EL POEMA DE UNAMUNO (Feliz Día del Niño)
“Agranda la puerta, Padre, porque no puedo pasar. La hiciste para los niños, yo he crecido, a mi pesar. Si no me agrandas la puerta, achícame, por piedad; vuélveme a la edad aquella en que vivir es soñar”. Miguel de Unamuno. Camelot.
La mañana del otro día, en que al presidente AMLO y a Morena le abollaron la corona el Tribunal y los magistrados y amigos que les acompañaban, esa mañana a las mañaneras le llamaron ‘Las Lloraderas’, porque el presidente llegó peido (peido, en lenguaje cuenqueño significa enojado), molesto, irritado y acuso al INE y a los magistrados casi de traidores a la patria, porque no se sometieron a sus caprichos maspedonios. Hay días así, manito, decía Kamalucas, un filósofo de mi pueblo, y ahora enfilan las baterías para evitar bien la sobrerrepresentación y echar pa atrás la Ley Zaldívar, donde ese cínico magistrado presidente hace como que no quiere oír el canto de las sirenas y está más contagiado que una peste. Quien fue embajador de México con Donald Trump, Christhoper Landau, un gringo que llegó y se metió al tuiter y se volvió muy humano y gran promotor de México y de su cocina y de sus estados y paisajes, una de sus primeras acciones fue invitar a alguien que conoció en tuiter y lo invitó a comer a la Embajada americana en Reforma. Un tipo chingón, lástima que trabajara con Trump, pero no era como él de racista y ojete. Landau también vino a Veracruz, invitado por un duelo de fotografías con Hugo Garrido, el paparazzi de Notiver, y aquí se pasó un buen día oliendo el mar de Veracruz. Sucede que ayer vi completa su participación en un foro a larga distancia entre exembajadores, y le tocó hablar de México y del gobierno de AMLO, a quien calificó de apático. Lo llamó: “pasivo y perezoso”, o sea huevonazo, dirían en la Cuenca. Es que muchos críticos de AMLO dicen que temprano se levanta a pelear con la gente en las mañaneras, al mediodía se echa sus memelas y es todo lo que hizo en el día, esa fue su chamba.
LANDAU MAS CRITICAS
Landau fue más lejos, aseguró que el 40% del territorio lo dominan los narcos, y nombró al Cartel Jalisco Nueva Generación, sacudió cuando dijo que el atentado al secretario de Seguridad Ciudadana de Ciudad de México, Omar García Harfuch, un buen funcionario de Claudia Sheinbaum, nieto de mi general Marcelino García Barragán, tío de Joaquín Barragán, aquel que la leyenda contó que en plena crisis de 1968, cuando sonaron los cañonazos en Tlatelolco, le habían ofrecido diera un golpe de Estado, y mi general se mantuvo fiel al presidente, a su uniforme, a su honor y a la Constitución. Díaz Ordaz dormía tranquilo, Landau dijo que el atentado al secretario nunca había ocurrido en una ciudad como esa, y que hay una descomposición cuando soltaron al hijo del Chapo y los abrazos no balazos dejaron y nunca funcionaron. El presidente AMLO, fiel a su costumbre, dijo que él tenía otros datos, más o menos: “Tenemos una concepción distinta”. Bueno.
EL OTRO REBELDE
Lo fue el boxeador Canelo Álvarez. Entrevistado para la televisión estadounidense, en un buen inglés, combinándolo con el español, tiró sus golpes noqueadores: gancho al hígado, volados de derecha, uppercut, jab y swing, dijo que ya no vivía en México porque había mucha inseguridad para él y su familia y que este gobierno no hacía nada. Uffff, y recontra uffff, diría El Perro Bermúdez.
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