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El hipotético plan de Claudia

Yo vivo en una aldea en la zona centro del estado de Veracruz. En esta aldea hay un personaje que a pesar de cargar sobre sus hombros todos los años del mundo, todavía conserva algo de lucidez, y mucha experiencia en política. De ese pozo de sabiduría abrevo cuando tengo dudas respecto del comportamiento de algún prominente político, como ha sido el caso de nuestra presidenta de la República, quién en mi opinión ha cometido errores garrafales al subirse al ring contra el abogado de Ovidio, e incluso asistir a Sinaloa con su amigo el gobernador Rocha a algún evento, en medio de la lucha declarativa.

Encontré a mi amigo José Enrique Bustos preparándose para dormir, una tarde dominguera a las seis de la tarde. Enrique estaba sopeando un cocol en un delicioso atole que le preparó su también anciana esposa, y en ese momento le pregunté qué pasaba con la presidenta. Me parecía que se estaba exponiendo mucho, ella como persona y al país en su conjunto, ante la urgencia del presidente Trump de frenar el poder del crimen organizado en el país.

En un momento de lucidez que tuvo Enrique, en medio de su incipiente demencia senil, me dijo que no, que Claudia está jugando ajedrez de muy alto nivel. Me hizo recordar que tiene encima la espada de Damocles que representa la revocación de mandato. Amenaza que le otorga mucha fuerza para perjudicar al sexenio actual al expresidente López Obrador, quien por cierto, fue quien escogió a la mayoría de senadores y diputados federales de morena, gobernadores de morena y del verde, e incluso infinidad de diputados locales.

Por ello, Claudia vive una presidencia muy acotada en cuanto a su poder político. Pues incluso, aunque ha querido avanzar en el liderazgo de su partido, es Andrés Manuel López Beltrán, hijo del expresidente quien controla el partido en el poder.

Habiendo dejado claro que Claudia está limitada por todos lados para ejercer un poder acorde a su criterio, me cuenta Enrique, mientras se le escurre un poco de atole en la comisura de sus labios, ella está jugando con las cartas que le han tocado. Así, al actuar casi como defensora del Mayo, reclamar los acuerdos del gobierno americano con Ovidio, a pesar de su historia criminal, acudir a Sinaloa a defender al gobernador Rocha, hablar bien de Adán Augusto, exonerar a Cuitláhuac por los faltantes de cuenta pública en Veracruz, etc., lo que está haciendo es preparar su pretexto máximo, ese que hará que el expresidente no busque su cuello en la revocación de mandato.

Imaginemos que Estados Unidos decide entregar al gobierno mexicano la famosa lista Marco, esa que presuntamente elaboró Marco Rubio poderoso secretario de estado americano. Y que en esa lista están los nombres de prominentes senadores, diputados federales y locales, empresarios, gobernadores, altos mandos del ejército, jueces y magistrados, etc., y que la presión de Estados Unidos es tan grande que puede poner en peligro la seguridad nacional, en caso de no atender sus peticiones.

Recordemos me dice Enrique, tras una larga pausa, que México depende de Estados Unidos en la seguridad nacional, en la seguridad alimentaria, en la seguridad energética, en la seguridad económica, etc. Llegado el caso, Claudia podría desmantelar de un tajo todo el instrumento de poder y control político del expresidente, con la justificación de que negoció con Estados Unidos tocar todos los nombres en esa lista, excepto la familia directa del ex presidente y a él mismo.

Ante un acto tan contundente, recordemos que siempre duele más el cuero que la camisa. Ese es un dicho que se usaba a principios de los años 20 del siglo pasado, que Enrique usa mucho y que significa que duele más la familia que los conocidos, y si tenemos que sacrificar amigos y conocidos para salvar a la familia, debe hacerse.

Nadie podría juzgar que Claudia no ha hecho todo lo posible por defender los intereses de Macuspana. No sólo sus intereses, sino también a todos sus amigos y protegidos, ocupando hoy puestos de primer nivel, así que en el momento en que ella decidiera ante la presión del gobierno del presidente Trump, que es hora de desmantelar las redes de protección que en la política existen a favor de los grupos criminales, nadie podría pensar que este plan que hoy estoy describiendo existió alguna vez.

Al contrario, ella podrá alegar que puso en riesgo hasta su capital político y reputación, y que a pesar de ello, nada contentó al presidente Trump, lo que la lleva a tomar medidas desesperadas, con el fin de proteger al expresidente y a su familia más cercana. Sobre todo, porque ella y sólo ella será la que vea la famosa lista Marco, y sólo ella sabrá si en dicha lista aparece el nombre del presidente López Obrador y su familia, o si sólo será un argumento para limpiar su administración de influencias ajenas, para comenzar a ser ella la que mande, y no sólo eso, la que designe a su sucesor.

Quizá debido a esos pequeños infartos cerebrales, la mente de Enrique Bustos ya no funciona con la misma lucidez de hace unos cuarenta años, pero no podemos dejar de considerar que una persona tan inteligente como Claudia, quién además cuenta con asesores políticos de lo mejor a nivel mundial, pudiera estar jugando con un plan tan elaborado como lo que menciono, con el fin de asumir al fin ella y nada más ella, la presidencia de México.

Elbaldondecobian@gmail.com @jmcmex

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