Anecdotario mexicano

La estela de Tepatlaxco

El juego de pelota es una tradición prehispánica que apareció hace más de tres milenios que se practica todavía en el occidente de México y en Cancún, para los turistas. Tanto en Guatemala como en México, se multiplican asociaciones de jugadores y aficionados que buscan popularizarlo. Se necesita entonces definir los reglamentos con la mejor precisión posible.

Algunas reglas son fáciles de entender. Dado el peso de la pelota de hule, unos 3 kg., es obvio que sólo se puede tocar con partes del cuerpo bien definidas, los hombros, la cadera, el antebrazo. Un golpe en la cabeza o en el pecho mataría inmediatamente el jugador. Otras reglas se pueden deducir de los textos que nos dejaron los primeros testigos del juego y también del estudio minucioso de la iconografía prehispánica.

La estela de Tepatlaxco, un monumento de 180 cm. de altura que pesa 490 kg., se encuentra actualmente en el Museo Nacional de Antropología en la ciudad de México. Proviene de los alrededores de Orizaba, del rancho de Tepatlaxco, y no del municipio del mismo nombre cerca de soledad de Doblado (Veracruz). Esta escultura, conocida desde 1867, fue trasladada a México por Leopoldo Batres, el arqueólogo del tiempo de Porfirio Díaz. Numerosos investigadores discutieron de su fechamiento y de su pertenencia cultural (olmecas, mayas, totonacos). No se trata aquí de discutir esas hipótesis, sino de interesarnos en la imagen para entender algunos aspectos del juego.

La estela representa dos personajes de pié. El de la izquierda ayuda al otro a vestirse para un partido. Este último está ricamente ataviado: lleva una especie de casco con plumas, un collar, unos brazaletes en su brazo izquierdo y bandas en su rodilla izquierda. Resulta probable que el casco y los ornamentos sólo indican el prestigio o la importancia del jugador, sin tener un papel en el juego propio.

Lo importante esta del lado derecho y en la cintura: el antebrazo esta protegido por una especie de banda que parece mantener un guante: los dedos no se ven. La rodilla derecha esta protegida por una gruesa rodillera. El jugador lleva una faja y un cinturón grueso amarrado con una cuerda que el ayudante está abrochando. Las protecciones del antebrazo y de la pierna derecha están destinados a protegerlo contra los golpes de la pelota o cuando el jugador se arroja al suelo para recuperarla. Así se vistan los jugadores modernos, con un solo guante y una rodillera, lo que implica que el jugador siempre golpea la pelota del mismo lado. Se puede entonces deducir que ocupa una posición fija en la cancha.

El cinturón amarrado parece hecho de una materia bastante compacta, pero flexible, ya que se amarra con una cuerda, tal vez cuero. Los yugos de piedra muy conocidos en la arqueología de Veracruz han sido muchas veces interpretados como cinturones de jugadores. Considerando su peso, unos 20 kg., es muy poco probable: serían más bien réplicas en piedra, utilizadas en los rituales asociados al juego.

El análisis detallado de la imagen de la estela de Tepatlaxco proporciona así indicaciones preciosas sobre el atavío de los jugadores al mismo tiempo que sobre algunos aspectos del juego. Confirma que estamos bien en presencia de un jugador de pelota de ulama de cadera, su atavío indica que se trata de uno de los principales y las protecciones definen su probable posición en la cancha. No sólo basta apreciar el arte prehispánico por su calidad estética y su interés cultural, pero si se toma el tiempo suficiente para analizarlo, se pueden obtener muchos indicios pertinentes sobre la práctica del juego.

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