Sentido Común

LOS PASOS DE EDEL ÁLVAREZ

Algunos políticos o servidores públicos, como se les quiera llamar, prefieren, como se dice coloquialmente, “nadar de muertito” cuando ocupan un cargo en el gobierno estatal.

Llegan al puesto que se les asigna, se toman la foto, envían el boletín y de ahí en adelante no se vuelve a saber nada más de ellos, a menos que haya un escándalo o que les pidan la renuncia para darle paso a otro funcionario.

Pasan sin pena ni gloria por la dependencia a su cargo. Nadie habla de ellos, no los golpean en los medios, bueno ni siquiera las redes sociales se ocupan de mencionarlos. Son funcionarios grises, sin olor, intrascendentes.

Por el contrario y por fortuna, hay políticos que a donde llegan, sea de medio nivel o de altos vuelos, hacen ruido con el solo hecho de que se escuche su nombre porque construyen, mejoran, dignifican, emplean conocimientos y sensibilidad para transformar y hacer de la política el arte de cambiar hacia el progreso, como es el caso de Edel Álvarez Peña.

Algunos detractores, movidos por la envidia o que hace unos años ya lo daban por muerto políticamente, desempolvan hoy sus rencores y comienzan a generar ataques con o sin fundamento para denostar su labor en el Tribunal.

Personajes así no abundan en la política mexicana, mucho menos en la administración pública estatal, donde los mediocres prefieren culpar a la crisis de su pasividad e ineficiencia.

Por eso Edel Álvarez Peña, el magistrado presidente del Tribunal Superior de Justicia del Estado de Veracruz, quien tiene por disciplina y por costumbre “hacer lo que se deba aunque se deba lo que se haga”, por razones de la naturaleza humana despierta siempre un cierto tipo de resquemores entre sus detractores.

Con una gran disciplina acostumbra siempre visitar las oficinas a su cargo, en este caso los juzgados de todo el estado, donde encontró un rezago impresionante, no nada más en el manejo de los expedientes y el atraso tecnológico, sino también en las condiciones físicas en que se encuentran las instalaciones y oficinas del poder judicial.

En algunos lugares de la entidad los empleados del poder judicial trabajan todavía en condiciones deplorables, hacinados en oficinas que dan vergüenza y que no permiten un buen desempeño de los jueces, que en casos extremos ni con sanitario cuentan.

Para quienes conocen a Edel Álvarez de tiempo atrás en buena lid, esto no es una sorpresa, pero para quienes lo conocen y aun así se empeñan en denostar su actuación como magistrado presidente, lo hacen de mala fe, distorsionando la información para poner en tela de duda la actuación de este funcionario que ha trabajado por Veracruz, dentro o fuera de la administración pública, y que por donde camina sus pasos siempre se escuchan. Desempeña su encargo mirando hacia arriba, adelantándose al futuro, aun sin pensar en hacia donde lo guiarán sus pasos.

Todos sabemos lo que hay en el fondo y quién está detrás de estos ataques propiciados por la construcción de las 20 ciudades judiciales, que se harán siguiendo lo establecido por el marco legal y con la transparencia que una obra de esta envergadura requiere.

Esta magna obra será sin duda una de las huellas que dejará a su paso Edel Álvarez en el poder judicial, y por supuesto será uno de los más importantes legados de la administración de Miguel Ángel Yunes Linares, el gobernador del cambio.

Por cierto, quien tenga interés en saber cómo y quienes van a construir las ciudades judiciales, solamente tiene que ingresar al portal del Tribunal Superior del Estado de Veracruz, donde por norma todo se transparenta.

www.pjeveracruz.gob.mx

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