*Carreteras sin ley ni orden
*Duro retroceso económico
*Niños sin radio ni televisión
Notoriamente interesante es el apunte efectuado por Don Alfonso Romo, que se desempeña como Jefe de la Oficina de la Presidencia, funcionario del más elevado nivel en el ámbito presidencial, que al hacer uso de la voz bajo los actuales estilos virtuales que cotidianamente se practican, en el marco de la Asamblea Anual de la Cámara de la Industria de la Transformación (comúnmente identificada en el Estado de Nuevo León como CAINTRA) el destacado integrante del equipo del Presidente Andrés Manuel López Obrador, externó con toda claridad que en nuestro país, se debe de prescindir, o sea, eliminar “los tabúes ideológicos”…
“Ponerse de acuerdo y quitarse los tabúes ideológicos” para muchos analistas e incluso ciudadanos en lo general, apunta frente a los actuales escenarios que privan en el país, una expresión con la cual pudiera interpretarse que ya se evalúa en Palacio Nacional, el disminuir los tonos de rispidez que han sido parte (en últimas fechas) de los estilos presidenciales, sobre todo en temas vinculados con determinados círculos del sector empresarial, que de alguna forma desde el escritorio presidencial, se han disparado dardos incluso de abierta descalificación.
Una de las urgencias más notorias que existen en el territorio nacional, es que se detenga e incluso se cancele la actitud (que pareciera también aptitud) de invariablemente rivalizar de frente a la colectividad, todo aquello en lo que no estamos de acuerdo, no coincidimos o simplemente no aceptamos por “supuestos pecados” en el pasado…
En los casos de hechos delictivos, la autoridad debe proceder pero apegado a la discrecionalidad que las propias leyes indican, sin difundir opiniones de quien es Presidente de todos los mexicanos, tanto “de los unos como de los otros”, aparejado a ello, se debe tener siempre claro, que existen instituciones responsables de administrar justicia, sea hacia un ex funcionario del más alto nivel, o se trate de un pordiosero que transita por las calles del más modesto de los barrios.
Con apego a las leyes que nos rigen, se debe tener claro que en materia de “Libertad de Expresión”, quienes nos gobiernan podrían, bien podría apuntarse que tienen mayores limitantes que un reportero o un ciudadano común y corriente, no porque el gobernante adolezca constitucionalmente de facultades en tales espacios, sino por la autocontención a las que sus propias funciones lo remiten, marcos en lo que un ciudadano cualquiera podría referir una lista de irreverencias sobre un partido político, con el que no está de acuerdo, escenario que no cuadra del todo en los espacios “de libertad” de un funcionario público, obligado como tal, a no intervenir en ciertos temas como lo son los procesos electorales, al igual que los escenarios relacionados con la impartición de justicia.
Hoy todos, o casi todos los días en las esferas presidenciales se escuchan referencian vinculadas con “el caso Lozoya y sus implicados”, lo que incluso pudiera ser interpretado como una práctica, que precisamente busca obtener dividendos de rangos políticos y, no la aplicación puntual de la Ley con claro apego a la administración de justicia.
Y tal pareciera que “el tema Lozoya” le podría resultar “de mayor utilidad política” al sistema político dominante, en el marco de los dimes y diretes que anteceden al juicio, que lo atendido por los tribunales en dónde los medios de difusión sobre el tema, quedan limitados para navegar en los marcos de “los dimes y diretes”, en tanto que las leyes ordenan significativa discreción sobre casos que se encuentran en proceso de juicio en los ámbitos de Tribunales.
La verdad es que nunca antes en la historia moderna del país, los mexicanos habíamos presenciado un escenario tan claramente “espectacular”, cercanos incluso a la transmisión en vivo y con todo el color, de un proceso que se enmarca más en la espectacularidad con efectos políticos partidistas, registrando como espectadores a miles o millones de ciudadanos, en donde la finalidad aparente, pareciera que no es del todo el juzgar al indiciado, sino transformar tales escenarios en más que una sentencia para el infractor, en los cimientos de una plataforma política electoral que le permita a las tonalidades partidistas morenas, recobrar los niveles de popularidad que se les han esfumado en el transcurrir de los últimos 21 meses…
De acuerdo a las informaciones difundidas en las últimas horas, el señor Lozoya aparentemente sigue refiriendo hechos emanados de los amplios espacios de la corrupción, como el que implica al cordobés Javier Duarte de Ochoa, cuando (según Lozoya) el entonces Gobernador de Veracruz, le regaló un carro deportivo al presidente Enrique Peña Nieto, quien exclamó ante dicho gesto: “Miren lo que me acaba de regalar el Gobernador”.
