Aquila, Ver.– Una celebración que debía desarrollarse en un ambiente familiar y festivo terminó en un episodio de tensión e indignación colectiva, luego de que el alcalde del municipio de Aquila fuera captado realizando disparos al aire con un arma de fuego, presuntamente en estado de ebriedad.
Los hechos ocurrieron durante un evento público en el que se encontraban presentes hombres, mujeres, adultos mayores y menores de edad. En diversos videos difundidos a través de redes sociales, se observa al presidente municipal manipulando y accionando un arma sin ninguna medida de seguridad, conducta que ha sido severamente criticada por la ciudadanía.
Organizaciones civiles y habitantes del municipio expresaron su preocupación por lo que consideran una muestra de comportamiento irresponsable por parte de la autoridad local. “Vivimos en un clima constante de miedo e impunidad. Es inadmisible que quien debería velar por la seguridad de todos actúe de forma temeraria”, declaró uno de los testigos, quien prefirió mantenerse en el anonimato por temor a represalias.
La difusión del video ha generado una ola de reacciones tanto en el ámbito local como estatal. La escena ha sido interpretada como reflejo de una creciente percepción de ausencia de autoridad y descontrol institucional en el municipio. Habitantes aseguran que no es la primera vez que ocurren situaciones similares, y acusan una falta de acción por parte de las autoridades competentes para sancionar este tipo de conductas.
Ante estos hechos, ciudadanos han exigido a las instancias estatales y federales que se investigue lo ocurrido y se tomen las medidas correspondientes. También han solicitado la intervención del Congreso del Estado de Veracruz para determinar si el alcalde incurrió en alguna falta administrativa o delito que amerite su remoción del cargo o un proceso legal.
Hasta el momento, el alcalde no ha emitido una declaración oficial sobre lo ocurrido, ni se ha informado si ha sido citado por alguna autoridad ministerial. Mientras tanto, el clima social en Aquila se mantiene tenso, con un sentimiento generalizado de desconfianza hacia quienes deberían garantizar el orden y la seguridad pública.





















