*El México violento no deja de sorprendernos y atemorizarnos. Preparen las trincheras. Camelot
La mañana amaneció con el atentado al secretario de Seguridad de Ciudad de México. Los celulares comenzaron a sonar. Le habían herido y habían baleado su camioneta blindada y a sus escoltas. Había muertos, decían los primeros avances informativos. Herido se encontraba pero a salvo en sanatorio, decía la jefa de Gobierno.Omar García Harfuch (25 de febrero de 1982, edad 38 años, Cuernavaca), es un buen policía, el mejor de ellos, se nombra que a la salida del secretario Alfonso Durazo de la seguridad nacional, es un fuerte candidato a sustituirle. Ha limpiado duro esa ciudad, que no terminan de barrer y donde bandas delincuenciales la han asolado. Omar es hijo de otro legendario político, Javier García Paniagua y de la actriz María Sorté. Aquel político priísta que, cuando José López Portillo no le dio la candidatura a la presidencia de la República,ahí mismo, en sus narices, le tiró el nombramiento de presidente y se fue dando un portazo a la residencia de Los Pinos. Nieto también del legendario general Marcelino García Barragán, el secretario de la Defensa del octubre de 1968, aquel del que se habló que en esos tiempos la embajada americana le había ofrecido la presidencia, mediante golpe de Estado al presidente Gustavo Díaz Ordaz. El General Barragán no quiso ser en la historia, aquel chacal llamado Victoriano Huerta, y se mantuvo fiel a su jefe. El secretario Omar es un buen secretario, policía de carrera, buen investigador y honesto funcionario. Un móvil del ataque, se había pensado, era porque en la mañanera de ayer, cuando le preguntaron al secretario Alfonso Durazo de los nombres de las bandas delictivas en Ciudad de México, el secretario dijo que no se darían a conocer nombres, que era clasificada esa información, atrasito el presidente lo desconoció y ordenó al secretario de la Defensa diera a conocer los nombres. Esa podía ser una pista, aunque por la misma mañana el agredido aseguró en su tuiter que fue el CJNG, los culpables del atentado. Escribió: “Esta mañana fuimos cobardemente atacados por el CJNG, dos compañeros y amigos míos perdieron la vida, tengo tres impactos de bala y varias esquiarlas. Nuestra Nación tiene que continuar haciéndole frente a la cobarde delincuencia organizada. Continuaremos trabajando”. La libró por el bien de él mismo y de la Ciudad y del país, pues es un buen policía de carrera y buen funcionario. Dios lo cuidó y lo protegió y ojalá lo siga cuidando, se le necesita en este México violento. Qué descansen en paz esos policías caídos en el cumplimiento de su deber, y una mujer civil.
DE RAUL DEL POZO (ESTATUAS)
Ahora nos ensañamos con las estatuas, comenzó en Estados Unidos contra los racistas. Siguió Europa y al pobre CristóbalColón, en América, le ha llovido sobre mojado. La historia registra tirar estatuas, en España las de Francisco Franco mordieron el polvo en cuanto terminó su gobierno y la de Sadam Hussein, cuando los americanos lo derrocaron, voló su estatua de pies a cabeza. Al paso que vamos, de las estatuas solo quedarán los caballos. Cito a Raúl del Pozo: Arturo Pérez-Reverte dijo hace tiempo: “No recuerdo quién escribió que el siglo XXI va a ser el de los imbéciles. A lo mejor fui quien lo dijo o lo escribió. Lo dijera quien lo dijera observen la cantidad de gente que empieza a confirmarlo”. Arturo puede estar en lo cierto si se mira a los veteranos de guerra atrincherándose en la estatua de Churchill o seguimos las hazañas de los que decapitan las esculturas de De Gaulle, Cervantes o Cristóbal Colón, como si se estuvieran entrenando para decapitar personas. Los retroprogres iconoclastas se han movilizado en una ola de puritanismo que recuerda a los peores momentos de la época victoriana; han ido mas allá de los braguetones que impidieron que un Papa destruyera los frescos de la Capilla Sixtina cubriendo con ropajes las partes íntimas. Éstos degüellan a los héroes.
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