Córdoba, Ver.- A 16 años de su fundación la asociación Sí a la Vida considera que persiste la incomprensión, exclusión y efectos perversos de la desigualdad para la comunidad seropositiva reveló su presidente Alejandro Mendoza Molina.
Dijo el entrevistado que cuando se formó Sí a la Vida los objetivos principales fueron luchar contra la exclusión, la discriminación y en pro de la visibilización del riesgo de salud que enfrentaba un sector de la población.
“Vencer el aislamiento y comprensión no fue cosa fácil. 16 años después enfrentamos una segunda pandemia llamada Covid 19 también de alcance planetario”.
“Como entonces la población más vulnerable del planeta ha padecido los peores efectos y dificultades para acceder a la atención médica y vacunas”.
Mendoza Molina agregó que “en este escenario mundial, la atención de otros padecimientos se ha visto opacada por la urgencia que el nuevo virus del Covid 19 produjo”.
“Sin desestimar la gravedad del asunto, fortalecer las acciones de nuestra organización demandan un nuevo empuje, pues a la vez que la pandemia de Covid 19 nos pone en la misma situación de riesgo que al resto de los habitantes del planeta, la comunidad seropositiva ha enfrentado el efecto de la desatención que produce el enfocar la totalidad de la política de salud en la pandemia”. “Niños con cáncer sin esquemas de atención, disminución del suministro de tratamientos para enfermedades crónicas entre otros”.
“Rebasar tres lustros de vida, con los objetivos claros, la moral en alto y la decisión de garantizar la atención de poblaciones vulnerables en el área de la salud pública, constituye un motivo de alegría y de reafirmación de nuestras convicciones”.
“Como cada año debemos agradecer y agradecernos, a todos los que han compartido esta lucha. Los que están y los que han partido, sin su aliento y generosidad, este esfuerzo se hubiera diluido”.
“Dieciséis años de pie unidos por la mejor causa de la humanidad, la defensa de la vida, de nuestras vidas y de la de nuestros semejantes”.
Concluye:
“También es muy importante, el agradecer al Obispo Eduardo Patiño, Primer Obispo y ahora Emérito de Córdoba quien junto al presbítero Javier Rodríguez (+) párroco de San José Obrero, tuvieron el valor de iniciar esta travesía, costo críticas, pero vale la pena”.
