*Hemos topado con la Iglesia
*El pandémico descrédito
*Niegan la segunda vacuna
Hoy martes el Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, arribará al centro de la ciudad de Córdoba, para participar en los eventos vinculados con la celebración de los 200 años de la firma de Los Tratados de Córdoba (el 24 de agosto de 1821) acto escenificado en tierras cordobesas, exactamente en el centro de la ciudad de los cafetos, por el generalísimo Agustín de Iturbide, en esos momentos comandante del Ejecito Trigarante y, por Don Juan O’Donojú, que para esas fechas despachaba como Jefe Político Superior de la Provincia de la Nueva España, documento que sigue generando polémicas en los escenarios de historiadores, pero cuya ejecución, constituye un reflejo del elevado nivel protagónico que distingue a la ciudad de Córdoba, que formó parte de la ruta histórica entre las costas veracruzanas y el centro del país, senderos preñados de controversias y actos de heroísmo, así como de colonización, esclavitud y valentía independentista, región que constituyó una de los espacios de elevado valor histórico, que otorgaron rutas (para bien o para mal) hacia el México actual.
Y sin que los escenarios de hoy en día dramáticamente desconsoladores para veracruzanos, tanto por el incremento de los contagios y fallecimientos en los espacios pandémicos , como por los elevados niveles de violencia e inseguridad, a los que se suman los bajos índices en la actividad económica, así como en últimas horas los resultados del “soplo del huracán”, referencias que le pudieran restar validez a recordatorios sobre hechos notables y citables del pasado, como la firma de “Los Tratados” en referencia, vale destacar que el reto insalvable que se debe afrontar, para lograr avances en beneficio del desarrollo integral de los mexicanos, hoy resulta claramente más complicado que el registrado hace tres años, por más que se busquen argumentaciones cuya efectividad sólo registra valor (por el momento) en “los escenarios del optimismo”.
Y precisamente el adoptar actitudes optimistas podría representar el mejor sendero a seguir ante referencias agudamente negativas, marcos en los cuales debemos retornar al rescate o fortalecimiento de nuestros valores, forjados tanto en el pasado como en nuestro presente, como el valor de nuestro patriotismo que hoy festejamos en tierras cordobesas, con la anunciada presencia del Ejecutivo de la Nación, Andrés Manuel López Obrador y el Gobernador veracruzano Cuitláhuac García Jiménez, acompañados por la alcaldesa cordobesa Lety López Landeros, hechos históricos (como muchos otros) enmarcados en la polémica, pero que nos permiten reencontrarnos con nuestros orígenes, escenarios que nos deben resultar útiles para sumar empeños en favor de un mejor municipio, de una entidad más progresista, así como de un país identificado con la consolidación cívica, la unidad, la suma de empeños hacia mejores niveles de vida, porque lo ideal en los marcos del “bien común”, es que el bienestar alcance a todos los sectores de nuestro país, lo que no puede obtenerse si no existe tranquilidad social, suma de esfuerzos, trato igualitario en los marcos de la justicia y la administración pública, así como proyectos gubernamentales, clara y limpiamente entrelazados y consolidados con los sectores productivos y laborales del territorio nacional.
Obligados estamos en espacios tan complejos como los que hoy transita México, el redirigir la mirada hacia los contextos del histórico “Contrato Social”, obra sobre filosofía política diseñada por Jean-Jacques Rousseau (de origen Suizo y francés) que apunta sobre el compromiso ineludible que debe privar entre el ciudadano y el gobierno (ambos dos) para sumar voluntades que permitan generar bienestar y oportunidades hacia el desarrollo personal, familiar y obviamente colectivo, lo que no se podrá nunca obtener si no priva el acuerdo y la suma de empeños, entre quien gobierna y quien invierte, así como quien es contratado para trabajar, agregando al que ha transitado por años levantando la mano solicitando una oportunidad… Así, todo ello en los marcos de la honorabilidad y la equidad, agregando a ello lo referente a la libre competencia, podremos reencontrarnos con el México próspero al que aspiraban los independentistas, los reformistas, los que nos gestaron en el vientre materno y nos dieron vida y ahora y en los días actuales los que son sangre de nuestra sangre.
Bajo tales referencias, la estructura gubernamental de un País, de un Estado y de un Municipio, quebranta su compromiso con el pueblo si no ejercen lo que por obligación les corresponde, que es estimular productividad, lo que no es posible si no existe la unidad de esfuerzos así como el inversionista equitativo en el trato hacia sus trabajadores y, a su vez, un sector laboral conformado por una fuerza productiva esforzada, leal y competente.
Si alguno de los sectores en referencia, no cumple con el perfil y el esfuerzo requerido, la cadena productiva tiende a reducir su nivel de eficacia, lo que demerita los niveles de productividad, impactando negativamente en el desarrollo integral de la economía, efectos negativos que al final dañan con mayor impacto al sector más endeble de la cadena, que resulta ser el trabajador, sector donde regularmente causa más estragos la improductividad, sin perder de vista que también “pierde” el empresario, los proveedores y, tras de ellos los espacios gubernamentales, porque en tal escenario también se reducen ingresos por impuestos, al tiempo que nos vemos obligados a enfrentar un problema social, como lo es la debilidad para el sustento del sector laboral, a lo que se agrega el deslome en plazas laborales.
