Causas y efectos

Estancados e inseguros

Columna Causas y Efectos de Alfredo Rios

*Depredación de médicos

*”Estamos temblando”

*Once días de Buen Fin

En materia de seguridad al igual que en el renglón del desarrollo económico, México registra en el presente régimen gubernamental dividendos negativos que, ciertamente , constituyen una de las cargas de mayor peso para las estructuras gubernamentales tanto municipales, como estatales y primordialmente de rangos nacionales, porque compete precisamente al Gobierno de la República, diseñar y aplicar programas en pro del desarrollo integral, que permitan a la colectividad en todos los renglones de la actividad cotidiana, cimentar y fomentar un mejor nivel de vida con efectos integrales.

La búsqueda del bienestar y la felicidad es lo que induce al colectivo social hacia el esfuerzo laboral cotidiano, ámbitos y objetivos que nunca resultarán realmente satisfactorios si convivimos amurallados con frustrantes niveles de libertad y bienestar, como resultado de estructuras gubernamentales en todos sus niveles, que no refieren la competencia necesaria para resguardar lo fundamental, que es la tranquilidad social y los apropiados niveles de rangos laborales.

Los compulsivos tiempos actuales han sido afectados por el añejo escenario de la inseguridad y el sorpresivo impacto de la pandemia, el primero de los temas que es la inseguridad, dio como resultado en los ámbitos del colectivo social que los distintivos del PRI y el PAN se demeritaran, en tales dimensiones, que fueron rechazados por los electores para entregar el dominio de la administración pública a una nueva alternativa, misma que al recibir el poderío gubernamental anunció (en atención a los reclamos populares) la creación de una Guardia Nacional que como ente militarizado sustituiría a “los contaminados” cuerpos de seguridad tradicionales, garantizando con ello la posibilidad de una panorama donde paulatinamente se recobrara la tranquilidad de todo núcleo social.

Los resultados negativos están a la vista, pese a que nos encontramos a dos años del compromiso de restablecer la tranquilidad ciudadana, en la nueva gobernanza se insiste en que “vamos bien”, expresión optimista pero vacía en resultados concretos, porque los robos, asaltos, extorciones, violaciones, secuestros, desapariciones de personas y sangrientos crímenes, constituyen escenarios que continúan lastimando a los diversos sectores de la población…

Los datos negativos en el referido sentido se pretenden demeritar con “logros” que, por sus reducidas dimensiones, resultaran menores ante la percepción que sobre el tema registra la colectividad, en lo que se incluye una notoria sensación de inseguridad que ha eclipsado el bienestar de los mexicanos.

Incluso ante la insistencia oficial que en materia de seguridad “vamos bien”, lo que en los ámbitos gubernamentales cosechan ante tales argumentaciones, es la referencia irónica del pueblo mexicano, apuntando que efectivamente habremos de sentirnos “mejor” si viajamos no sólo escoltados, sino al interior de vehículos blindados, lo que por sí mismo resulta indicador “que no vamos del todo bien” y, abrir los ojos sólo requiere abrir las páginas informativas de internet, para reconfirmar ante la narración de hechos de violencia, que definitivamente los efectos de inseguridad palpitan en nuestro entornos, máxime cuando nos comunican por vía de esas mismas redes cibernéticas, sobre actos delincuenciales registrados (ya con regularidad) en nuestros ámbitos cotidianos e incluso al interior de la familia.

Se requiere que en nuestro país los funcionarios públicos eviten el repetitivo criterio de que “estamos bien” pluralizando lo que no cuadra en tales contexto, porque efectivamente el gobernante pudiera tener motivos para “sentir que va bien”, pero quien en toda sociedad democrática o dictatorial, debe en definitiva calificar es el ciudadano, no quien gobierna sino quienes registran los efectos de ése estilo de gobierno, referencia en la cual se podría agregar que muchos son los mexicanos que aplauden las auto calificaciones del gobernante, pero de la misma forma muchos otros no comparten la misma efusividad, agregando a ello que en temas como el de inseguridad, ningún ciudadano debe quedar relegado en sus demandas, porque (insisto) es el brindar SEGURIDAD PLENA Y CONFIABLE, la primera responsabilidad de un Alcalde, un Gobernador y un Presidente de la República… Así, con mayúsculas, porque fue precisamente la demanda de SEGURIDAD lo que dio origen al liderazgo en las tribus y posteriormente a los Presidentes en los países y, Don Andrés, no es una excepción.

