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Deshielo del permafrost en el Pico de Orizaba representa riesgo para montañistas

Orizaba, Ver.- El retroceso acelerado del glaciar Jamapa en el Pico de Orizaba no solo marca la desaparición de una capa de hielo milenaria, sino que está generando una peligrosa inestabilidad en las laderas del volcán, según revela un estudio reciente realizado por científicos de la Universidad de Alaska y la Universidad Veracruzana.


Y es que el equipo de investigación, liderado por el Dr. Yoshihiro Chiba y el Dr. Víctor Soto, monitoreó las condiciones del permafrost, que es el suelo permanentemente congelado, en las laderas del Pico de Orizaba, lo que dejó hallazgos son alarmantes, pues mientras que en la ladera norte, cerca de la cima, el permafrost se mantiene estable a -1.8°C, en la ladera sur, a 5,300 metros de altitud, está al borde del punto de fusión, con temperaturas apenas bajo 0°C.


“Cuando el permafrost se degrada, pierde su capacidad de actuar como ‘cemento natural’ que mantiene unidas las rocas”, explicó Víctor Soto, asegurando que esto provoca que durante el verano, una capa activa de hasta 55 cm se descongele, desencadenando desprendimientos de roca y flujos de escombros, fenómenos que ya se han reportado con frecuencia en los últimos años.


Agregó que el estudio advirtió que los montañistas que ascienden por la ruta sur enfrentan un riesgo elevado de derrumbes, especialmente en altitudes superiores a los 4 mil 400 metros, donde el permafrost está más degradado. “Una roca del tamaño de un balón puede ser mortal si cae desde cientos de metros de altura”, señala Soto.


Aunque la ladera norte muestra mayor estabilidad cerca de la cima, en zonas más bajas también hay inestabilidad debido al deshielo progresivo. Eventos como sismos o lluvias torrenciales podrían acelerar estos deslizamientos.


Expuso que la degradación del permafrost es un termómetro del calentamiento global. A diferencia de los glaciares, cuya desaparición es visible, el deshielo del permafrost ocurre bajo la superficie, debilitando lentamente la estructura de la montaña. “El Pico de Orizaba es un ejemplo de cómo el cambio climático está alterando ecosistemas que parecían permanente”.


Finalmente dijo que, de continuar esta tendencia, no solo se perderá el último glaciar de México, sino que aumentarán los riesgos geológicos en la zona, por lo que es urgente implementar protocolos de seguridad para alpinistas y estudiar medidas de mitigación. “La ciencia debe servir para proteger a la sociedad.

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