+ Bombardeo a instalaciones nucleares y ataque con misiles interceptados

+ En una peligrosa escalada militar en Medio Oriente, Estados Unidos bombardeó instalaciones nucleares iraníes, mientras que Irán respondió con misiles dirigidos a bases estadounidenses en Catar e Irak, los cuales fueron interceptados sin causar víctimas.

La tensión entre Irán y Estados Unidos alcanzó nuevos niveles en las últimas 48 horas, luego de que bombarderos norteamericanos, en colaboración con Israel, atacaran tres sitios clave del programa nuclear iraní en una operación denominada Midnight Hammer. Los objetivos fueron las instalaciones subterráneas de Fordow, Natanz e Isfahán, empleando bombas especializadas para destruir bunkers y misiles Tomahawk lanzados desde el Golfo Pérsico.

Irán denunció el ataque como un “acto de guerra” y respondió la tarde del domingo con una serie de misiles balísticos lanzados hacia la base aérea estadounidense de Al Udeid, en Catar, y otras instalaciones en Irak. Afortunadamente, las defensas antimisiles de Catar lograron interceptar todos los proyectiles, evitando víctimas y daños materiales, de acuerdo con declaraciones oficiales del Ministerio de Defensa catarí.

Las autoridades confirmaron que el ataque fue anticipado y que hubo coordinación entre Catar, Estados Unidos e incluso Irán para evitar un derramamiento de sangre, lo que sugiere que ambas potencias están midiendo sus movimientos con cautela, al menos por ahora.

Ante la amenaza de una mayor escalada, países como Francia, Rusia, Reino Unido y varias naciones del Golfo expresaron su preocupación. Rusia advirtió que este tipo de acciones podría “abrir la caja de Pandora” y acercar al mundo a un conflicto de dimensiones imprevisibles.

Durante los ataques, cinco países del Golfo Pérsico —entre ellos Kuwait, Emiratos Árabes Unidos, Catar, Irak y Bahrein— cerraron su espacio aéreo y suspendieron operaciones comerciales por más de ocho horas.

Desde Washington, el expresidente Donald Trump —quien ha retomado protagonismo como figura influyente— señaló que “el mensaje fue enviado” y que, si Irán continúa en su actitud desafiante, “la próxima respuesta será aún más contundente”.

Por ahora, la comunidad internacional observa con tensión el desarrollo de los acontecimientos, mientras se intensifican los llamados a la diplomacia y a la contención. No obstante, la posibilidad de un conflicto regional más amplio sigue latente.