De la Independencia de México y posteriormente de la Reforma y la Revolución, heredamos el país que hoy tenemos, con todos sus aciertos y todos sus defectos, marcos en los cuales, con nuestro sufragio en procesos electorales, nos sumamos en cierta parte a las responsabilidades que las leyes acreditan hacia nuestras autoridades ejecutivas, legislativas e incluso en materia judicial, porque el sentido de nuestro sufragio, incuestionablemente tendrá que ver con la eficacia en determinaciones asumidas por los tres niveles de Gobierno: Ejecutivo, Legislativo y Judicial.
Constituyen precisamente tales escenarios los que le confieren al ciudadano, la potestad de reclamar a sus autoridades Ejecutivas, Legislativas y Judiciales, el que se generen fuentes de trabajo, así como espacios eficientes para la salud, la educación, la vivienda, la distracción, la paz, la tranquilidad social y el bienestar en lo general, lo que es imposible de alcanzar con niveles delincuenciales como los que vienen privando en tierras mexicanas, tema que agrede a la memoria de los mexicanos que ofrendaron su vida, o entregaron la mejor etapa de su existencia, combatiendo en una Guerra de Independencia, luego de Reforma, así como posteriormente de Revolución, todo para heredarnos un país de libertades, de oportunidades que nos abrieran espacios hacia un mejor nivel de vida, así como de equidad y democracia, aspiraciones que hoy se encuentran frente a muros que se convierten en insalvables, como lo son los secuestros, extorciones, asaltos, robos, saqueos, violaciones, agregando a ello el creciente desempleo por el declive en fuentes laborales, escenarios que se multiplican frente a los quebrantos en renglones de salud pública, ya no sólo por la ausencia de medicamentos como el tema de los niños con cáncer, sino por carencias en lo general en los sistemas de salud pública, áreas que han sido sobrepasadas en su capacidad por las agresiones pandémicas, refiriendo escenarios de muerte entre los mexicanos.
Por tales apuntes es que concluimos destacando que el heroísmo de los mexicanos para lograr su independencia y, posteriormente definir reformas, así como revolucionar al país hacia una vida en ámbitos de igualdad en derechos, agregando mejores espacios de bienestar (salud, educación, trabajo, vivienda, vestido, sustento y descanso obligado, al igual que seguridad) escenarios que se ven frustrado por parte de amplios núcleos de la población, las que precisamente hoy también celebran los aniversarios de aquellas luchas que iniciaron con la Independencia de México, pero que hoy transitamos en marcos de notoria inseguridad, así como incertidumbre laboral, al que se agregan una creciente pandemia que en lugar de disminuir se acrecienta, rangos que contradicen tales aspiraciones.
Pero por el momento: Bienvenido hoy a Córdoba, Señor Presidente Andrés Manuel López Obrador… Así como Señor Gobernador Cuitláhuac García Jiménez.
Lo que se lee
Acusa la Iglesia Católica al Gobierno Transformador “de minimizar los contagios del COVID-19 en menores” y, como dicen los mexicanos, pareciera que “ante ojo de buen cubero” tal apunte se ajusta a la realidad, porque precisamente ésa pareciera ser la intención en los marcos gubernamentales, el lograr su objetivo “minimizando los elevados riesgos” , contexto en el cual por (simple lógica) debe calcularse que muchos padres de alumnos no bailarán en el mismo tablado y, es factible que un significativo porcentaje de alumnos no respondan al llamado presidencial, obviamente porque así lo disponen sus progenitores… Y la verdad: Existen argumentos suficientes para preocuparse por la reapertura de escuelas.
Lo que se ve
Agreguemos en los temas sobre los niveles de riesgo en torno al COVID-19, el que las últimas estadísticas refieren sólo 8 municipios veracruzanos, sin registros en sus espacios de fallecimientos originados por la pandemia… Las cifras en referencia son indicadoras de las dimensiones del duelo que priva en nuestras tierras, de Norte a Sur y, no sólo en la Entidad jarocha, dolor y llanto nunca antes tan prolongadamente registrado en nuestro país, por lo que obligado resulta insistir que la primera prioridad gubernamental, debe ser proteger la salud y la vida de la población, tanto sin la pandemia y mucho más aún ante la presencia de contagios mortales, por lo que se podría sostener que no se ha cumplido con la excelencia requerida… Apunte que obviamente habrá de destacar en la historia.
Lo que se oye
Mientras en ya numerosos países, incluyendo algunos con más pobreza que en México, las autoridades anuncian programas para dotar a los ciudadanos de “una tercera dosis” de la vacuna contra el COVID-19, en nuestras tierras de mariachis y transformadores, las autoridades dan la espalda a quienes reclaman ser dotados una segunda dosis, como es el caso del magisterio… ¿Cuál debería de ser la conclusión?… Ahí la dejamos.