendo una adolescente, a sus 15 años de edad, es aceptada en la corte del virrey Antonio de Toledo y Salazar, supero las interrogantes cuestiones hechas por 40 doctores en teología, filosofía y humanidades; a sus 17 años escribía y hablaba latín, ingreso al convento de la orden de las jerónimas y se impuso realizar estudios de Filosofía… ¿Cómo sin lógica sabría los métodos generales y particulares con los que está escrita la sagrada escritura?… ¿Cómo sin retórica entendería sus figuras, tropos y locuciones? … ¿Cómo sin la física, biología, matemáticas y química, tantas cuestiones de la naturaleza y los animales sacrificados y sus símbolos?

Sin lugar a dudas, Sor Juana Inés de Asbaje y Ramírez de Santillana, ha sido la inspiración de la educación femenina, desde la fundación del colegio de San Ignacio de Loyola, conocido en el siglo XVIII “de las Vizcaínas”.

Su obra poética y literaria está en el contexto de la modernidad abarcó romances, sonetos, liras, endechas un tipo de elegía funeraria, redondillas, décimas, villancicos, obras de teatro y prosa. Su primer libro de poesía se publicó en España, en 1689, con el título de “Inundación castálidas”. Y su más famoso y polémico poema largo, “Primero sueño”, se publicó en 1692. Muere en 1695 víctima de la enfermedad epidémica de la época, el tifus.

Por las virtudes vertidas de esta mujer ejemplar de las letras Juan Inés de la Cruz, el 12 de noviembre de 1980, se estableció en México por vez primera el día Nacional del Libro con el propósito de transmitir la importancia que tiene la lectura y el acceso a los libros en beneficio de la sociedad.

En este mes otro personaje importante es Joaquín Fernández de Lizardi, mejor conocido como “El Pensador Mexicano”, quién nace un 15 de noviembre de 1776 en la ciudad de México. Hijo de don Manuel Fernández de Lizardi médico y de la señora Bárbara Gutiérrez. Joaquín realizó sus estudios en el seminario de Jesuitas en Tepotzotlán. Estudioso de Latín y filosofía en el colegio de San Idelfonso, también realizo estudios de Teología.

En el año de 1812 estando en Taxco como funcionario teniente de justicia al entrevistarse con José María Morelos y Pavón, Fernández de Lizardi simpatizó con el movimiento de Independencia y le hizo entrega de armas, municiones y pólvora, por lo que fue arrestado por el gobierno realista y llevado preso a la ciudad de México.

Al obtener su libertad fundó el celebre periódico “El Pensador Mexicano”, cuyo nombre sería su seudónimo a través del cual proclamo la libertad de imprenta hecho que provoco lo encarcelaran. Entre las obras que escribe estando prisionero 1815 “Alacena de frioleras”, 1819 “Ratos entretenidos”, 1820 “El conductor eléctrico”. Escribió para teatro y novelas numerosas obras y folletines, de las cuales las más conocidas son “El Periquillo Sarmiento” y la “Quijotilla y su prima”, “Don Catrín de la Fancheda” y “Noches tristes y días alegres”. Muere en la ciudad de México un 21 de junio de 1827.

Este mes de noviembre nos obsequia el natalicio de dos personajes ilustrados que nos invitan a realizar un acto intelectual importante el de “Leer y Estudiar”. En relación con esta idea, la palabra “estudio” y el verbo “estudiar” vienen del latín. El sustantivo “studium” en latín significaba “empeño”, “afición”, “afán” (sobre todo, afán de aprender “studium descendí”). También el estudio era el desvelo o el afecto por alguien (“studia habere alicuius” era “gozar del afecto de alguien”). Hablar de estudiar algo sin gusto, como una pesada condena, era algo contradictorio, imposible, hasta tal punto que en latín para expresar que había que hacer algo a la fuerza, por obligación, se decía “non studio, sed offcio”, es decir “no por afición, sino por deber”.

El verbo “studeo”, significaba “dedicarse a algo con afán”, “poner empeño” … Estudiar era poner el alma en algo que a uno le gustaba y hacía libremente. Lo cual no significaba que no exigiera un esfuerzo, que no fuera un trabajo:  Precisamente el sustantivo “disciplina” venía del verbo “disceo” “aprender”.

Lamentablemente el ejercicio del estudio y de la lectura de acuerdo a datos del INEGI en nuestro país la población lectora registra su mayor disminución en el 2023, menos personas adultas dedican tiempo a la lectura. El 68.5% de la población a partir de los 18 años se dice lectora, porcentaje muy bajo comparado al censo del 2016 cuando 80.8% dijo leer alguno de los materiales considerados por el Módulo sobre Lectura del Instituto Nacional de Geografía y Estadística. La reducción de sujetos lectores se gradúa conforme a la edad, 8 de cada 10 jóvenes entre los 18 y 34 años leen, y en el grupo de 65 años y más sólo leen 6 de cada 10. En promedio las personas que leen dedican 40 minutos a una sesión de lectura. Datos del INEGI señalan que en el 2022 la media de lectura fue de 3.9 libros en doce meses. Solo el 55.1% de las personas lectoras aseguró comprender la lectura del texto y un 27.1% afirmo que comprende lo que lee, un 14.2% la mitad de la lectura y un 3.5% es nula su comprensión. Luego entonces se hace necesario preguntarnos ¿Qué es lo que estamos leyendo?  Especialistas en educación señalan que entre el año 2016 y el 2023, la población se volvió lectora en internet un 37.7% de la población adulta de foros, blogs, WhatsApp, Facebook, etcétera. La población lectora de periódicos y revistas disminuyó 28.1% y 17.9%. Pero que se lee, por entretenimiento un 44.6%, por necesidad del trabajo, estudio o cultura en general 55.4%. Con la comunicación social y de la información por internet, la lectura de libros en formato digital aumentó 13.8% puntos porcentuales entre el 2016 y 2023, pasaron de 7.3% de personas que leían al 21%. El Fondo de Cultura Económica, la Secretaria de Educación Pública, la propia en los estados, la Nueva Escuela Mexicana y sus nuevos textos gratuitos, las y los profesores, los padres de familia y los medios de comunicación social y de la información tienen un gran reto, fomentar la lectura de libros y reducir el fenómeno del analfabetismo funcional en México.

Sor Juana Inés de la Cruz: biografía, obras y aportaciones de la escritora  novohispana - Cultura Genialpibe91@hotmail.com

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