Siempre hemos escuchado aquella vieja expresión de que “las cosas en palacio van despacio”, pero todo indica que en los marcos de la Cuarta Transformación se está adoptando por “la prisa”, porque “al camarón que se duerme se lo lleva la corriente”… ¿Será?
Lo que se lee
Dicen quienes mucho viajan que, si antes las carreteras representaban un marcado riesgo en materia de seguridad, en la actualidad y, sobre toda en las diversas regiones veracruzanas, las carreteras se han convertido “en tierra de nadie” con niveles aterradores de asaltos e incluso asesinatos.
Los hechos son difundidos por los medios de comunicación, pero tal parece que no ejercen ninguna llamada de atención para los ámbitos de seguridad pública del ramo Federal y Estatal, porque los niveles de hechos delictivos siguen registrando su espantosa presencia, sobre lo cual muchos transportistas e incluso autoridades municipales han hecho referencia, pero tanto el silencio en los marcos oficiales como el terror en las carreteras veracruzanas persiste.
Refieren los habitantes de tierras jarochas, que “de plano se ha perdido la esperanza”, pero persistirán en espera de que las autoridades actúen con la celeridad y la efectividad necesaria, para poner un alto definitivo sobre las vías de comunicación, las que efectivamente se han convertido en tierras sin ley y, obviamente sin orden.
Lo que se ve
Una de las áreas mayormente deprimidas económicamente como resultado de las restricciones para disminuir los efectos de la Pandemia, lo ha sido todo el ámbito que en múltiples regiones conforman las áreas y estructuras al servicio de la actividad turística…
Desde mis inicios en la actividad informativa, capté con claridad que el renglón turístico representa en numerosos países, indudablemente “una de las joyas de la corona”, no sólo para el sector empresarial y los trabajadores al servicio de dicha actividad que son numerosos, sino que los efectos del turismo alcanzan a incontables sectores como empresas del transporte, del servicio de hotelería, establecimientos alimenticios, bares y centros de diversiones, en fin, ningún renglón de la actividad económica derrama en sus entornos tantos ingresos, como lo es la actividad turística.
Hoy, ante los efectos pandémicos, los empresarios, grandes y pequeños como los vendedores de helados o raspados, refieren escenarios de elevada crisis, tanto así que instalaciones de renombre ubicadas incluso en los famosos portales del puerto de Veracruz, se han declarado en quiebra y han cerrado sus establecimientos.
Terrible ya son los efectos colaterales de la pandemia que nos agobia, sin que aún contemplemos con claridad una luz realmente esperanzadora en el camino, porque tales rutas aún no se han concluido… Es urgente que el Gobierno en lo general, en lugar de involucrarse en acciones que le convengan en los escenarios de las próximas elecciones, se involucren de lleno en programas que frenen con mayor rapidez la pandemia que nos agobia, al tiempo de favores programas que permitan recuperarse a los mexicanos del retroceso financiero que sacude al país… En espera de ello están millones de trabajadores y empresarios.
Lo que se oye
Complejo, en realidad difícil será para millones de niños de escasos recursos en nuestro país, habrá de resultar el poder atender su año lectivo por vía de los sistema de comunicación como lo son la radio, la televisión y el Internet, ello porque la pobreza en muchas familias mexicanas persiste en niveles preocupantes, muchas son las familias que incluso no disfrutan en sus muy humildes viviendas ni de energía eléctrica, mucho menos disponen de una televisión o un radio…
Ya veremos qué aplica de manera efectiva el Gobierno de la Transformación, para atender con eficacia a los niños mexicanos y que, realmente reciban su instrucción primaria o secundaria por conducto de los sistemas electrónicos de comunicación… Indudablemente que sobre ello el pueblo mexicano se mostrará atento.