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El Barrio de Las Pitayitas

Las Pitayitas, se fundó aproximadamente en el siglo XVIII, al igual que los barrios de San Miguel, San Antonio, San Sebastián, por mencionar algunos.

Según consta en documentos del Archivo Municipal, su importancia fue plasmada en la revista Crónicas de Córdoba, editada por el Consejo de la Crónica autorizado por el H. Ayuntamiento de Córdoba de donde se tomaron algunos datos.

UN POCO HISTORIA

El barrio Las Pitayitas es muy antiguo; la historiadora L. Zevallos señala: “la conformación y crecimiento de los barrios cordobeses estuvo muy ligado en principio, a la estancia de los templos católicos. Para el siglo XVIII, cada uno de los que conformaba la Villa de Córdoba, contaba con una capilla o parroquia, alrededor giraba la vida de sus habitantes. A esta época pertenecen: San Miguel, San Antonio, San Juan, San José, San Sebastián y posteriormente Santa María.

La palabra Pitaya es de origen náhuatl para designar el fruto parecido a la tuna, si consideramos que como elemento del paisaje urbano, había en la loma cerca del río San Antonio, vegetación silvestre, podemos decir que la abundancia de plantas de pequeña pitaya le dieron origen al nombre del barrio.

Desgraciadamente, sólo por tradición se conocen los límites que tenía el barrio de Las Pitayitas y que sin duda alguna abarca de la actual calle 4 por la avenida 1, hasta la calle 6, el cuadro en la avenida 4 entre las calles 4 y 6.
Basados en un plano que tenemos, vemos que la avenida 1 llevó el nombre de Calle de Coscomatepec seguramente porque era el camino real a la ciudad denominada con el mismo nombre, la calle 4 se denominó Calle del Palotal, quizás porque ahí se doblaba para llegar al punto denominado con ese nombre y actual congregación de Córdoba; la calle 6 se denominó Calle de la Comadre, en ese cuadro, la actual avenida 2 se denominó Calles de Santo Toribio y finalmente en el mismo cuadro, la avenida cuatro se denomino Calle de Santa Polonia es decir, el barrio Las Pitayitas se encontraba en toda la ribera del río San Antonio, pero enclavado en la ladera de la Loma de Huilango, al norte del Centro Histórico de Córdoba.

Cerca del barrio Las Pitayitas existían las balsas o pozas del Cacao, del Molino o de la Curva, así como la Piedra Grande, donde todos los vecinos acostumbraban bañarse o ir a nadar. También eran lugares de esparcimiento para los habitantes de Córdoba, porque esos lugares eran escogidos para realizar días de campo entre las familias avecindadas y entre los amigos.

ÉPOCA COLONIAL

La importancia que adquiere el barrio es, sin duda, durante la época colonial, debido a que la suministración de agua era poca y los barrios carecían de este vital líquido. Debido a que el agua que se consumía en la Villa de Córdoba era traída por gravedad desde el manantial de Chocamán hasta el barrio de Los Leones, donde había una fuente y de ahí se canalizaban hasta la fuente principal que había en El Portal de Zevallos y el parque, el padre Pedro Domínguez solicitó, como encargado del Hospital de San Hipólito Mártir, que le fuera otorgado uno de los caños de agua que salían de la fuente del barrio de Los Leones y que se derramaba para utilizarla en el hospital.

El agua del caño que venía por la avenida uno corría por la calle cuatro y se derramaba al río de San Antonio provocando un verdadero lodazal.

LAS PITAYITAS Y EL HUATUSQUITO

A raíz de la construcción del tren ramal “El Mexicano”, denominada “El Huatusquito”, se trazó en forma una vía (actualmente es una avenida). Llegando a la Barranquilla de San Antonio fue necesario construir un puente con una estación del mismo tren, a la que se le denominó estación “San Antonio”.

El escurrimiento en época de lluvia llegaba hasta la estación, por lo cual, considerando que era de importancia para el usuario llegar al centro por la calle 4, la compañía ferrocarrilera compró la vereda de acceso a la estación y construyó una calle pavimentada.

En recuerdo a los constantes resbalones, la gente tenía que caminar en la antigua vereda húmeda, en la esquina de la calle 4 y avenida seis un negocio llevó el nombre de “El Resbalón”, propiedad de la familia Merino, que en realidad era una cantina a la que ocurrían los parroquianos antes de abordar el tren una cuadra más abajo.

LAS PITAYITAS EN 1900

Para esta fecha, el Barrio “Las Pitayitas” ya aparece en un plano comercial de la ciudad de Córdoba, abarcando desde la actual calle 4 hasta la calle 8, entre las avenidas dos y cuatro.
De la calle 4, se llamó entonces, primera de la J. A Limón, hasta la avenida dos.

De la calle 6 a la avenida 2 se tituló como Primera de Allende y de la calle 8 a la avenida 2, Primera de las Palmas. Ocho manzanas componían el entonces barrio: Empezaba una cuadra antes de la iglesia de Nuestra Virgen de Lourdes y, hacia arriba, terminaba una cuadra antes de la calle de El Molino o lo que era la calle Primera de Oriente.

EDIFICIOS ABANDONADOS

Desafortunadamente muchas casas y edificios con fachadas antiguas construidas en cal y canto están abandonadas, sus dueños no les dieron el mantenimiento que se requiere y se han ido deteriorando conforme pasa el tiempo.

Las autoridades municipales se han encargado sólo de pintarlas por la parte externa, pero al interior ya están a punto de venirse abajo, como la casa ubicada en la calle 1 entre avenidas 6 y 4, frente al dispensario de la Inmaculada concepción.

Quienes nacieron en este barrio, aún respetan sus tradiciones, las Posadas navideñas masivas en los callejones, la velada del 12 de diciembre para festejar a la virgen de Guadalupe, la Semana Santa en la iglesia de San Antonio, la misa de gallo el 31 de diciembre en la misma rectoría.

El tiempo pasa y el barrio de Las Pitayitas permanece, aguardando historias, leyendas y un sin fin de recuerdos de cada uno de sus habitantes. Ahora hace falta que sus habitantes cuenten las historias que dieron origen a las familias de ese ilustre barrio.

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