https://www.youtube.com/watch?v=VNoOjbo2WBY
La respuesta no llega a pronunciarse. Uno agarra la cámara y el cura toma su equipo que sube a su auto. Casco, traje y botas. Inicia el vértigo hacia el lugar del accidente. Radio, torretas, luces o códigos abiertos. Cámara Go Pro en el casco. Abriendo paso. Se trata de heridos, de personas quizá atrapadas que pueden necesitar ayuda urgente.
Se llega al lugar. El área está acordonada. Hay heridos, policías, paramédicos de Cruz Roja dando los primeros auxilios y decenas de espectadores. El sacerdote Fabricio emerge de su automóvil vestido ya como bombero. En la mano lleva un costal donde carga herramientas básicas que pueden significar la diferencia entre la vida y la muerte para un atrapado en el interior de un automóvil.
Tras comprobar que las personas accidentadas se encuentran estabilizadas procede a realizar acciones de prevención en los vehículos: Tirar aserrín para evitar que gasolinas y aceites puedan desembocar en un incendio y con tenazas corta los cables de baterías de las unidades siniestradas para evitar un cortocircuito.
Tras la cobertura regresa a la iglesia del Espíritu Santo. Su casa, el hogar de Dios Padre en la cual es un sacerdote por ministerio y vocación.
Narrará con intensidad sus pasiones, su formación y sus sueños hechos realidad entre los que destacan el haber asistido a una misa oficiada por el Papa Francisco y también hablará del padre Krill, su inspiración, cura de la iglesia de La Inmaculada Concepción y fundador del Heroico Cuerpo de Bomberos de Córdoba, corporación que la semana pasada celebró 90 años de su fundación. Y por qué no, revelará que como ser humano también tiene gustos personales como la música de Alex Lora y El Tri, de quien ya tiene un disco autografiado gracias a un locutor de nombre Paco García quien, junto con su padre, pertenecen y son pilares de Comisión Nacional de Emergencia en la zona centro de Veracruz.
El padre-bombero Fabricio es reconocido, admirado y querido por miles de cordobeses. Es considerado en el país, el único sacerdote bombero que realmente cubre todo tipo de siniestros y accidentes. Su mayor premio es el poder salvar a las personas en situación crítica.
“Que una persona que salvó la vida en un incendio o en un accidente o un niño a quien le salvé su gato te de las gracias, es algo inolvidable y que queda grabado en el corazón”, confiesa.
Responde a preguntas del reportero:
“Soy de Córdoba, del fraccionamiento Alameda”
¿Qué fue lo primero? Se le cuestiona: ¿Cura o bombero?
Primero sacerdote, desde el año 2006. Me ordené el martes 15 de agosto de 2006 y estudié en el seminario de Xalapa. Inicié en la iglesia de Santa Rita primero como seminarista, luego me ordené diácono y me hice sacerdote. Estuve como vicario parroquial. Posteriormente fui siete meses a la iglesia de San Pedro y San Pablo. Estuve 3 años en la iglesia de Guadalupe y, desde el 2013, en la iglesia del Espíritu Santo de San Román. Llevo 11 años de sacerdote y 4 como bombero”.
Manifiesta que la vocación como bombero nace de un rompecabezas. Primero la formación que recibió de sus padres quienes le enseñaron a ser equitativo y lo principal, el espíritu de servicio.
“Considero que lo otro es la personalidad para enfrentar situaciones muy fuertes como bombero, tengo tolerancia para ver a personas en situaciónes muy duras, heridos o personas fallecidas a quienes debo ayudar”.
“Poco a poco comencé a ver mi labor de bombero como una acción de gracias y como penitencia. Acción de gracias porque es una forma de devolverle a la sociedad y a la iglesia lo que invirtieron a lo largo de mi formación como seminarista y como penitencia por los errores y pecados cometidos como ser humano”.
El padre Fabricio recalca que su inspiración para actuar como bombero y ayudar a personas en desgracia se basa en dos cosas: “Una en el apostolado del padre Francisco Krill, que fue párroco de la iglesia, hoy catedral, de la Inmaculada Concepción y además considerado como uno de los benefactores de la ciudad. Es el fundador del Heroico Cuerpo de Bomberos de Córdoba un 12 de octubre de 1927”.
El otro hecho histórico que lo motivo a ser bombero fue “el ejemplo de vida de los sacerdotes bomberos que prestaron servicios aquel 11 de septiembre de 2001 en Nueva York en el ataque terrorista al World Trade Center. Los bomberos somos una hermandad y ahí perdimos a 4 sacerdotes bomberos”.
Confiesa que se volvió bombero además porque al principio lo consideró una terapia ocupacional, después se volvió un hobby y terminó en una vocación como el sacerdocio.
Se le cuestiona: ¿Ha encontrado situaciones en las cuales se contrapongan el sacerdocio con su labor de bomberos?
Lo deja claro:
“Primero quiero mencionar mi identidad sacerdotal. Antes de ser un cristiano soy un ser humano, pero antes de ser bombero soy un sacerdote. Esa es mi principal vocación. Me hice sacerdote para servir a Cristo en la iglesia. Esa es mi identidad. Si a las 7 de la noche debo oficiar una misa y en ese momento se suscita un incendio, primero hago mi misa y después si hay oportunidad iré a prestar apoyo como bombero”.
