*Lo viejo no termina de morir y lo nuevo no termina de nacer. Camelot
Desde el caso de poli americano, que mató a una gente de color con la rodilla al cogote, hasta los vientos de la maldad que se han enseñoreado en nuestro México lindo y qué herido, las notas noticieriles policiacas van de la brutalidad de los cuerpos de seguridad,hasta las muertes de algunos civiles. Sucedió hace un par de días cerca de Tierra Blanca, en Acatlán de Pérez Figueroa, un joven americano, que vivía por estas tierras y le gustaba el futbol y estaba becado por la UGM, jugaba en Tierra Blanca y dormía en Orizaba, según relató su señora madre, a gritos pidiendo justicia y exhibiendo el cuerpo del hijo masacrado por unos brutos y criminales policías que, dice la autoridad municipal, los confundieron. La escena que se vio anoche fue brutal, desgarradora, nada ni nadie podrá devolverle al hijo asesinado a esa madre, que con llanto y rabia mostraba el cuerpo desnudo y masacrado del hijo, tendido sobre una mesa hogareña. Qué Dios la acompañe en su sufrimiento. Mientras, el gobernador Murat, que es de los consentidos de la 4T y mantiene buena relación con el presidente, todo lo contrario de Enrique Alfaro, con quien se ha dado su tirito presidencial, Alejandro Murat debe detener y enjuiciar y encarcelar a esos nerviosos policías, que no saben seguir los protocolos y en esos pueblos, que a veces son sin ley, disparar es lo primero. Por ahí Ciro Gómez Leyva recordó los casos de los asesinatos en Tierra Blanca.
LOS CHOCHOS EN PANDEMIA
Ahora que el maldito Coronavirus llegó al mundo y paralizó la faz de la tierra, como ninguna otra generación en 50 años va a vivir esto que vivimos ahora (unas niñas pequeñas le decían a su abuelo: “Abuelo ¿Cuándo saldremos a ver a nuestras amigas?), uno se cuida como dice Papá Gatell, el chico rock star de la película, pero también surgen remedios caseros que propagan por las redes, desde las estampitas del presidente AMLO hasta la secretaria de Gobernación, la Cordero que quita los pecados del mundo, que se protege con gotas de nanomoléculas, en seguida que apareció la nota envié a un personero a una tienda naturista, y le contestaron ¿Qué madre es eso?. Algunas recetas caseras señalan cómo no contagiarse. Y surgen salvaciones: desde tomar mucha agua de limón, naranja en jugo, los cítricos, el ajo, y hasta en Foro TV hay un anuncio de un medicamento previsor; aceite de sésamo es el otro recomendado. Uno va a todas, cuando te dicen que esto o lo otro te protege, pues suele uno tomarlo. Y me acordé porque hace algunos años, cuando en Orizaba inauguró el Emperador Juan Manuel la estatua de Porfirio Díaz, a quien muchos consideran el mejor presidente de este México lindo y qué herido, en una cena en La Troje, propiedad de Tavo Rodríguez Pasquel Bravo, invitóa la tataranieta de don Porfirio, y fui de invitado. La señora, bella dama setentañera, comentó allí que ella tomaba desde hacía muchos años una cucharadita por las mañanas de Bicarbonato, y eso ayudaba a alejar el cáncer del cuerpo y, desde ese día, quien esto escribe, o sea Yo Mero, le pego a una cucharada diaria del buen Bicarbonato. Y ahí andamos, lidiando tempestades virulentas. Solo por eso me acordé de los chochos recomendados.
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