*Se puede engañar a parte del pueblo parte del tiempo, pero no se puede engañar a todo el pueblo todo el tiempo. Abraham Lincoln, presidente de los EEUU. Camelot. 

Este Veracruz violento, donde el gobernador y su segundo de a bordo se la viven chapeando los montes de las carreteras, está lleno de violencia femenina. En 60 días han ocurrido 40 feminicidios, y Veracruz como si nada. El diario El Mundo de Orizaba documentó un caso de un padre que, por fin, seis años después, encontró a su hija asesinada. Lo relato: 

“Espeluznante, conmovedor, desgarrador es el relato de un padre que, seis años después, encontró en una fosa clandestina el cadáver de su hija, gracias al apoyo del colectivo Orizaba-Córdoba. Abogada que salió a una diligencia de su trabajo y no regresó jamás, junto a otros compañeros de trabajo. El padre ya tiene a su hija con la familia, ya la sepultó, ya tiene donde rezarle y llevarle flores. Ya tiene donde derramar sus lágrimas, no desmayó en su búsqueda, no había noches y días que no saliera a buscarla, a encontrarse con los colectivos que, todos, se suman a esa desgraciada búsqueda, donde las autoridades veracruzanas hacen solo como que ven, pero no sienten nada, el padre agradece diario a Dios que le dio fortaleza para buscarla y encontrarla, aunque fuera sin vida. Tenía más de seis meses que le habían dicho que quizá su hija se encontrara en un predio donde había más cadáveres. Esperó con angustia que se hicieran los peritajes. Hasta que un mal día le dijeron que todo coincidía, y era su hija abogada, asesinada a mansalva. Qué Dios les dé fuerza a todos esos padres y madres y hermanos que aún buscan a sus hijas e hijos ausentes, en este violento Veracruz lleno de desaparecidos. Descanse en Paz, Sayra Anaid. 

LAS MEMELAS Y TLAYUDAS 

En el nuevo aeropuerto Felipe Ángeles, una mujer mexicana, trabajadora, llegó y se puso a preparar y vender tlayudas, un alimento muy mexicano. Wikipedia: ‘La tlayuda, también conocida como clayuda, ​ es una tortilla de maíz típica del estado de Oaxaca, en México. Suele tener un diámetro de 30 centímetros o más; se dora sobre un comal, lo que le brinda mayor dureza que a una tortilla convencional, con una consistencia quebradiza y correosa’. Lleva frijoles, manteca, carne, tortilla tostadita oaxaqueña y queso, aguacate y si se antoja hasta chicharrón en polvo. La mujer llegó y  se puso a vender y un Guardia Nacional quiso quitarla: “Tú haces tu trabajo, déjame hacer el mío”, dijo en su defensa. Tuvo que haber sacado para el gasto del día, porque en ese aeropuerto no había nada de comer y el hambre es canija y a veces más cornadas da el hambre, según tesis de Luis Spota. Azucena en Milenio sacó la nota y la escritora Elena Poniatowska, amante de la comida mexicana, la defendió y escribió en su tuiter que esa mujer vendedora debía estar en el Gabinete. AMLO en una de sus mañaneras también fue en su apoyo y dijo que eso era mejor que comer las tortas de los gringos, o sea, se refería a las hamburguesas. Ahora hay un clamor popular para que en el AIFA vendan no solo tlayudas, sino también garnachas, y la gente de Rinconada, cerca de Xalapa, capital mundial de la garnacha y de Salomé en Orizaba, ya se apuntan por si la renta de un local del aeropuerto no es tan cara, y le entran a las tlayudas, garnachas, mole de panza, tostadas, texmole, gorditas y todos los antojitos mexicanos. Eso ya existe en muchos lugares. En Plaza Américas de Veracruz hay un lugar donde preparan las gordas y las picadas y empanadas de queso, no sé si se llama ‘Acá las gordas, y también he visto otro en el Mall de Mc Allen, Texas, de la misma cadena y son sabrosas, un grupo de mujeres las preparan con limpieza y uno se pone a comer una que otra. Comer una de esas es como saborear un Oscar de la Academia. Hace poco la comí en casa, Lulú, que es la cocinera de mi hijo Juan Carlos, joven mujer experta en cocinar, originaria de Tzoncolco, donde se guisa sabroso, hizo unas tlayudas riquísimas, la tortilla oaxaqueña tostada las venden en el mercado Melchor Ocampo de Orizaba y lo demás, es solo ponerle la carne sabrosa y los frijolitos caseros y eso ni Obama lo come, mucho menos mi rey de España. Ellos las hamburguesas y la fabada. Venga, presidente, hágales un espacio a estas mujeres mexicanas y dele una renta barata, o subsídielas.  

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