*Rezar y hacer negocios es lo suyo. Camelot.
Ayer las redes sociales se calentaron, por la tarde corrió fuerte la noticia que el ex Obispo Onésimo Cepeda Silva, a sus 84 años, encumbrado como Obispo por Juan Pablo Segundo en 1995, en Ecatepec, Estado de México, se lanzaba como candidato plurinominal a diputado local por el congreso del Estado de México, por un nuevo partido llamado Fuerza por México, un apéndice de Morena. Por la tarde lo vimos sonriente ante la cúpula de ese partido, y dijo, de su ronco y santo pecho, con su lenguaje procaz y alvaradeño, que entraba a la política porque: “Estoy harto de tanto pendejo”. Y que no cobraría salario. Los sanedrines de la tribu pelaron los ojos, al poco rato la Diócesis de Ecatepec se deslindó de esa aventura, y dijo no reconocía nada de esa elección. Muchos pensaban que, como era Cura retirado, podía entrar al escenario político, pero en la noche, en el noticiero de Milenio de Carlos Marín, dijo que había pedido permiso al Papa Francisco, por mediación del Nuncio Apostólico, y le dijeron nones, aquiéteseme ahí donde anda en el retiro.
La historia de Onésimo es una historia de controversia, adinerado porque hace años empezó un negocio de bolsa con Carlos Slim de socio, y Roberto Hernández llegó luego de empleado de ellos. Tuvo sus escándalos también cuando se metió y le acusaron que robó una colección de pinturas de una señora muy adinerada, de apellido de prosapia. La denuncia fue interpuesta por la familia Azcárraga, heredera de las obras en disputa. Las pinturas de José Clemente Orozco, Diego Rivera, Rufino Tamayo, Frida Kahlo, Goya, Chagall, con un valor estimado de 130 millones dedólares.
Otra vez en tarde de toros, se enojó porque no le dieron las orejas y rabo a uno de sus consentidos toreros, y le mentó la madre a los jueces de plaza, allí, delante de todos.
Es bueno para los chistes y amigo de todos los políticos de antaño, se ignora si tiene relación con AMLO. Cuando cumplió 70 años, el presidente Peña Nieto fue su invitado de honor, y todo el Gabinete. Comían en el mismo plato.
Amante del golf, era amigo personal del industrial cafetalero, Domingo Muguira Revuelta, con quien solía venir a jugar al campo cordobés.
Una vez llegó al campo de golf de Orizaba, Santa Gertrudis, y un amigo con quien le tocaba jugar me contó la anécdota. Sucede que los golfistas tienen su medición de cómo juegan y cuánto tiran, cuando Onésimo le preguntó que cuánto tiraba y aquel le dijo su marca, Onésimo le respondió: “Ah, entonces te voy a dar pa adentro”.
Todo un personaje.
UNA DEL VASCO
Enloquece el Vasco Aguirre, entrenador del Monterrey, al promover a su jugador, un extranjero argentino llamado Rogelio Funes Mori, a la selección nacional del Tata Martino. Es una verdadera jalada, México no tiene centros delanteros, porque todos esos sitios los ocupan extranjeros, y los únicos dos que tenemos, uno anda ponchado, Raúl Jiménez, y el otro, Carlos Vela, no quiere jugar con la selección. El problema es tanto extranjero que milita en México. Un ejemplo, alguien que sabe de esto me dijo que en la época de Hugo Sánchez, había 9 centros delanteros buenos en el futbol nacional, aun no salían tantos a jugar fuera del país y México no contrataba tanto maleta de fuera. En el último juego contra Costa Rica, tuvo el Tata Martino que habilitar al Chuky Lozano como centro delantero, sin serlo. Lo que el Vasco debía de hacer, es un llamado a los dueños de los equipos a que dejen de contratar a tanto maleta extranjero, hay ocasiones que en el equipo del Tuca Ferreti, Tigres, llamado la Legión Extranjera, tiene alineando a 7 jugadores extranjeros y solo 4 mexicanitos. Y cuando salen fuera representando a México, como ahora en el Mundial de Clubes, ninguno se sabe el Himno Nacional Mexicano. Ah qué Vasco y ah qué Tuca. Además, nunca no pasamos al quinto juego, o sea, ahí dejémosla, con los nuestros es más que suficiente.
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