Un título podría ser: ¨La Vocación de América Latina por derrotarse a sí misma¨. El otro título podía haber sido: ¨Argentina entre el loco y el destructor¨
La historia de Argentina podría ser el gran ejemplo de la historia de toda Latinoamérica. A principios del siglo pasado, Argentina estaba destinada a ser una potencia mundial, un país desarrollado, un lugar dónde sus ciudadanos podrían haber tenido uno de los mejores niveles de vida de todo el planeta.
¿Qué les pasó a los argentinos? ¡El Peronismo! Un gobierno populista, lleno de gente ignorante que les daba gusto a las masas. Así, los propios argentinos lograron lo imposible, convertir a su país en una verdadera desgracia, después de haber logrado niveles de ingreso, educación y bienestar, superiores a la mayoría de los países europeos.
Hace 60 años, México tenía el doble del ingreso per cápita que Corea del Sur. Allá le invirtieron en su activo más valioso, y que es lo más valioso que tiene un país: ¡Su gente! En Corea del sur, el gobierno invirtió en educación, que a su vez obliga al gobierno a ser más democrático, más transparente, con un mejor sistema de rendición de cuentas. Y de repente, en tres generaciones, Corea del Sur tiene un nivel de ingreso y de vida muy superior al mexicano.
Los países latinoamericanos tienen un ejemplo muy claro en la península de Corea. La del Norte tiene un régimen autoritario, sin libertad, sin democracia, con culto a la personalidad, lleno de corrupción. El del Sur abrazó los principios liberales de ética en el trabajo, educación, libertad, democracia. La comparación entre ambos países es abismal. El norte sumido en la pobreza y desesperación para su población, el sur, lleno de prosperidad.
A pesar de todos estos ejemplos, la vocación de Latinoamérica es por el fracaso, por el populismo, por los dictadores, por los militares, por la mala educación, por la falta de libertad para emprender, por la corrupción, por la falta de ética y valores públicos y privados.
Los ejemplos sobran: Tenemos a Cuba con 64 años de esclavitud del pueblo cubano a manos de un grupo que se eterniza en el poder y se niega a otorgar libertades a sus hermanos. Tenemos a Nicaragua con un dictador que llegó al poder luchando contra otra dictadura. Tenemos a Venezuela, donde una camarilla de criminales se apropió del poder y del dinero, destruyendo a una potencia petrolera. Podemos usar de ejemplo a los más insignes invitados a la conmemoración de nuestras fiestas patrias. Todos son países donde la población sufre sometida a regímenes autoritarios.
México inicia en 2018 al dar el triunfo a Morena, la ruta del populismo, sin mirarse en el espejo de lo que han hecho los peronistas de Argentina. La vocación autodestructiva de las sociedades latinoamericanas está muy arraigada en nuestro país. Lo vemos con la enorme satisfacción de la población ante un gobierno de nulos resultados y destrucción institucional.
México en la segunda mitad del siglo pasado, lenta, pero de manera lineal, inició un camino hacia el avance económico y democrático. Las organizaciones ciudadanas poco a poco influyeron en gobiernos receptivos para ir mejorando el nivel de vida de los mexicanos, creando instituciones democráticas, y avanzando en la libertad…. Hasta que llegó Morena al poder. Hoy vemos retrocesos en todos los ámbitos… iniciamos el camino de Argentina.
Allá, Sergio Massa va arriba en la primera vuelta (36.7%), un peronista, que con eso ya se dice todo. De primera instancia, cualquiera podría decir ¨vamos por el otro¨, sin importar quién sea, tan solo por no ser peronista. Pero el problema de los argentinos, es que el otro, Javier Milei (30%) está un poquito peor, llegando algunos analistas a definirlo como un enfermo mental con carisma.
Sergio Massa el populista peronista es ministro de economía, de desarrollo productivo y de agricultura, ganadería y pesca. Es abogado y supuestamente un peronista moderado. Se formó en un partido (lean esto) definido como ¨Conservador liberal¨. Fue jefe de gabinete de Cristina Fernández de Kirschner. Quiere frenar la inflación mediante acuerdos, sin aplicar medidas monetarias o fiscales que lleven a la economía argentina a una recesión.
Javier Milei, asusta a muchos electores, es economista libertario, promueve el absoluto libre mercado sin restricciones, y se define a sí mismo como un Anarco-capitalista. Propone dolarizar la economía, un programa de austeridad radical, anti aborto, pro venta de armas, pro venta de órganos, niega la violencia del régimen militar. Públicamente ha declarado que alejará a Argentina de China, a pesar de las enormes inversiones chinas en el país, también afirma que se alejará de Brasil, a pesar del enorme intercambio económico de ese país con Argentina.
Escoger entre ambos no es una buena opción para los argentinos. El peronista bien vestido, con un corte de pelo adecuado, se observa como la opción para quienes temen que Milei rompa la red de protección social de Argentina y con ello genere un brutal descontento entre las clases más pobres que representan el 40% del electorado. El libertario ofrece la antítesis del peronista, aunque para muchos argentinos su oferta equivale a un salto al vacío.
Así ha sido la historia de América Latina. Con o sin intervención de los norteamericanos, la vocación ha sido la de destruir las propias oportunidades con pésimos gobiernos y con electorados sumisos que permiten todos los errores de quienes deciden su futuro.
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