“La vida no es más que una sombra en marcha; un mal actor que se pavonea y se agita una hora en el escenario y después no vuelve a saberse de él: es un cuento contado por un idiota, lleno de ruido y de furia, que no significa nada” (Macbeth, Acto V, Escena V). Camelot.
Siempre se ha dicho que donde manda capitán no gobierna marinero. Cuando llegó la nueva 4T y el nuevo gobierno se sentía incómodo con la presencia y designación del Fiscal Jorge Winckler Ortiz, el mismo gobernador Cuitláhuac García Jiménez, en campaña dijo que si ganaban lo cesaba. Ganó y Winckler se defendió como gato boca arriba, con los argumentos legales aguantó vara, diría el ínclito Fox. Llegaba a las reuniones de Gabinete de Seguridad en Palacio jalapeño, aguantaba groserías y vejaciones como esa de revisarlo como si fuera cualquier civil, no fuera a llevar armas o chinampines. La bola de nieve comenzaba a caminar y crecer. Una tras otra Winckler ganaba round tras round hasta que, una mañana se decidieron y llegó el nocaut y, al muy estilo Pinochet le dieron un golpe de Estado judicial, le tomaron su dependencia porque, donde manda capitán no gobierna marinero. Se ha dicho hasta el cansancio que las fiscalías ni son ni pueden ser independientes, en un país como el nuestro, presidencialista y de poder, y lo estamos viviendo en el mismo gobierno federal con Gertz Manero, donde el Fiscal se acomodó a AMLO y a la 4T para que no haya dudas por dónde viene esa lámpara de Diógenes, que alumbra los caminos. El gobernador y su poderoso secretario de Veracruz designaron a una Fiscala cómoda, al gusto y allí ya no ha pasado nada. Después de los estira y afloja, de las peleas en público yen privado, el Fiscal anterior salió por piernas, so pena de ser detenido. Una historia que tuvo un final de poder.
Ahora se revive esa historia en el Poder Judicial, que se supone es bien independiente, donde a la titular se la tenían sentenciada, hasta que ahora mismo, en votación espuria (dice ella) la han destituido al grito de: estás que te vas, y te vas y no te has ido. Se va Sofía Martínez Huerta, Magistrada presidenta del Tribunal Superior de Justicia y del Consejo de la Judicatura, y llega en su lugar otra mujer, Isabel Inés Romero Cruz, como presidenta interina, la historia vuelve a repetirse, triste y cruel historia para los que pierden en ese tablero de ajedrez y de luchas de poder. Aunque otros aseguran que esta historia, to be continued, como dicen los americanos, pero eso no basta para que no se cumpla. Bien dicen que cuando la ley y el poder chocan, la ley es la que pierde.
JULIO CESAR URIAS
La gran carpa sigue los juegos de la Serie Mundial. En uno de ellos, el de hoy o mañana, tirará el pitcher mexicano, Julio César Urías, el que nos hace recordar al gran Fernando Valenzuela. Una historia digna de contar. De chico sufrió una lesión en el ojo izquierdo, un tumor de nacimiento que él mismo dijo que Dios le apagó un ojo, pero le dio un gran brazo zurdo. Retirando 9 al hilo en el primer juego de la Serie Mundial, Urías tiene un algo de Valenzuela. Aquel lo formó y vendió el empresario Jaime Pérez Avellá, orizabeño, a este Urías la academia de Alfredo Harp Helú, y ambos, Valenzuela y Urías, fueron llevados a los Dodgers de Los Ángeles por el buscador Mike Brito. Suerte hoy en esa Serie Mundial.
