Acertijos

AQUEL MONREAL

Columna Acertijos de Gilberto Haz

Cuando las amistades duran y perduran. Camelot

Ricardo Monreal Ávila, político, abogado y académico, de 63 años, disidente, gente fiel de la 4T que buscó su posición con sangre, sudor y lágrimas, es un político no dejado. Hace unos días vino a Veracruz-Xalapa a los trabajos de la Reforma Judicial, donde se buscan 700 jueces sin experiencia, según un meme que circula, y soltó una declaración que no gustó en Palacio ni en la parte del ala dura del gobierno, Habló de los Yunes, a pregunta de reporteros y dijo que los respetaba y que esperaba que las acusaciones en contra del senador electo, Miguel Yunes Márquez, fueran justas, legales y ciertas, o algo así: “tengo una opinión correcta de ellos (los Yunes), no me meto, los conozco y lo único que puedo expresar es mi respeto y ojalá se resuelva de la forma correcta, respetándole el debido proceso y en el camino de la justicia correcta”. Ardió Troya. Pero Monreal tiene un antecedente, cuando junto a Dante Delgado se enfrentó al gobernador Cuitláhuac García por la prepotente aprehensión de José Manuel del Rio Virgen, un hombre de sus confianzas, secretario técnico de la Junta de Coordinación Política del Senado. Con todo y que junto a Dante Delgado hicieron todo por liberarlo, ni siquiera los dejaron entrar a visitarlo a Pacho Viejo, donde estuvo encarcelado de diciembre de 2021 y liberado en junio de 2022. En esos días veracruzanos quien posó al lado de Monreal y la gobernadora electa, Rocío Nahle, fue Javier Herrera Borunda, hijo del exgobernador de Veracruz, pocos recuerdan que en 1998, cuando su padre, Fidel Herrera Beltrán, era vicecoordinador de los diputados priistas junto a Mariano Palacio Alcocer, Enrique Jackson Sosa, y el mismo Ricardo Monreal Ávila, liderados por Arturo Núñez, tabasqueño, también conocido como el Pingüino. Monreal quiso ser candidato a la gubernatura de Zacatecas y el alto mando del PRI no lo dejó. Entonces se enojó y se marchó y el PRI le quitó su despacho en el Congreso federal. Allí entró en escena Fidel Herrera Beltrán y, como tenía cuatro despachos, optó por cederle uno y hasta al muñeco Alberto Silva Ramos, como su ujier, para que lo atendiera personalmente. Monreal nunca regresó al PRI y fue gobernador perredista y luego mudó a Morena, donde hoy es un elemento fuerte al lado de Claudia Sheinbaum, pero nunca olvidó ese trato amable y de amistad de Fidel. Fin dela anécdota.

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