*Virus se aloja en los ojos
*Elevada peligrosidad
*Gobierno y medicamentos
Si a Usted apreciado lector le preguntaran por qué se encuentra en la Presidencia de la República un militante de MORENA, tal como lo es Andrés Manuel López Obrador, seguramente Usted respondería porque así lo decidieron la mayoría de los ciudadanos mexicanos, por conducto del sufragio mayoritario depositado en las urnas electorales, respuesta que por sí misma nos deja en claro que el Instituto Nacional Electoral, organizador de los comicios federales y receptor de los sufragios ciudadanos, demostró su respetó por la voluntad de los mexicanos al dictaminar que, la mayoría de los electores, sufragaron en favor del actual Presidente de la República.
Pero no sólo tal referencia acredita la honorabilidad en procesos electorales del Instituto Nacional Electoral, sino que en ésos marcos debemos agregarle, que el INE con los mismos integrantes que hoy despachan como parte de su Consejo Nacional, también acreditó el triunfo electoral que favorecía por conducto de la mayoría ciudadanía al bloque partidista “morenista” para asumir la mayoría tanto en la Cámara de Senadores, como en la de Diputados Federales, al tiempo que autoridades electorales de los diversos estados del país, también han reconocido triunfos de candidatos morenistas (salvo algunas excepciones) de nuevos Gobernadores, Legisladores locales y Presidentes Municipales.
Ya desde algunos años atrás y hasta la fecha (salvo escasas excepciones) se ha registrado una real transformación (porque las transformaciones no son nuevas y ha sido parte esencial en la historia de la humanidad) al interior de las actuales generaciones de mexicanos, en lo referente a jornadas electorales cuyos resultados finales se apegan de manera estricta a las leyes y reglamentaciones que para el caso se encuentran vigentes.
En realidad, como efectos directos del apego a leyes que en materia electoral se reflejan en la vida política del país, es el que México se haya consolidado como el más respetado en los escenarios de países latinoamericanos, referencias que nos ameritan y que no son nuevas, que ya forman (hasta la fecha) uno de los más apreciados legados en la vida pública que se encuentran arraigados al interior del conglomerado social de los mexicanos.
Por tales referencias, es que de alguna forma llama la atención y obviamente genera preocupación, que al interior del aparato gubernamental que en la actualidad está vigente en el país, se perciba con toda claridad una tendencia hacia la desacreditación de las estructuras, en las que precisamente se deposita la organización de los procesos electorales.
La insistencia del tema con notorias referencias denostando actividades del órgano electoral mexicano, tomando en cuenta que es el pilar fundamental de la renovada vida democrática en el país, por simple lógica obliga hacia la reflexión que tales escenarios podrían constituir el anticipo de “un borrón de lo que se tiene, para ejecutar pasos hacia estructuras transformadas” cuando lo vitalmente esencial para la vida democrática del país, precisamente se encuentra resguardado por dicha institución electoral, cuyos efectos son un país transformado en sus escenarios democráticos y, ejemplo de ello lo son las transiciones en los marcos gubernamentales que en municipios, estados y la propia federación, se ha venido registrando en los últimas décadas.
Bien valdría decir que el actual “Gobierno Trasformador” es precisamente parte de los resultados “de la transformación democrática” que se ha registrado en todos los rincones de la República y, por lo tanto, no deja de registrarse como un “contra-sentido” el que un “Gobierno Transformador” pretenda alterar los senderos de un organismo como el INE, que ha sido el desde su primera versión como IFE, el real pilar de la transformación en beneficio de la vida democrática sobre el territorio mexicano, escenario que se registra mucho antes que apareciera la llamada Cuarta Transformación…“Cosas vemos y veremos”.
Lo que se lee
Cuidado y preocupación originan comentarios como los externados por una médica británica, quien asegura que de acuerdo a investigaciones sobre la pandemia, se podría referir en la actualidad que síntomas similares a la conjuntivitis, también podrían ser referencias en el pacientes sobre la presencia en el organismo de la variante pandémica, ahora identificada como Ómicron, sobre el mismo tema se sostiene que dicho coronavirus ha registrado presencia en los ojos de los pacientes, precisamente en el área que conforma la parte blanca y párpado, lo que es indicador que uno de los reflejos de dicha mutación viral, es que el virus se encuentra presente en las células que abarca la parte blanca de los ojos, lo que desde el punto de vista médico apunta que el coronavirus también tiene como efectos en nuestro organismo la agresión de la conjuntivitis.
Es indudable… Mucho nos falta por conocer sobre la pandemia que nos invade y mayormente en lo referente a sus mutaciones.
Lo que se ve
De ninguna manera debe considerarse a la variante del virus pandémico Ómicron, como la posibilidad de un contagio leve y con reducidos riesgos, así lo advierten los especialistas, quienes refieren que los pueblos del mundo, deben observar que ya son cientos de miles los muertos por haber sido contagiados con la nueva versión pandémica del coronavirus, hechos que por sí mismos desmienten a las autoridades que sostengan que “no es tan peligroso como las anteriores versiones”.
La realidad se presenta claramente ante nosotros, cuando con notoriedad se apunta que nuevamente los contagios se han disparado y que, paralelamente a tales escenarios, se han vuelto a incrementar el número de fallecimientos, por lo que se puede referir con toda claridad “que mienten o están desinformados” quienes sostengan lo contrario, realidad que nos obliga a referir que la amenaza persiste.
Lo que se oye
Muchos lamentan que en México, el nuevo medicamento desarrollado por especialistas para atender a pacientes contaminados por el coronavirus en sus diversas versiones, sean adquiridos sólo por instancias gubernamentales y su venta no se autorice en farmacias de actividad regular, lo que obviamente refleja una deficiencia por la que por tiempo indefinido habremos de transitar los mexicanos.
Positivo y valioso sería que el Gobierno de México deje en libertad a las empresas comercializadoras de medicamentos, para que los productos requeridos por contagiados por la pandemia y que dispongan de recursos, puedan adquirirlos en las farmacias con precios razonables.
Mientras más medicinas existan y se comercialicen de manera regular, mayores posibilidades se registrarán de salvar vidas e incluso de reducir focos de contagios pandémicos… Pero lamentablemente se debe coincidir en que la medicina también origina prácticas monopólicas, como es el caso del “monopolio gubernamental” que no siempre resulta positivo.