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El escandaloso saqueo a las arcas públicas del atarantado

Si la Auditoría Superior de la Federal encontró del 2018 al 2024 inconsistencia financieros en el gobierno de Cuitláhuac García, del orden de los 7 mil millones de pesos y ORFIS, tanto solo en 2024, registra daño patrimonial por 2 mil 373 millones urge llamar a cuentas al responsable.

Es el atarantado que de pronto desapareció. De pronto no se supo más de él; ya no chapea… ¿Acaso sigue en la gasera federal o como dicen sus detractores “anda de pelada?

Ya son muchos los señalamientos de parte de los organismos federal -ASF y Orfis- sobre las malas cuentas sexenales entregadas sin mediar respuesta mismas que bien valdría la pena remitir a las fiscalías de la república y la estatal llevando como prueba las llamadas “sábanas” donde queda claro -punto por punto- qué se hizo y comprobó en favor del desarrollo en las diferentes tareas sociales de 2018 al 2024.

Es del dominio público que el atarantado solo se hizo maje durante su gobierno y simplemente volteó la cara cuando se le reclamaba obra pública incumplida y los raros números del cuñado en el manejo de la secretaría de Obras Públicas que encabezaba.

También de la vista gorda se hizo cuando el primo cómodo, Eleazar Guerrero, desde la Secretaría de Finanzas hacía y deshacía con las áreas administrativas de al menos una treintena de ellas, incluidas las de los poderes legislativo y judicial ¿o es que ya se olvidaron las rapacerías de Joana Marlén Bautista Flores desde el administrativo del Tribunal Superior de Justicia?

¿Y los hijos del mismo Eleazar Guerrero manejando los dineros de Seguridad Pública y el DIF?

Los veracruzanos tenemos memoria.

Recordamos uno a uno lo que sucedió en la pandemia con las medicinas; el tráfico de influencias y desvíos millonarios en la Secretaría de Educación con Zenyazen Escobar, hoy con fuero y con una Contraloría cómplice y un aliado natural, el crimen organizado en donde Erick Cisneros les abrió la puerta.

Si el nuevo gobierno apela al olvido, el “pueblo bueno” no.

Las obras millonarias del Acuario, los saqueos al “Pirata Fuente”, la transa del “Nido del Halcón”, la permisividad con 174 municipios morenos con deudas y malversaciones superiores a los 2 mil 372 millones… y lo peor, los subejercicios.

¿Cuántos miles de millones de los presupuestos anuales se regresaron a la federación para complacer a López Obrador con los sus caprichos de llevar ese dinero a Dos Bocas, el tren Maya y el AIFA?

Necesario por tanto que el atarantado rinda cuentas. Es el momento. De otra suerte estaremos presenciando una complicidad gubernamental.

Tiempo al tiempo.

*Premio Nacional de Periodismo

CRONOLOGIA DEL MOVIMIENTO DE 1968.

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