Con esta columna hemos visitado el museo d’Orsay, situado en el séptimo distrito de París. En esta ocasión hablaremos del restaurant localizado al interior mismo del museo.

Lo primero que llama la atención son los frescos que cubren los muros y el techo del establecimiento que se iluminan con la luz que entra por los grandes ventanales. Las lámparas de cristal cortado que cuelgan del techo completan magníficamente la decoración.

El menú es también excepcional, hecho a base de productos frescos desde la entrada hasta el postre. La presentación y el colorido de los platillos en un contexto tan agradable, contribuyen al placer de la degustación. Bon appétit!