*Navidad de aglomeraciones
*Las tragedias costeñas
*Economía y elecciones
Si nos apegamos a los últimos datos porcentuales de aceptación del Gobierno Federal, auto identificado como de “La Transformación”, cifras difundidas en los últimos días en las cuales se acredita un repunte en las simpatías de los mexicanos que ronda arriba del cincuenta por ciento, es natural que se piense en que los próximos comicios para el relevo de legisladores, se encuentra complicado para los probables candidatos de la mancuerna integrada inicialmente por la coalición del PRI. PAN y PRD, más otras organizaciones que pudieran sumarse para afrontar la contienda electoral.
Claro está que los recientes golpes electorales registrados en dos entidades federativas, como fueron la derrota de “los candidatos morenos” en las entidades de Coahuila e Hidalgo, para muchos refiere un aviso de alerta para los próximos comicios federales, sin que falten algunos analistas que acrediten poca relevancia a las dos derrotadas de Morena, ante el panorama de una elección federal próxima a registrarse, en la que se elegirá en lo esencial a los integrantes que conformarán la Cámara de Diputados la cual constituye parte del Congreso de la Unión.
Las opiniones y con ello los pronósticos de prestigiados analistas, obligan a reflexionar que de hecho el Congreso de la Unión, registra mayores posibilidades de que en la Cámara Baja repita mayoría de diputados federales simpatizantes de MORENA, ello basado en las estadísticas y la historia de éste renglón de procesos electorales, en el que “regularmente” el Primer Magistrado del país, ha tenido de su lado al Congreso de la Unión.
Pero al interior de los organismos opositores al actual estilo y proceder gubernamental, palpita la idea que la suma de fuerzas partidistas les resulte suficiente para abrir nuevos espacios legislativos, que conviertan al Congreso de México “en verdadero evaluador del comportamiento gubernamental, para restaurar ámbitos de mayor efecto democrático”… Obviamente al interior de la estructura legislativa en los Marcos del actual sexenio presidencial.
Es indudable que los frenos y contrapesos al interior de un sistema de Gobierno, ha representado de siempre uno de los objetivos fundamentales de la vida democrática -es más- la existencia de los congresos, cámaras de representantes o como Usted los quiera llamar, tiene como finalidad que quien Gobierna como depositario del Poder Ejecutivo, registre claramente frente a su poderío, al núcleo de supervisión, vigilancia y “poder de veto”, basado en las determinaciones que asuma el Poder Legislativo, al igual que en torno a quienes son depositarios del Poder Judicial, ambas instituciones dejan de cumplir con su cometido, si son conformadas exactamente por los mismos intereses partidistas e, incluso muchos de ellos para ser candidatos “fueron palomeados” por las estructura del Poder Ejecutivo, pero no bajo el criterio de competencia y capacidad, sino por sobre ello, en torno a los intereses para que, en los cuerpos legislativos, no existan olas “con severas resacas” que pudieran no coincidir con lo que es propuesto o ejecutado (en algunos temas) por parte de las oficinas del “Ejecutivo Estatal” o en su caso del “Ejecutivo Federal”, porque éste tema también se encuentra vinculado con los Congresos Estatales.
Hace tiempo (la anécdota ya la he referido) en un informe del entonces Presidente de la República, al pronunciar la respuesta el entonces Presidente del Congreso de México, Porfirio Muñoz Ledo, señaló más o menos en ése histórico escenario: “Señor Presidente, recuerde Usted que juntos, El Congreso de la Unión somos más que vos”.
Precisamente la idea que exista un Congreso de la Unión, así como Congresos Locales en cada Entidad Federativa del país, estriba en que el Poder Legislativo actué como un órgano determinante para supervisar que el Poder Ejecutivo, cumpla con lo establecido por las leyes mexicanas e invariablemente procuren ámbitos hacia el desarrollo integral, porque tal estructura legislativa representa la voz de los intereses de todos los mexicanos y a la vez, sus integrantes deben de ser garantes de que en México prive el desarrollo integral y el bienestar en lo general.
Histórico por reflejos de una real Transformación, sería que los niveles ejecutivos de La Federación, de los Gobiernos Estatales e incluso de las Administraciones Municipales, dejaran (sin meter la mano) a los respectivos cuerpos partidistas, la selección de candidatos, para que efectivamente sin presiones del Poder Público y al margen de fuerzas de poder, que no sean la mayoría de los respectivos militantes, seleccionaran a sus propios candidatos a integrar el Congreso de la Unión, ello en reales y palpables marcos democráticos, porque de continuar las cosas como siempre han sido, en la que los legisladores son soterradamente impuestos por el Poder Ejecutivo, continuaremos parafraseando pero en sentido adverso, aquella expresión de Muños Ledo: “Señor Presidente: Juntos somos más para lo que Usted Ordene”.
