*Esperanzadora vacuna
*¿Clases presenciales?
*El virus delincuencial
Después del prolongado espacio que tradicionalmente representan las celebraciones familiares más importantes de cada etapa de fin de año, retornamos a las evaluaciones de nuestros contornos, en los cuales nos encontramos con cifras escalofriantes registradas precisamente en el marco de los ámbitos pandémicos, que a nivel mundial ya refieren una cifra cercana a los dos millones de fallecimientos, marcos en los cuales México se sigue sosteniendo como el país con mayor porcentaje de fallecimientos en referencia al número de mexicanos que lamentablemente han sido contaminados por el coronavirus.
Entre tanto, en el tema económico los pronósticos para tierras mexicanas no resultan nada halagadores, en tanto que pese a que inicialmente se pronosticaba la posibilidad de una recuperación, ésta no sería lo suficiente (y por mucho) para recuperar los niveles financieros que se registraban el día que asumió la Presidencia de México nuestro actual mandatario Andrés Manuel López Obrador, si para ello tenemos en cuenta que la actual administración federal en el primer año retrocedió en dos puntos a la economía mexicana y, en el segundo ya con la pandemia cuando menos perdimos diez puntos, lo que sumado apunta sobre un sexenio que, tanto por factores internos como por los efectos pandémicos, se ha colocado en rangos no fáciles de remontar, porque con aciertos (sin yerros) de acuerdo a opiniones de especialistas en el tema, cuando menos requerirá de tres a cuatro años para reubicarse en los niveles económicos que existían al inicio del actual sexenio presidencial.
Y claro que estamos a tiempo de emprender la tarea no sólo para frenar la espantosa mortandad, que podría ser mucho mayor si no aplicamos mecanismos más eficientes para el caso, sino de la misma forma buscar las vías apropiadas que permitan, en primer plano, diluir las diferencias políticas-partidistas que han estimulado un país con figuras denigrantes como lo ha sido el diseño de “Los Chairos y Los Fifís”, apuntes despectivos de los unos contra los otros, que refieren un obvio sectarismo, mismo que al persistir, en lugar de sumar originará un mayor quebranto irremediable en el seno de la colectividad, que por sus propios efectos, está dañando la fuerza de unidad nacional que sólo se obtiene con el entendimiento de todo el núcleo social, excepto los inadaptados, que en todo colectivo existen y que de siempre han transitado por un submundo del que resulta difícil rescatarlos.
México debe ser gobernado sí, con la mano extendida del Presidente, del Gobernador y del Alcalde, teniendo siempre presente el antiquísimo legado “de dar a cada quien lo que se merece”, porque el mayor dilema que se tiene en un país como el nuestro, es que actualmente proseguimos en los espacios de la inequidad, misma que no sólo se debe combatir con el discurso propositivo y apegado a los derechos tanto de los de arriba, como de los de abajo, sino de la misma forma se deben practicar las obligaciones, porque los viejos de antes nos enseñaron, que la “la mano se extiende” para recibir cuando se tienen méritos para ello, tal es el real escenario de la Justicia Social, marco en el cual se premia a quien se esfuerza y se auto-limita quien es reacio al trabajo.
Apoyar a los enfermos, los débiles y las nuevas generaciones es obligatoriedad no sólo del Gobierno, sino de todos los que conformamos el contexto social, pero la autoridad debe fomentar los ámbitos apropiados, pertinentes y urgentes, para que sea el sector privado quien genere riqueza y sea ésa riqueza, precisamente la que “enriquezca” fuentes laborales productivas y justas para con el esfuerzo de sus trabajadores.
Las sociedades prósperas en el mundo entero provienen de esa coalición (no contubernio) entre sector productivo, sector laboral y sector gubernamental, no se contempla ninguna otra posibilidad para superar crisis económicas que no sean las que suman los esfuerzos, agregando a ello los ámbitos educativos y de formación profesional que requiere el propio desarrollo económico, sumando lo referente a “Salud Pública”, instituciones que deben ubicarse a niveles de las mejores del mundo, tanto en los ámbitos del sector público como en lo referente al servicio particular.
Se debe -insisto- premiar el esfuerzo, buscando los equilibrios apropiados para que en México recuperemos nuestra economía en lo general, reflexionando siempre que no existe “Un Mundo Feliz” sino una sociedad que debe unificar voluntades en torno a sus líderes, pero para que ésos líderes cumplan con la responsabilidad de acrecentar las fuentes de trabajo y mejorar el desarrollo integral de la colectividad, al tiempo de disponer de servicios vitales, como las vías comunicación, agua, drenaje, electricidad, escuelas y universidades, centros hospitalarios de primer nivel en todo el país y, sobre todo, requerimos de la unidad de los mexicanos, de su empeño y honorabilidad, que a su vez permitan procesos democrático limpios y apegados a la legalidad en todo su contexto, marco en el cual se debe reflejar la máxima aspiración de un Gobierno realmente eficiente y notoriamente honorable… Ni de más, ni de menos.
Lo que se lee
Claro que nos deben preocupar las referencias sobre reacciones adversas registradas por varios médicos del sector oficial, quienes después de ser vacunados contra el COVIT-19 (debieron ser recluidos hospitalariamente) para determinar su estado de salud, algunos de los cuales ya fueron dados de alta y los menos se encuentran bajo observación.
Y la verdad es que apenas la ciencia médica está recibiendo datos sobre “todos” los efectos colaterales que pudieran registrarse entre los vacunados, la razón de ello la conocemos los mexicanos y se registra en todo el mundo, porque si partimos del apresuramiento para desarrollar una vacuna que incluyó prisas entre las pruebas realizadas, es lógico que con el paso del tiempo ya circulando la vacuna en el organismo de miles de mexicanos, sobrevengan eventos de tal naturaleza, por lo que antes de calificar como nociva la vacuna, se debe prestar atención a quienes registran reacciones que, incluso, podrían encontrarse previstas por los propios productores.
Mientras tanto decenas de millones de mexicanos tienen los brazos extendidos para ser vacunados.
Lo que se ve
Por el momento “ni en sueños” se debería en tierras veracruzanas y en muchas otras regiones del país y del mundo, en la posibilidad de reiniciar clases presenciales en el transcurrir de las próximas semanas, tal como ya se hace referencia en algunos ámbitos escolares, en tanto que el letal virus cerró el año refiriendo un nuevo récord tanto de contagiados, como de fallecimientos originados por el letal virus.
La salud de los menores no se debe arriesgar porque aparte que es nuestra obligación protegerlos, de ello dependería la salud de sus padres, hermanos y su entorno en lo general.
Por lo tanto, una determinación en tal medida no se trataría de promover sólo el reinicio de clases, sino de estimular el desarrollo pandémico entre el seno familiar y, efectos en ése sentido, indudablemente que involucrarían como corresponsables al sector magisterial… Pero ya veremos en que terminan tales “intentos”, que muchos califican como escenario para captar reflectores en tiempos electorales.
O que se oye
Tristemente el estado de Veracruz cerró e inició el nuevo año con cifras realmente preocupantes por el número de asesinatos, mismos que se han registrado en tierras jarochas de Norte a Sur, reflejo claro que en materia de seguridad los avances no se encuentran claramente consolidados, por lo que proseguimos en espacios de intranquilidad, no sólo por los efectos terribles del Covith-19, sino por la otra pandemia que desde tiempo atrás persiste, que es el “virus de la inseguridad”.
Que tengan todos ustedes apreciados lectores un año de prosperidad y bienestar en lo general.