Córdoba, Ver. – Vigilante de los campos Huilango, antiguamente conocidos como la ex aviación, durante más de 40 años fue su hogar y forma de vida. Hoy, don Pau ha partido a la eternidad. Su única familia fueron los gatos que el cuidó, alimentó y protegió que aquí quedan y lo extrañarán por su gran corazón y amor que les brindó a su manera.
Paulino Hernández Mencias murió esta mañana, en un albergue del DIF municipal, donde era atendido por una enfermedad terminal que padecía.
Don Pau enfrentaba en las últimas semanas una gran tristeza producto de ya no poder vivir en el Huilango 1, donde todas las noches, acompañado de su manada felina disfrutaba de un techo lleno de estrellas, aire y la soledad con la que vivió siempre.
Originario de un caserío, más adelante de Villanueva en el municipio de Tezonapa, siempre dijo no tener familia y nadie que pudiera dar razón de él.
Trabajador del ayuntamiento, asignado al Comude, don Pau era un hombre recio, curtido por el trabajo y siempre empeñado en mantener limpio el campo y las gradas del Huilango 1.
A las seis de la tarde, tras acabar las faenas de limpieza en las áreas verdes se dedicaba a recoger toda la basura dejada por los jugadores y asistentes al campo para luego sentarse en las gradas con un refresco frío a esperar que llegara la noche y dormir acompañado de su manada.




Una mañana me mandó un mensaje con una persona conocida y me dijo que ya se Iba a morir, que quería hablar conmigo.
Cuando llegué, estaba sentado y me dijo que ya no le quedaba mucho tiempo y que me encargaba a sus gatos.
Fue en ese momento que se le llevó a tratamiento médico a través del Comude y del DIF.
Por su problema se decidió que ya no estuviera más tiempo solo y se transfirió a un albergue del DIF en espera de un lugar en el asilo.
Su tristeza creció extrañando el campo, a sus amados gatos y el cielo lleno de estrellas.
Solo de una cosa podrá estar seguro.
Sus gatos seguirán protegidos y alimentados.
Los vecinos que lo conocieron, los jugadores que platicaron con él y sus amigos lo vamos a extrañar pero sabemos que en el Huilango 1 quedó su corazón y espíritu.
Hasta pronto amigo Pau. Hasta pronto de parte de tu manada.