Lo que se lee
Los espacios tradicionalmente decorados con referencia a las fiestas decembrinas en municipios de la región centro del Estado, como es el caso de las ciudades de Orizaba y Córdoba, están registrando innumerable cantidad de ciudadanos (incluyendo muchos menores de edad) ávidos de disfrutar de los escenarios navideños, mismos que de siempre han sido atractivos para la población, que como es natural quiere disfrutar de las festividades de fin de año.
Pero al mismo tiempo y por las circunstancias imperantes en la actualidad, tales escenarios corren el alto riesgo de convertirse en “focos de contagio”, en los marcos de una pandemia que ha cobrado más de 100 mil muertos en el país y que, lamentablemente, mantiene a miles de mexicanos contaminados por el coronavirus en los centros hospitalarios del todo el país.
Debe quedar claro en toda la colectividad y, los medios debemos insistir en ello, que en los marcos de aglomeraciones incluso la sana distancia puede resultar infructuosa, primordialmente porque ha quedado demostrado que en tales escenarios de aglomeración de personas, son en los que mayormente han resultado mayor número de contagios, situación que ha complicado las acciones para restaurar la normalidad en nuestro país.
Insistimos, evitar las aglomeraciones incluyendo en las que se practique “la sana distancia”, es fundamental para reducir la secuencia de contagios, que ha colocado a México entre las naciones con mayor índice porcentual de fallecimientos, escenario que debe preocupar y ocupar no sólo a las autoridades, sino a todos los mexicanos, para mantenernos apegados a la “nueva normalidad” y que decrezcan contagios y fallecimientos, mismos que de acuerdo a las últimas informaciones proporcionadas por el doctor Hugo López Gatell, no estarán definidas en su totalidad sino hasta dentro de dos años… De ése tamaño son las dimensiones de los efectos pandémicos.
Lo que se ve
La muerte de tres menores de edad que acompañados de su familia, viajaron hacia las zonas veracruzanas y fueron arrastrados por el peligroso oleaje, registrado en las costas de nuestros municipios costeros, también debe ser acreditado a la escaza vigilancia que para escenarios de tal naturaleza, debería existir por parte de las autoridades, ya sean municipales, estatales o federales, pero “alguien” debe evitar que ante temporales que elevan los riesgos en la playa, evite que sean utilizadas por turistas o locales, ello como resguardo en favor de la seguridad de quienes nos visitan y de quienes viven en la zona costera.
Y señalo que deben ser las playas vigiladas en temporadas de riesgo, porque no es la primera ocasión que se registran tales tragedias en los ámbitos de la calificada como “Riviera Veracruzana”, hecho que por sí mismo tiene el dramático reflejo de la tragedia, pero que al mismo tiempo su inevitable difusión, representa un significativo daño para la actividad turística, dado que refiere que el visitar nuestras costas jarochas (las aguas que arrulla el mar) constituye arriesgar la vida, ya no sólo por los lamentables niveles de inseguridad en carreteras y ciudades, sino por el oleaje que refiere niveles de elevado peligro, lo que está muy distante de ser “un arrullo” para convertirse en un panorama de dramática agonía.
Vigilancia y supervisión efectiva… No hay de otra.
Lo que se oye
Cada día que pasa, en nuestro país se advierte el desarrollo creciente de una división socio-política de dimensiones insospechadas, entre quienes predican “los aciertos” de la actual estructura federal del Gobierno de México y, quienes descalifican tales voces aprobatorias al tiempo que refieren un cúmulo de yerros pronosticando que, de no ser corregidos, mantendrán al país estancado en los ámbitos del retroceso.
La realidad y debe quedar claro, es que antes de la pandemia la economía mexicana refería un año (1919) con números rojos, incluso se habló de un decrecimiento del menos dos en la economía nacional, hecho que se acreditaba a un periodo de ajustes tanto en los mercados internacionales como al interior de la economía mexicana.
Hoy los especialistas insisten en que el declive financiero ronda entre los 10 o 12 puntos, lo que podría representar aplicando una política de aciertos el recuperar los niveles perdidos en un plazo de entre dos o tres años, sin que falten los que amplíen el tiempo sobre tales perspectivas.
Ante dichos espacios de estrechez financiera, sobrevienen para México tiempos de campañas electorales, lo que obviamente de alguna forma para bien o para mal, influirá en los resultados de la próxima elección… Ya se verá.