Buen día apreciado lector:
Como es sabido, el arribo del Morena al poder público en México desató toda clase de expectativas en torno a un desarrollo futuro más equilibrado.
Sin embargo, a la mitad del camino y en asuntos que más nos duelen como el empleo, la seguridad y la justicia todavía no vemos claro; cuando menos en la voluntad grupal de sus gobernantes para avanzar.
Y ni modo que eso nos alegre como ciudadanos ajenos al partido en el poder, cuando, -más aún- muchos padecemos las consecuencias de esa inefectividad oficial, sí, desde luego culpa de gobiernos pasados, pero también falta de decisión para actuar. Para que se vea el interés de servir y de cambiar.
Aquella apabullante manifestación de respaldo popular y el discurso por la noche con el que celebraron la victoria en el Zócalo causó gran impacto y sentimientos encontrados en la mente popular. Ya veíamos tras las rejas a Peña Nieto y demás protagonistas de la corrupción y la delincuencia. Y no pasó nada.
Este pasado domingo llegó la esperada consulta para enjuiciar a los ex y tampoco nada claro, más bien el reflejó de cierta desilusión popular.
La cruel realidad nos ha puesto claro que no es tan fácil procesar a los aprovechados de los gobiernos federales, estatales y municipales que a lo largo de la historia han abusado de las mieles del poder y de la noche a la mañana amanecieron dueños de grandes mansiones, carrazos, yates y abultadas cuentas bancarias. Todos conocemos a algunos de esos. Y ahí andan.
Además, con la prisa de parar a los atracadores, al momento de votar nadie se puso a pensar en la capacidad de los propuestos y pues llegaron a los cargos personas honestas como lo ha dicho el Presidente López, no se duda, pero sin la experiencia para gobernar. Y por lo mismo no se ven.
Aquí en la aldea al Poder Legislativo se le han enredado escandalosamente las leyes, se las rechazaron y no pasó nada; al Judicial lo infiltró otro inexperto, lo confundió, lo dividió y lo exhibió y se acabó el presupuesto: incluso convive con un muy cuestionado expresidente de la judicatura que le hizo mucho daño y a muchísimos trabajadores y sus familias y aún no se le llama a cuentas; hay rezago criminal en la aplicación de la ley y los magistrados federales no se dan abasto ni tiempo de apurar la justicia. Eso no se vale. Y el pueblo sufre violencia imparable, igual como con los anteriores gobiernos.
¿Dónde está la autoridad? ¿Dónde la justicia Señor?
Qué bueno fuera que los gobernantes escucharan consejos.
Tenga paz y armonía en su hogar. Cuide el agua y las plantas. gustavocadenamathey@gmail.com