*Y cuando despertaron, ya lo tenían enfrente. Camelot.
Emergió en la política como un súper star, un rock star, como dirían los gringos. Apareció como presidente de la Cámara de Diputados por Morena y resultó que era paisano de Coatzacoalcos, jarocho y veracruzano. Eso le dio envidia a quienes aquí mandan, y lo comenzaron a bombardear con sus plumíferos. Pero Sergio Gutiérrez Luna no se arredró, muy al contrario, siguió con la alegría que hace en sus giras y en el Día del Niño vino a Acatlán a regalar juguetes a los niños y niñas junto a su esposa y sus hijos. Hace no mucho, con el paisano futbolista, Luis Hernández, el Matador, se echó una cascarita en pleno Congreso y sus opositores le declararon la guerra, como Putin a Zelensky, pero como dijo Fidel Velázquez: se la pelaron. Rubén Moreira, el opositor del PRI le señaló que “recoja su balón y se vaya a Veracruz”, eso es lo que Checo quiere, irse a Veracruz. Un garganta profunda de la capital, de esas gentes cercanas a Julio Scherer, que allí se quedó, me dijo que Sergio tiene permiso del uno y del dos para venir y poner panorámicos y hacer campaña, rumbo a Veracruz. Tiene una ventaja sobre dos de sus rivales, una de ellas, Rocío Nahle, no es veracruzana, es zacatecana, el otro, el alcalde de Xalapa, Ricardo Ahued Bardahuil, es de Hidalgo, o sea solo le queda enfrente el secretario de Gobierno, me dijo un jarocho. Tiene, como buen político, sentido del humor, apenas subió un tuiter donde pregona todos sus apodos: “Me llamo Sergio, pero me dicen: Serge, Cheko, Gutierritos, el Rock Star, por rockero, presidente, Papá, cuando se retrata con sus hijos”. Bueno pues ahí está, esperando los tiempos que alumbren los destapes. No lo pierdan de vista.
LOS LIOS CUBANOS
Las relaciones entre México y Cuba siempre han sido de hermanamiento. De cuatachos. Entre pueblos, entre cantores, entre músicos, entre carnavales, entre peloteros y bailarines, que allí hay famosos. Quienes hemos visitado Cuba sabemos cómo viven, no nos pueden engañar a quienes vamos de turistas, es un pueblo sin democracia, sojuzgado, donde si protestan van a la cárcel y eso no les ha permitido ingresar al club de la gente de América, donde se deben respetar los derechos civiles. Entre gobernantes se han apoyado, José López Portillo amó tanto a Cuba que dijo que lo que le hicieran a Cuba se lo hacían a México, pero tenía enfrente a un presidente débil, el cacahuatero Jimmy Carter, a quien solía regañar el presidente de México. Por Cuba a punto estuvimos de una guerra nuclear, cuando JFK Y Nikita Kruschev por poco sacan los revólveres como en el viejo oeste. Barack Obama visitó La Habana y se pensó que el ostión se abriría, no se abrió. Cierta vez Fox, por presión del presidente americano, George W. Bush, en Monterrey en una Cumbre Americana, le dijo a Fidel Castro: Comes y te vas. Alguna vez Bill Clinton utilizó al expresidente Carlos Salinas y fue a La Habana con Fidel Castro a hacerle un favor personal al presidente americano, sobre una familia que tenía problemas. Lo resolvieron. Mucha gente se defiende que es por el boicot que no han podido desarrollar ese pueblo. Es mentira. Es por la dictadura que los mal gobierna y les da de comer con cupones. Uno que ha estado allí nota que no hay inversión privada, y las pocas, como los hoteles Meliá, la operan muy mal los cubanos, sin la calidad de la hotelería española. Ese es su retroceso, creen que vivir con raciones y cupones les da libertad, pero no les da ni una ni otra cosa, se los cuenta alguien que allí anduvo hace unos años y vi cómo vivían. Y así siguen. Todo porque el presidente AMLO presionó a Joe Biden para que ahora, cuando viene la Cumbre de las Américas, el presidente mexicano quiere que se invite a todos, incluyendo los gorilas Nicolás Maduro, de Venezuela, Daniel Ortega, de Nicaragua y el cubano Miguel Díaz Canel. La gente de Biden ya le mandó decir que nones, que mientras no se sometan al respeto a los derechos civiles y a elecciones libres y a dejar de sojuzgar a su pueblo, en esas mesas no se van a sentar, y una gente enterada dice que, en venganza, AMLO quizá no vaya. Ni hablar, él se la pierde. Años pasarán y ese embargo no se levantará, hasta que Cuba deje de apresar a sus intelectuales y disidentes, y músicos y civiles y les dé libertad plena. Solo así. El presidente va a Cuba y lleva a los secretarios de la Defensa y la Marina ¿Y a qué van? Se preguntan los enterados en asuntos de diplomacia.
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