Un verdadero show mediático fue el que armaron los gobernantes. Uno estatal y otro municipal. El tema principal “La Policía”. El talón de Aquiles de todo gobierno. El cuartelazo aplicado a la preventiva local el sábado pasado se “planchó” en la Ciudad de México. Fueron llamados los dos protagonistas de este teatro. El circo del pueblo tuvo como personajes principales Igor Rojí y Cuitláhuac García. La presentadora fue la domadora de leones o tigrillos. Doña Olga Sánchez.
La embestida en los noticieros nacionales, los pronunciamientos de la iniciativa privada obligaron a calmar las aguas turbulentas que se vivían en Orizaba.
La obediencia
El jalón de orejas al gober de la segunda al mando del Gobierno federal fue duro. O se calmaban los dos o los apaciguaban desde el Altiplano.
Los dos fueron doblegados. No le convino a ninguno seguir esa lucha estéril. Mejor pactaron y quedar en buenos términos. Y así pasó.
Lo que dialogaron en la CDMX no se sabe. Pero funcionó. Esa visita que tuvo Rojí con la Secretaria de Gobernación dio resultados. Desde anoche el mandatario veracruzano ya pernoctaba en el Pueblo Mágico.
Por la mañana se alistaba una reunión y desde la noche del martes, se contrataba el sonido y un salón de conocido hotel de la oriente 6 entre sur 17 y 19. Ahí se darían el abrazo de Acatempan.
¡No me ayudes compadre!
A temprana hora, llegó a las instalaciones del Centro Integral de Procuración de Justicia, al sur de la ciudad, el secretario de Gobierno, Eric Patrocinio Cisneros Burgos. El mismo que tenía que resolver ese problema, pero no lo hizo. Ante los reporteros calificó de “estrecho” al alcalde orizabeño. Qué abonarían los calificativos hacia el chaparrito. En nada. Entonces para que expresarlos.
Más tarde, después de la reunión de la Mesa para la Construcción de la Paz, Cuitláhuac García, fue entrevistado por los reporteros locales. Les dijo que Igor ignoraba muchas cosas de las leyes en materia de seguridad. Lo invitó a leer la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal y la Ley Estatal de Seguridad Pública. El gober tampoco se los sabía. Tenía su borrador y de ahí los leyó.
Después se reunió con el alcalde, dirimieron las diferencias en menos de 20 minutos. Antes, dijo que se había llegado a un acuerdo y que el edil, tenía que cumplir. Realizar los exámenes de control y confianza y ya. Sino confiaba en los trámites que se harían en El Lencero, pues que los hiciera en donde él quisiera, pero que los haga ya. Y si los resultados eran positivos, los elementos policiacos regresarían a seguir siendo parte de la corporación.
Con un semblante demacrado, posiblemente por no dormir bien, el presidente municipal aseguró que la normalidad volvería. Se harán los exámenes que piden.
La presión empresarial
Después, el gobernador sostuvo una reunión con la élite empresarial. Los industriales que dan vida al estado. Un encuentro al que asistió Juan Manuel Diez. Guillermo Rivas. Othón Porres Bueno, expresidente de la Cámara Nacional de la Industria Azucarera y Alcoholera (CNIAA) y dueño de varios ingenios. El mismo que regaló al Gobierno cantidades de alcohol para la elaboración de gel antibacterial.
Ya no era el mismo Cuitláhuac. Confirmó lo dicho por el munícipe. La normalidad en Orizaba volverá. Sólo debe cumplir una parte del acuerdo. Enviar a los exámenes de control y confianza a los “polis”. Permitir que la Secretaría de Seguridad Pública, la Fuerza Civil, Sedena y Guardia Nacional forme parte de las estrategias de seguridad en la ciudad y ya.
Entonces. Porque no haberlo hecho así desde un inicio. Querían medir fuerzas y los dos quedaron exhibidos. Ambos personajes tuvieron que obedecer a Doña Olga. Y así salieron. Sumisos y dóciles.
En otras coordenadas, cerca del Palacio Municipal de Orizaba, se llevaba a cabo en las oficinas del Morena, ubicadas en Sur 8 y Colón poniente una rueda de prensa. La militancia, guiada por Alberto Flores Luna, hijo del maestro Juan Alberto Flores, ex alcalde de Huiloapan, así como Verónica Hernández Monfil y Jovita Velázquez Pérez, exponían que entre la ciudadanía orizabeña existe un hartazgo en contra del autoritarismo, el clasismo y el abuso de poder que se ha ejercido en las últimas administraciones municipales en contra de ciudadanos de este y de otros municipios. Y ahora con el acuerdo de Rojí y García, qué dirán. ¿Insistirán en seguir haciendo leña del árbol caído? Lo dejamos de tarea.