En las inmediaciones de París, se ubica el fuerte de Vincennes, una antigua fortaleza en medio de un conjunto de edificios modernos. Entre esos últimos, destacan los que albergan los servicios históricos del ejercito francés. Entre los miles de documentos conservados por esta institución, algunos de ellos muy antiguos, destacan las 240 cajas relativas a la Guerra de Intervención en México (1861-67). Se componen en su mayoría de documentos administrativos, de los diarios de los regimientos, de relatos o de telegramas. Pero también incluyen mapas, fotos, planos o informes sobre los recursos disponibles en distintas regiones. A este fondo documental se suman los innumerables expedientes personales de oficiales que dejaron otros diarios, cartas y otros recuerdos.
Esos archivos, que nunca se estudiaron debidamente, representan una verdadera mina de oro para los historiadores y los arqueólogos que se interesan en el pasado de México. A pesar de unos escasos trabajos, como el inventario preliminar de de la Torre Villar, no existen estudios sistemáticos de esos fondos documentales. Además de los eventos militares y políticos de la guerra de Intervención, se encuentran numerosos mapas tanto regionales como planos de ciudades, entre ellas Córdoba o San Luis Potosí. A lo largo de sus andanzas, los diversos regimientos registraron sitios arqueológicos, vestigios aislados. En Veracruz, el Dr. Fuzier levanto el plano del sitio El Tejar, por ejemplo. Varios oficiales que se aburrían durante los sitios, como en Oaxaca, aprovecharon sus momentos libres para excavar, recogiendo vestigios y otros objetos, tal como el teniente Zédé que regreso de Miahuatlan con algunas cerámicas zapotecas.
Solo un estudio sistemático de esos fondos documentales permitiría evaluar correctamente su valor documental e histórico.