Lo que se lee

Desde los inicios en México de los efectos pandémicos que lastiman a la población del mundo, en el territorio nacional de los tricolores se advirtió, que es significativamente notorio el número de médicos y personal de asistencia en lo general, que laboran en los centros hospitalarios y que han sido agredidos por el coronavirus, muchos de los cuales han lamentablemente han perdido la vida en cumplimiento de su deber.

Cierto es que ante casos de pandemias quienes más expuestos se encuentran al contagio, resultan ser precisamente aquellos que forman parte del personal médico y de asistencia en lo general de los centros hospitalarios, pero precisamente por tales efectos y niveles de riesgo, en dichas instituciones deberían de “presumir modernidad, eficacia y suficiencia” tanto en el número de integrantes del personal, como en los equipos de autoprotección dotados de la mayor certificación tecnológica, con los cuales los núcleos de asistencia médica incluyendo al de rango asistencial, resulten significativamente protegido para evadir contagios…

Es una notoria y grave irresponsabilidad en los ámbitos del sector oficial, descuidar temas de salud que constituyen una prioridad para cualquier país y núcleo social, al tiempo que funcionarios de dicho ramo “se lucen frente a las cámaras tanto fotográficas como legislativas”, otorgando cátedras sobre lo bien portados y equipados que se encuentran todos los trabajadores del sector salud… Si los vemos no lo creeremos.

Lo que se ve

Los robos a casas habitación cada día abarcan mayores ámbitos sobre tierras veracruzanas, los medios de comunicación se encuentran saturados de datos sobre un delito que agravia a la familia y, sin embargo, muchos de tales e imperdonables hechos no son denunciados ni difundidos, por la simple razón de que la ciudadanía no tiene confianza ni en la honorabilidad de la policía, ni en su capacidad para investigar hechos que, cuando son denunciados, nunca resultan esclarecidos, e incluso priva el sospechosísmo al interior de los ámbitos policiacos, de que el denunciante miente “porque todo está bajo control”.

Se habla e insiste en las instancias gubernamentales que “vamos bien” y, ante tales expresiones, la colectividad ya mejor guarda silencio, porque ni vamos bien ni estamos mejor que antes, por el contrario, economía, salud pública y seguridad, constituyen ámbitos que definitivamente no refieren eficacia y resultados positivos que siembren optimismo entre la mayoría de los mexicanos.

Lo que se oye

Excelente la determinación acordada entre comerciantes y autoridades, de proceder a la ya tradicional venta anual del “buen fin” pero extendiendo dicha promoción, del día 9 de Noviembre hasta el 20 del mismo mes, o sea, prácticamente doce días manteniendo las promociones o hasta agotar existencias, lo que abre la posibilidad de reducir la posibilidad de aglomeraciones, dado que los consumidores deberán ingresar al establecimiento de acuerdo a las especificaciones de salubridad que, para el caso se dicten.

Debemos coincidir en que es, pero de verdad muy importante, impulsar “lo mayormente posible” toda actividad económica que se encuentre oprimida ante las restricciones impuestas tanto a empresas como a consumidores, por lo que diseñar y respetar nuevos moldes de comportamiento como vía para reducir los riesgos de contagios, se convierte no sólo en una necesidad emergente, sino en una obligación que la colectividad debe acatar de manera puntual, ello si disponer de los recursos requeridos para adquirir productos ofertados, dado que en últimos fechas, el mayormente lastimado en su economía han sido los consumidores… Ahí la dejamos.

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