El ejercicio de la política es cíclico, a veces los actores políticos tienen la investidura del poder, otras, tienen que resistir el vendaval de la orfandad.
Hay una compilación completa respecto al ejercicio del poder, desde teorías, ensayos y una ciencia política que estudia los intersticios de este halo que enloquece al hombre, hasta reglas no escritas bajo el rigor metodológico que aplican en el entendimiento popular debido a su probada eficacia en la narrativa oral del mexicano.
Escribió indeleblemente Martín Luis Guzmán: “La política mexicana sólo conjuga un verbo: madrugar”. La realidad histórica ha demostrado, sin embargo, que la política mexicana en realidad sólo aspiraba a conjugar tres verbos: Sumar, Sumarse y Sumirse.
“Hay tiempos de sumar, y hay tiempos de sumirse”, receta un político en sus primeras lecciones aprendidas de política de sobrevivencia.
Esto lo debiera entender Rogelio Franco Castán, ex secretario general de Gobierno de Miguel Ángel Yunes Linares, cuya impronta política sólo se remitió a acompañar al ex gobernador a santiguarse a la catedral metropolitana de Xalapa o a ser acompañante en los escasos desayunos publicitados desde La Parroquia de Xalapa en el bienio azul.
“Hay que tener memoria y huevos Franco” le recomendó Javier Duarte de Ochoa, el fauno de la política veracruzana que se burla hasta de sí mismo en las frías paredes del Reclusorio Norte de la CDMX mientras se regodea con una barbacoa llevada hasta el altiplano desde algún lugar de Veracruz en imitación culinaria del pescado de Moctezuma.
Y es cierto, la política, como dice Javidú, es kármica.
Si perseguiste a los enemigos de tu jefe, como personero casi mudo del poder, la vendetta te alcanzará en efecto boomerang, se aplicaría al imberbe Castán, que según su ex pareja Guillermina Alvarado González, en live político transmitido en redes sociales, “vivía en una casita de lámina” en su natal Tuxpan antes de su meteórico ascenso político.
“Los carniceros de hoy serán las reses del mañana”, dice otra frase de la ciencia política a la mexicana, guadaña que sigue cayendo, afilada, sobre las testas de los políticos en desgracia en la alegoría del poder para la 4T y los días aciagos de la oposición.
Y retorciendo lo escrito por Martin Luis Guzmán: “para uno que madruga, otro que no duerme”.
Recurriendo a la filosofía campechana de la comediante Sofía Niño de Rivera diríase que Cuitláhuac García Jiménez metió a la cárcel a Rogelio Franco Castán porque pudo. Así de simple, más allá de consideraciones jurídicas, marchas, plantones y campañas para canonizarlo en la opinión pública, presentándolo como una víctima del sistema por quienes ayer ponían el pie en el pescuezo de sus enemigos, pasándose por salva sea la parte, el estado de derecho, la justicia y la democracia.
Es un ejercicio de poder puro, crudo, descarnado, real; pero vigente.
Los puristas del orden jurídico dirán que la reforma al código penal que insertó el delito de ultrajes a la autoridad como garrote para embotellar a los enemigos, vulnera los derechos fundamentales del individuo, tutelado en la presunción de inocencia hasta que la fiscalía demuestre lo contrario; es una macana jurídica para aplacar a los enemigos; tienen una carga de razón jurídica.
Sin embargo, aunque se caiga en el contrasentido constitucional en menoscabo de la autonomía de poderes, la Fiscalía General del Estado, es un ariete con púas que blande el ejecutivo para hacer prevalecer su poder, mermado cotidianamente por sus adversarios que quieren arrebatarle el poder en el 2024.
En este “manual de política en desuso” que recopiló Héctor Aguilar Camín, se cita el ciclo interminable de la lucha por el poder.
“En política, dice la experiencia mexicana, todos los amigos son falsos, todos los enemigos verdaderos. Dicho esto, la misma experiencia señala que en política no hay amigo pequeño”. (Revista Nexos, julio, 1995).
Hay también un antídoto a este aforismo popular, sintetizado por el escritor Aguilar Camín, uno de los intelectuales orgánicos preferidos -en su diatriba mañanera- del presidente Andrés Manuel López Obrador: “lo que resiste, apoya”, o lo que es lo mismo que el guillotinar a quien te estorbe resulta contraproducente a la larga porque el gobernante se mimetiza con la represión, intolerancia y egolatría que son una tríada mortal para quien ejerce el poder.
XIII. De la esencia del reformismo revolucionario: “Lo que resiste, apoya”.
En la metodología elemental para abordar al enemigo, Héctor Aguilar Camín recomienda:
- Nunca empieces un pleito que no quieras ganar.
- Si no puedes cortarle los güevos al tigre, no se los arañes.
Y remacha este formulario de la política mexicana con la recomendación al “político novel (que) confunde a sus enemigos con sus adversarios, a sus adversarios con quienes le muestran indiferencia, y a sus enemigos con quienes simplemente le caen gordos.
… de otro costal
A 152 años de su fundación en la ciudad de Veracruz, en ceremonia especial; la Gran Logia Masónica Esperanza No. 2, reconoció a la periodista veracruzana Rosa María Hernández Espejo por ser una ciudadana ejemplar en pro de la orden en general y de esta logia masónica, expresó en medio de la liturgia en la que sus integrantes deben conducirse con rectitud.
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