*Los políticos siempre hacen lo mismo: prometen construir un puente aunque no haya río. Nikita Jruschov, dirigente de la URSS. Camelot
Ya no queda mucho tiempo para los relevos de las alcaldías en Veracruz. 212 municipios cambiarán de liderazgos en 2021. Son otros tiempos de elecciones, ya no estará el presidente en la boleta y eso va a ayudar a aquellos que sueñan que el carro completo termina. Los opositores al gobierno, le quieren quitar la mayoría legislativa en ese proceso.Las fichas se mueven en ese tablero. El ajedrez juega también en ese tablero que conlleva a un jaque al Rey. Se renuevan alcaldías y los personajes comienzan a aparecer. Uno de ellos, por Córdoba, Guillermo Rivas Díaz, empresario de las grandes ligas, al que le gusta también un poco la política y que, en su tiempo, fue interino y presidente municipal de esa ciudad, Córdoba, que se ha quedado un poco rezagada, por varias razones. El sector empresarial y mucha gente de las colonias ven con gusto que Guillermo busque la alcaldía. Se ignora por cuáles partidos, o si habrá alianza. Córdoba y Orizaba son dos presidencias que están, una en manos del PAN (Córdoba), y otra en manos del PRI (Orizaba), y la conseja popular cree que aquí se pueden ganar muy tranquilamente, porque Morena no ha creado candidatos fuertes que vayan por ella. Cuando era suplente de la presidencia municipal, a la partida del titular a otra encomienda, le tocó a Guillermo tomar las riendas de esa alcaldía. No lo hizo mal, en tan poco tiempo, un corto tiempo, 7 meses de 2014, le impregnó dinámica a ese Ayuntamiento, la misma que empleaba en sus extraordinarias y funcionales empresas, para llevar bienestar a colonias y mirar a la gente más necesitada. Hace no mucho en las redes sociales circuló una fotografía donde Guillermo Rivas departía una comida o desayuno con un grupo de empresarios de las dos ciudades, entre ellos Juan Manuel Diez Francos, dos veces alcalde de Orizaba y quien casi le levanta la mano de campeón, para que vaya por esa candidatura cordobesa. Será un buen candidato a esa presidencia municipal, si logra conjuntar una buena Alianza.
LAS TRIBUS DE MORENA
Al grito de ‘voy a sacar a Morena del marasmo’, un nuevo presidente riñe con la otra parte de esa tribu, la de la mujer de apellido y nombre impronunciable (Yeidckol Polevnsky), que a ratos la veo como prima de Román Polansky pero na’, ella es de esta aldea y alguna vez, dice el Wikipedia, cambió de nombre para evitar el escarnio público, pues se llamaba Citlali Ibáñez Camacho. Cuando AMLO ganó el gobierno, las tribus no encontraron qué hacer, estaban confundidas, tenían la presidencia pero el partido se les hacía chiquito, en lugar de que crecieran al lado de su jefe, les dio por pelear, reñir como buenas tribus. El presidente dice que no mete las manos al partido, pero la llegada de un hombre, Alfonso Ramírez Cuellar, con línea de la Sheinbaum, a quien el patrón le encargó arreglar ese desaguisado, le dieron un buen caballazo a la Polevnsky y se quedó llorando como la zarzamora, por los rincones. Una vieja consigna decía que la mujer del César no solo debe ser honesta, sino parecerlo. Así parece que ocurre con Ramírez Cuellar, se ve bien, retrata bien, como gente decente, zacatecano como la Rocío Nahle, la del corazón en Veracruz, el nuevo presidente llega para sacarlos del marasmo, eso dijo. Y los bien pensados creen que están ya listas las candidaturas y los amarres para lo que viene, cuando el año que entra se cambien alcaldías y gubernaturas. Además, está en juego 1 mil 717 millones de pesos para los gastos de Morena, que no es cantidad despreciable, junto a que cuentan con el fervor y favor presidencial, aunque AMLO diga que no mete las manos. Claro que las mete, el cambio de dirigencia es un caso sin dudarlo.