Amatlán, Ver.- “Hasta el último día de mi vida voy a buscar a mi hijo”, fue el clamor de Mari Martínez mujer hondureña que hace cinco años perdió a su hijo y que junto con otras 50 extranjeras ha cruzado parte de México en busca de sus consanguíneos.
Bajo un claro índice de discriminación ellas han decidido cruzar México, “no somos criminales, somos madres buscando a nuestros hijos, nadie sabe el dolor que vivimos”.
Graciela oriunda de El Salvador, dijo que tan solo de su país tienen una estadística de 370 compatriotas perdidos en México en su tránsito de Tapachula en Chiapas a la zona de Reynosa.
Lamentó que algunos diplomáticos o jefes de estado se hayan negado a recibirlos y no respondan por temas como la delincuencia organizada que no solo daña a los mexicanos, sino que ha crecido a Centroamérica y viceversa.
A la caravana de madres migrantes, acude también prensa internacional y voluntarios de otros países que saben que el dolor de una madre no tiene fronteras. Este lunes en punto de las 7 de la mañana habrá una misa en la iglesia de la localidad y posteriormente partirán al estado de Hidalgo.