En 1847 los límites territoriales entre México y los Estados Unidos habían sido fijados hasta el río Nueces; el gobierno americano inconforme con ese convenio, reclamó a nuestro país la ampliación de dichos limites hasta el río Bravo.
Con el pretexto de que Texas fuera atacada por nuestras fuerzas, el gobierno norteamericano envió sus tropas al mando del general Clark para que provocara un combate que justificara la invasión de México.
Por otra parte, el general Scout recibía órdenes de salir con un ejército de diez mil hombres rumbo al sur y que atacara Veracruz; llegó a ese puerto el 22 de marzo de 1847 e inició el ataque a la ciudad.
Después de intenso bombardeo y de una tenaz resistencia que duró seis días, cayó la heroica Veracruz en poder de los invasores. El general Scout siguió rumbo a México, el 18 de abril con 8,500 hombres atacó cerro gordo y siguió hasta Puebla, donde estuvo hasta los primeros días de agosto, donde recibió refuerzos y decidió seguir hasta la capital de la República.
Llegó a México el 12 de septiembre de 1847, el jefe de las fuerzas invasoras se dio cuenta, que la defensa de la ciudad se había concentrado en el perímetro y dentro del castillo de Chapultepec; se dirigió a ese lugar con el grueso de sus tropas e inició un violento ataque de artillería e infantería contra los defensores.
La superioridad en armas y equipo de ejército norteamericano, dio fin al combate al día siguiente, no obstante los hechos heroicos que realizaron los defensores que dieron su vida por la patria; entre ellos figuraron los valientes niños Héroes de Chapultepec, cuyos nombres: Juan de la Barrera, Agustín Melgar, Fernando montes de Oca, Vicente Suárez, Francisco Márquez y Juan Escutia, quienes hasta ahora ocupan un lugar de honor en la historia patria.
Un hecho emotivo que demuestra el amor a la patria y un valor cívico ejemplar, lo realizó el joven Juan Escutia quien la madrugada del día 13 de septiembre de 1847, en el fragor de la sangrienta batalla se encontraba de vigilancia en el puesto “mirador” de la azotea del castillo, cuando se dio cuenta que nuestra bandera aun ondeaba a toda asta; ante el temor que cayera en el poder de los invasores, se apresuró a arriarla y ya en sus manos lo alcanzó un disparo que lo hirió de muerte
Así mal herido, en un acto heroico fue hasta el lado oriente de la azotea, la parte más rocosa del Castillo y cubriendo su cuerpo con nuestra bandera nacional, se arrojó al vacío.
El 13 de septiembre, día de fiesta nacional, ondea en los edificios públicos nuestra Bandera en honor de los valientes defensores del castillo de Chapultepec.
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