El día fue una olla de presión en punto de ebullición. Marcharon, gritaron, rompieron, unieron voces en coro en pos de dos conceptos lejanos conculcados por una sociedad machista: igualdad y justicia.
La sororidad se hizo presente en este nuevo capítulo femenino que ancla al genero en el que las mujeres pueden destrozarse, pero nunca hacerse daño.
Se han ganado ese derecho a la irreverencia, a la exigencia por mejores condiciones en la vida pública, privada, profesional o personal.
Son las que cargan el mundo, son las que mueven el mundo, un mundo que las ignora, releva, margina, marchita y mata.
Desde el poder se les etiquetó a priori como proclives a la violencia, se les criminalizó en el rasero de la generalidad por los marros, pañoletas y martillos esgrimidos para descargar una rabia incomprendida, reducida a la brutal numeralia de 11 muertas al día, según cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, Comisión Nacional de Derechos Humanos y ONU mujeres.
20 mil niñas, adolescentes y mujeres son buscadas en el 87 por ciento del territorio nacional. Nadie sabe donde están, nadie sabe si están vivas o muertas, las cifras del feminicidio en México son escalofriantes, duelen, sobre todo cuando el agresor es el cónyuge, novio, padre, padrastro, tío, primo, sobrino, compañero de trabajo o vecino, según la estadística que revela que siete de cada diez mujeres son atacadas por alguien cercana a su entorno.
Seis de cada diez mujeres no tienen seguridad social en sus trabajos, están desprotegidas; aun con los vientos en contra, en México por cada 100 pesos que gana un hombre, las mujeres perciben sólo 73 pesos, esto representa que el promedio de la brecha salarial es de 27 por ciento entre las compañías que participaron en un estudio que elaboró PwC México, junto con la Bolsa Institucional de Valores (BIVA) y Mujeres Invirtiendo. (El Financiero).
Aun con esta desventaja, las mujeres mexicanas que dejaron familia, casa, arraigo y terruño al internarse en el mercado laboral de Estados Unidos y otros países, mandaron el año pasado uno de cada tres dólares de los 52 mil 229 millones de dólares que recibieron las familias mexicanas en un récord histórico acumulado de febrero de 2021 a enero del 2022.
Según datos del Censo Poblacional 2020, proporcionados por el comunicólogo Gustavo Filobello Niño, en Veracruz hay 151 mil viviendas, de las cuales el 43.2% donde la persona de referencia es mujer, es decir, está sustentada, alimentada y proveída esa casa por una mujer, cabeza del domus, de la casa, contra el 56.8% donde la persona de referencia es hombre.
Datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), las mujeres están en desventaja en el trabajo y la economía.
En el Estado de Veracruz hay 3.62 millones ocupados, de las 8 millones 8,062 mil 579 personas que vivimos en el Estado de Veracruz de Ignacio de la Llave, de los cuales sólo el 30.3% formales contra 69.7% informales.
De estos empleos formales e informales, el 37.2%, son mujeres ocupadas y el 62.8% restante son hombres ocupados.
¿Y cómo como están los salarios respecto a mujeres y hombres en Veracruz?
Los hombres perciben 4,360 pesos al mes en promedio, mientras que las mujeres sólo 3 mil 740 pesos, promedio, es decir, 620.00 menos que un hombre, según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE).
Las mujeres que trabajan lo hacen en:
Comerciantes en establecimientos, 11.1%
Empleados de ventas, dependientes de establecimientos, 8.55%
Trabajadores domésticos, 8.79%
Taqueros o preparadoras de comida rápida, 4.09%
Profesores de enseñanza primaria, 3.27%
El dato más demoledor es el raquítico empoderamiento de las mujeres en la esfera pública.
Según la ENOE, sólo el 0.35% (418 mujeres registradas) fungen, despachan y deciden al día de hoy como presidentas o directoras generales en instituciones públicas de este estado.
Un análisis del El Instituto Mexicano para la Competitividad A.C. (IMCO) “al interior del país, las mujeres también viven realidades distintas. Los estados con mayor participación de mujeres en el mercado laboral son Colima y Baja California Sur, con tasas similares a Estados Unidos (56%) y Finlandia (55%). En contraste, las entidades con menor tasa de participación económica femenina son Chiapas y Veracruz, que tienen tasas similares a la de Turquía (31%) y Bangladesh (36%), respectivamente”.
24 horas no serán suficientes para visibilizar esta realidad demoledora, al día después retornarán los abusos, marginación, acoso, discriminación y ocultismo hacia las mujeres en este país.
En la impronta del día después, las 25 diputadas de la LXVI Legislatura deberán movilizarse, alzar la voz, redactar iniciativas, tomar la tribuna en la discusión de la factibilidad de la llamada Ley Monse, que prevé sanciones penales a los integrantes del núcleo familiar de un feminicida, en justa memoria de Monserrat Bendimes, asesinada por su novio, Marlon Botas, en abril del 2021.
Y que no acusen líneas partidistas ni sesgos ideológicos, que sean empáticas, que empujen, que legislen, que inscriban sus 25 nombres y apellidos en la historia de Veracruz, que redacten una ley que aplique una mínima justicia a las mujeres asesinadas en el solar nuestro.
@ManoloVictorio