La educación se relaciona siempre
con un proyecto de hombre y
sociedad, activamente propugnado o
Pasivamente aceptado.
El nuevo milenio nos interroga hoy fuertemente sobre nuestros propósitos educativos, al Estado de la 4T y a su Secretaria de Educación, se le exige mayor inversión en infraestructura educativa, salarios profesionales a los profesores(as), personal de apoyo, administrativos y de intendencia y sobre todo ante la adversidad que ha provocado el virus Covid_19 en nuestro país.
Un rubro de exigencia será sin lugar a dudas la formación académica, actualización permanente objetiva y veraz del magisterio; formación teórica y metodológica de procesos de innovadores de enseñanza y de aprendizaje, más allá de lo que hubiéramos imaginado, obliga interpretar rápidamente la Geopolítica de nuestro país frente al mundo y nos demanda colocarnos frente a nuestra realidad para transformarla.
Se tiene que reconocer que los profesores(as) han sido siempre el puente entre el presente y el futuro inmediato, entre la promesa y la realidad. El educador de hoy, el de este momento trágico de nuestra historia vive la paradoja de dos páginas distintas, la del siglo XX, finales del segundo milenio, en el que se hicieron y se gestaron sustantivamente en su formación académica y la del siglo XXI, inicio del tercer milenio, nuestros hijos, nietos, los alumnos están escribiendo con su vida la historia de nuestro país, donde todo las bases de una educación tradicional que se aferra a no morir y la realidad que rebaso a la labor educativa.
La educación y sus procesos so dialecticos, cambiantes y competitivos, es la razón del presente inmediato, el motor de un futuro que se debe planear teniendo presente que tipo de ciudadano debemos formar. Un mexicano con un pensamiento y juicio crítico, analítico, creativo, reflexivo, con conocimientos, habilidades, actitudes, valores, científico y tecnológico, pero sobre todo con una identidad nacional que preserve su historia y su cultura.
Este es el reto de los verdaderos educadores, los de vocación y no de ocasión, que deberán hacer un acto profundo de reflexión sobre el papel crucial de la educación que imparten en este momento cruel para la nación.
En México, la pandemia del Covid_19 ha puesto al descubierto la falta de capacidad del Sistema Educativo Nacional y de sus educadores para planear los contenidos, métodos y didáctica innovadora para usar la Tecnología de la Información y la Comunicación de la Sociedad.
Una realidad educativa que debe ser diagnosticada teniendo presente la trilogía que la forma: Profesores(as), Padres de Familia y alumnos. En el diagnostico tener presente los estilos educativos de los padres de familia, los estilos de enseñanza de los profesores(as) y los hábitos de estudio y aprendizaje de los alumnos. La realidad de los patrones que se repiten de “generación en generación” relacionados con el “qué y cómo” de la educación, los cuales al tener su origen en circunstancias pasadas, están muy lejos de preparar a los niños, adolescentes y jóvenes para enfrentar en este nuevo ciclo escolar 2020 – 2021, los retos de conocimientos, del “saber” y del “hacer” de la educación.
El modelo educativo del sexenio pasado que han denominado del conservadurismo y neoliberalismo y su Reforma Educativa calificada como represiva y del actual que asume una cuarta transformación histórica del país, siguen con el modelo desgastado en la familia y en la escuela que no responden a las necesidades del momento actual y del presente inmediato. Por décadas han existido planes y programas de estudio que se han mantenido en cada sexenio, con innovaciones mínimas. Hoy se deja sentir la necesidad de un sistema de educación cuyo rol no sea solamente colocarnos en condiciones de comprender un pasado relativamente inestable eso es política educativa y no labor de la escuela pública.
La Secretaria de Educación Pública y la de los Estados para el presente inmediato ciclo escolar 2020 – 2021, deberá desarrollar a través del Magisterio un “proceso de Enseñanza – Aprendizaje, que sea anticipativo y participativo” mediante el uso de las Tics, en este sentido la Sep. Y la federación deberá revisar su modelo educativo y no bastara con enseñar a los niños, niñas, adolescentes y jóvenes como mejorar su alimentación e higiene ante la pandemia.
Los libros de texto, las láminas ilustrativas, las antologías y la cultura de las copias fotostáticas que hasta hace unos meses permitían a los profesores(as) y alumnos bajar información de la internet, con la “autosugestión pedagógica, copia, pega y lee”, a partir de marzo han caído en desuso. Se deberá revisar a los protagonistas del proceso educativo más que considerar a los padres de familia, quienes están y seguirán estando ocupados presumiblemente en obtener recursos económicos para pagar deudas y privilegiar la alimentación.
Corresponderán el protagonismo del proceso educativo a los profesores y profesoras quienes han practicado “roles” como conductor, orientador, animador, facilitador y didácticamente con métodos pedagógicos que han definido una diversidad de aprendizajes basados en los hábitos tradicionales de estudio de los estudiantes tales como : “aprendizaje basado en indagación”, “aprendizaje por descubrimiento”, “aprendizaje bancario”.
Con la Pandemia del Covid_19, en el mundo los campos de trabajo se han diversificado y superespecializado en el uso de las Tics, Revisar los perfiles de ingreso desde la educación básica, media superior y superior se hace urgentemente necesario. En el caso concreto de las Universidades la abundancia de “troncos comunes de estudio ”, las tiras de materias y sus créditos que son elegidos por los estudiantes, los contenidos y objetivos no bastarán centrarlos en conocimientos(saber), habilidades(hacer) y actitudes( valores y actitudes propios y hacia el saber).
En conclusión: La Secretaria de Educación Pública y las de la federación deberán no solo formar jóvenes con miras a un oficio determinado sino sobre todo capacitar para que puedan adaptarse tareas y labores diferentes y sobre todo de perfeccionarlas sin cesar a medida que evolucionan Las distintas formas de producción mercantil, comercial, industrial, de servicios varios, así como a las nuevas formas de contratación laboral y de seguridad social. El personal docente de cualquier nivel educativo, ante la realidad que hoy vive, si no se actualiza por la vía institucional y/o autodidacta, su pasantía, el título profesional que recibió hace un año, cinco, diez o treinta años no representa un conjunto de saberes que domine y aplique en estos momentos críticos.
LEB. Emily Pimentel Cabrera. MCE
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