¿Cuándo usted como bombero no puede salvar a alguien accidentado o atrapado en un siniestro, ha sentido impotencia o la necesidad de un Dios más misericordioso?
“Sí, una impotencia, una tristeza, pero es necesario asumir en forma responsable y valiente las emociones y manejarlas con racionalidad y lo más poderoso: la oración. Yo hago funciones de capellán en situación de muerte en accidentes y siniestros y he sentido esa tristeza de ver morir personas inocentes”.
Afirma que su ascendencia familiar de corte militar lo ayudo y además confiesa que el renunció al colegio militar.
Habla de su zona de influencia que es San Román, La Luz Francisco I. Madero así como la reserva territorial.
Manifiesta que considera necesaria una subestación de bomberos y subdelegaciones de Cruz Roja, al menos una al oriente y otra al occidente de Córdoba.
“El problema de la inseguridad también nos atañe de forma preocupante. La gente ya está acostumbrada a ver despedazados a orillas de carreteras o debajo de los puentes. Hace unos meses aquí afuera de esta iglesia mataron a una persona a balazos y la gente ya se acostumbró a eso”.
“La inseguridad no solo es responsabilidad de un gobernador, de los policías o militares es de todos. Debe existir un cambio de mentalidad, de actitudes. No estoy hablando de que se hagan mochos o ratones de sacristía, pero sí que hagan un cambio en valores y principios. Hay veces que celebramos que niños de 3 o 4 años digan groserías y hasta los convierten en memes”.
“Inculcar y vivir con valores es fácil de decir, pero difícil de vivir. La Biblia dice: Yo los envío como corderos en medio de lobos, pero no lo entienden las personas. También las sagradas escrituras convocan a ser mansos como las palomas y astutos como las serpientes”.
El cura bombero habla también sobre la forma de ver la vida:
“La felicidad está en los pequeños detalles. Por anhelar lo que no tenemos no disfrutamos lo que poseemos”.
Narra un anécdota: “Yo cumplí años el pasado 17 de agosto. La noche del 16 fui a la casa de mis padres a cenar y mi papá, de 75 años, me calentó la cena y me sirvió y eso para mí fue un hecho trascendente”.
“Nos metemos en tonterías como hablar de la crisis, de Peña Nieto, de la suegra o cualquier otra banalidad y nos olvidamos de la sustancia real de la vida”.
Habla de las desventajas de las redes sociales en las que se difunde de todo y casi todo se da por cierto:
“Es un trabajo de orientación que se está haciendo, Es un trabajo constante. En la catequesis, en retiros, misas, círculos de amigos, en grupos parroquiales, pero hay una tendencia muy proclive al relativismo sobre aquella frase que dice que nada es verdad, nada es mentira, depende del cristal con el que se mira”.
“Yo le rezo todos los días al padre Krill y pido también por el eterno descanso del mayor Abraham Aíza Ávalos. Pedí a Dios una señal. En septiembre u octubre de 2015 anuncian la visita del Papa Francisco a México. Nos preguntan a los sacerdotes a quien le gustaría ir a los eventos del Papa y yo de inmediato dije que quería asistir. Posteriormente me llaman de la oficina del obispado para informarme que me había sacado un boleto para asistir a Morelia al encuentro del Papa con los sacerdotes. Y se me cumple el sueño de asistir a una misa oficiada por Su Santidad Francisco”.
Relata que ha sufrido ataques y muy dentro de él llegó a pensar en abandonar su labor como bombero y lo único que lo ha sostenido es el ver a salvo a muchas personas.
Recuerda un mensaje que dio el Papa dándole las gracias a los sacerdotes por ayudar a morir en paz a tantas personas y eso le llenó de esperanza en su labor como bombero.
Recalca que otra señal que lo motivó a seguir como sacerdote y bombero, pese a los ataques y críticas recibidas fue el ver una fotografía del Papa Francisco con un casco de bombero y luego una delegación de Francia lo visita y le regala un casco de bombero con su chapetón al frente con el nombre Papa Francisco.
“Esas son mis grandes satisfacciones al igual de tener un autógrafo de Alex Lora, lo cual obtuve a través de mi amigo y locutor Francisco García y a la letra dice: Para Oscar Fabricio, el padre Bombero, de Alejandro Lora y El Tri”.
“Yo me metí de bombero por vivir mi vida, el servicio, la vocación. Jamás me propuse tener una sirena en mi carro. Solita llegó y solito llegó el permiso para usar las luces de la torreta. Jamás me propuse ser bombero ni ser amigo de ustedes los periodistas y salir en los medios de comunicación”.
Concluye: “A modo de consejo reitero que la felicidad está en los pequeños detalles de la vida. Alguien dijo también que hay que buscar primero la añadidura y después el reino. Vivamos el momento y lo demás llega solito y ¿qué significa esto para mí?
“Llega el momento en que no se necesita más que mi equipo de bombero y mi armamento de sacerdote para sentir placer por servir a la gente y eso es lo mejor del sacerdocio. Ejercerlo donde sea pero ejercerlo, solo que algunos se desgastan en querer ejercerlo en determinado lugar. Lo importante es hacerlo donde sea… todo lo demás viene por añadidura”.