*Marcha feminista dejó diversas afectaciones por vandalismo
Orizaba, Ver.- Tras los actos vandálicos ocurridos durante la marcha conmemorativa del Día Internacional de la Mujer en Orizaba, Fernando Trueba Coll, coordinador de Turismo de la ciudad, informó que se están cuantificando los daños ocasionados al histórico Palacio de Hierro, uno de los edificios más representativos de la región.
En entrevista tras el paso de las manifestantes, el funcionario municipal destacó que el objetivo primordial era limpiar y recuperar el inmueble, borrar las manchas y reparar los cristales rotos, entre ellos uno templado ubicado en la entrada principal.
De igual forma, aclaró que, aunque el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) no intervendrá en el proceso de restauración, el área jurídica del Ayuntamiento ya está trabajando en el caso.
“El edificio no le hace daño a nadie”, expresó Trueba, quien reiteró su respeto hacia las mujeres y la conmemoración del 8 de marzo, pero subrayó que los actos de vandalismo no son la manera adecuada de expresar las demandas del movimiento feminista.
Durante el incidente, el Palacio de Hierro albergaba a alrededor de 10 personas que laboran en el lugar, así como a algunos paseantes y turistas, quienes al igual que los empleados del café ubicado en el interior del edificio, expresaron sentir miedo ante la magnitud de la turba. “El mensaje para los turistas es que esto no pasa todos los días”, aseguró el coordinador de Turismo, buscando tranquilizar a quienes visitan la ciudad.
Además de los daños materiales, el incidente tuvo repercusiones en la salud de una mujer embarazada que se encontraba en el lugar, debido a que la señora, quien presenció los actos vandálicos, se sintió mal por el nerviosismo y el miedo, lo que le provocó un aumento en su presión arterial, siendo atendida de inmediato por paramédicos de Protección Civil, quienes la estabilizaron.
El Palacio de Hierro, un ícono arquitectónico de Orizaba, se convirtió en el escenario de un momento tenso que ha generado opiniones divididas, pues mientras algunas personas respaldan las demandas del movimiento feminista, otras lamentan que se haya recurrido a la destrucción de un patrimonio histórico para visibilizar la lucha.
