En la ciudad francesa de Toulouse el poder municipal se concentra en el Capitolio cuya construcción fue decidida en 1190. En ocho siglos de existencia, este espléndido edificio ha experimentado numerosos cambios y constituye un emblema de la ciudad que ocupa el lado oeste de la plaza del mismo nombre.
Antiguamente llamado la Casa Comunal, el Capitolio abriga actualmente el palacio municipal, así como el teatro que cuenta con una variada programación de óperas, ballets y recitales durante todo el año. La fachada de dos pisos está hecha en piedra calcárea y tabique rojo y fue edificada entre 1750 y 1760. Cuarenta y ocho ventanas y ocho columnas de mármol completan su frontispicio.
Los salones del palacio municipal están suntuosamente decorados, desde los muros hasta el techo, por diversos pintores que plasmaron escenas de las diferentes estaciones de año, así como de la mitología griega. La entrada al Capitolio es la primera parada recomendada cuando se visita la ciudad de Toulouse. Una vez contemplado tanto el interior como el exterior de este edificio excepcional, sólo basta caminar unos metros para disfrutar de los numerosos cafés y restaurants que bordean la plaza.