Orizaba, Ver.– Antes de la media noche del jueves, falleció Don Hilarión Madrazo Muñoz, reconocido pintor, moralista y químico biólogo, considerado un ícono cultural de la ciudad al convertir su casa, ubicada en Sur 3 entre Oriente 2 y Colón, en una obra de arte viviente, decorada completamente por sus manos.

Con estudios en Francia y Estados Unidos, Madrazo destacó por su vasta trayectoria artística y científica, siendo un ejemplo de sencillez, talento y amor por Orizaba.

Don Hilarión logró lo que pocos: unir la precisión de la ciencia con la libertad del arte. Pero más allá de los títulos o viajes, su mayor obra fue la que construyó en casa con una explosión de formas, figuras y colores que reflejan su universo interior, cada pincelada que dejó sobre sus muros fue un testimonio de amor por su ciudad.

Durante los últimos años, su figura se volvió discreta, pero su legado jamás se apagó, pues sus obras en lienzos, muebles y muros, siguen hablando por él, contándonos historias de sensibilidad, conocimiento y belleza.