*De enero a septiembre van 513 feminicidios en México
Orizaba, Ver.- Integrantes de Marea Verde Altas Montañas realizaron este 25 de noviembre una velada en la explanada del parque Castillo para recordar a las 77 niñas y mujeres víctimas de feminicidio registradas en Veracruz en lo que va del año, esto en el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, por lo que con velas, fichas informativas y fotografías, la colectiva buscó visibilizar la crisis de violencia feminicida que, aseguran, continúa normalizada y desatendida por las autoridades.
En entrevista Luz María Reyes Huerta, integrante de la agrupación, explicó que durante la mañana mujeres víctimas de violencia vicaria realizaron un tendedero denunciando a agresores, deudores alimentarios y funcionarios que han revictimizado a quienes buscan justicia.
Señaló que, aunque existen avances legislativos, la realidad es que las mujeres continúan enfrentando procesos tardados, costosos y llenos de trabas, especialmente en los casos de feminicidio y violencia vicaria. “Se habla de que es tiempo de mujeres, pero nos siguen matando”.
Durante la velada se leyó el comunicado de la colectiva, el cual inició con un llamado a la memoria de víctimas como Michelle, Gloria Soria, Triccy, Hiromi, la niña Poleth y la maestra Marina, y recordó que a nivel global, casi 1 de cada 3 mujeres ha sufrido violencia física o sexual al menos una vez en su vida, y que cada 10 minutos una mujer o niña es asesinada por alguien de su entorno. Marea Verde advirtió que en México, de enero a septiembre, se han registrado 513 feminicidios y más de 617 mil llamadas de emergencia por violencia familiar, evidenciando un acceso a la justicia marcado por desigualdades y falta de apoyo institucional.
El texto denunció que en Veracruz la colectiva ha documentado 77 víctimas este año, muchas de ellas asesinadas por parejas o exparejas pese a haber denunciado previamente; otras, víctimas de trata y crimen organizado, aparecieron en fosas o parajes. Señalaron también la falta de reacción social ante estas violencias, cuestionando por qué la muerte de un funcionario genera más atención que los feminicidios cotidianos, por qué se condenan más las pintas que los asesinatos, y por qué “es más incómodo tener una feminista en casa que a un violador”.
La jornada concluyó con un llamado urgente a autoridades y sociedad para romper la indiferencia y la impunidad. La colectiva reiteró que su lucha busca transformar el dolor en dignidad y exigió que ninguna niña o mujer vuelva a ser violentada, desaparecida o asesinada. “Ni una menos. Acordamos vivir”, cerraron.




















