EFEMÉRIDE NACIONAL
Después de la grave derrota de Puente de Calderón, Jalisco, los jefes insurgentes decidieron trasladarse a Estados Unidos para comprar armas y poder continuar la lucha. La comitiva integrada por Hidalgo, Ignacio Allende, Mariano Abasolo, Juan Aldama y José Mariano Jiménez, comenzó su recorrido en Zacatecas, hasta los desiertos de Coahuila. Al hacer un alto para descansar en el lugar conocido como Las Norias de Bajan, el 21 de marzo, Ignacio Elizondo, oficial en las filas insurgentes, los traicionó.
Fueron capturados y llevados a la ciudad de Chihuahua, donde se les formó proceso judicial por parte de las autoridades civiles, militares y eclesiásticas. Durante su proceso, Hidalgo se confesó responsable de haber desatado la lucha por la Independencia.
El día 3 de julio fue declarado “reo de alta traición”, por lo cual se le condenó a la degradación sacerdotal y a la pena de muerte.
A las nueve de la mañana del 30 de julio de 1811, doce soldados lo escoltaron hasta el corral del Real Hospital Militar.
Una vez ejecutado, el cadáver fue expuesto al público en una silla, sobre una tarima, en la puerta principal del ex Colegio de la Compañía de Jesús. Al oscurecer, le cortaron la cabeza.
Los restos de Hidalgo fueron velados por los padres franciscanos esa noche, y sepultados al siguiente día en el presbiterio de la capilla de San Antonio.
Las cabezas de Hidalgo, Allende, Aldama y Jiménez peregrinaron por Chihuahua, Zacatecas, Lagos, León y Guadalajara hasta que al fin fueron expuestas en jaulas de hierro en la Alhóndiga de Granaditas, hacia octubre de 1811, como escarmiento a todos aquellos que se sumaran a la insurgencia.
Ahí permanecieron por casi diez años. Actualmente, los restos de los próceres se encuentran en la Columna de la Independencia de la ciudad de México.
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