Situada en el Catorceavo distrito de París, la iglesia católica de Nuestra Señora del trabajo fue construida por los numerosos obreros que vivían en el sector. Este grupo de trabajadores había llegado a París a principios del siglo XX para participar en el montaje de la Exposición universal.

La estructura metálica de la nave es muy original y fue creada en hierro y acero. Su forma recuerda el interior de una fábrica para que los obreros pudieran identificarse con este recinto religioso y lo adoptaran como suyo.

Nuestra Señora del Trabajo fue terminada en 1902 y cuenta en su interior con representaciones sacras de trabajo, como la de San Eloi, patrón de la metalurgia y la orfebrería. Este edificio insólito forma parte de los monumentos históricos protegidos por el ministerio francés de la cultura.