Por un padecimiento de garganta que lo mantiene postrado, Hilario Arenas Cerdán sufrió una recaída a causa de una fuerte hemorragia, que obligó a los médicos a practicarle una cirugía de emergencia en el hospital de Oncología Siglo XXI del IMSS en la Ciudad de México, donde permanece internado; su estado de salud es delicado.
Oriundo de Xalapa, Hilario Arenas Cerdán fue internado víctima de un padecimiento que lo aqueja desde hace tiempo, aunque no por eso dejó sus actividades ni a estar pendiente de sus amigos, con los que suele reunirse consuetudinariamente.
Arenas Cerdán lleva una vida excepcional siempre apegado a valores, a la familia, el respeto a los derechos humanos, así como eficiencia en los encargos que le fueron encomendados en el servicio público y privado a lo largo de su vida.
Entre sus actividades más destacadas resaltan haber sido Socio y Comisario del Consejo Coordinador Empresarial Veracruz-Boca del Río; Director Deportivo del Club de Futbol Celaya; Jefe de Inspectores y Comercio de Boca del Río; Director de la Policía Intermunicipal Veracruz-Boca del Río; Director de Imagen y relaciones públicas del campeón mundial de boxeo Julio cesar Chávez; representante y Jefe de Relaciones Públicas para América Latina del cantante José José; Asesor de la Secretaría de Seguridad pública nacional; últimamente se desempeñaba desde hace varios años como Presidente del Observatorio y Contraloría Ciudadana de Veracruz A.C.
No fueron pocos los políticos, funcionarios, empresarios e inversionistas a los que Hilario Arenas, protegió, ayudó, defendió, asesoró y encumbró con el único objetivo de que hicieran las cosas bien en favor de la sociedad.
De buena plática, culto, a Hilario Arenas siempre se le ve apoyando las causas deportivas, culturales, académicas, económicas y políticas más justas, siempre apegado al lado de la justicia, de los necesitados, de los que menos tienen.
Desde su portal de noticias “Diario de Veracruz” en la columna “Las Disputas del Poder”, Hilario Arenas Cerdán ha criticado con firmeza y valentía, pero con argumentos sólidos, los escándalos y excesos que los políticos y funcionarios han generado con el abuso del poder y la falta de compromiso social.
Hoy convalece delicado en una cama de hospital, hasta donde llegan innumerables buenos deseos y bendiciones que en todo momento son bienvenidas, sobre todo de quienes lo hacen desde las carencias y la buena fe.
Pero que indiscutiblemente son insuficientes para solventar gastos que el padecimiento genera en este mundo terrenal, donde se espera mayores muestras de solidaridad, sobre todo de quienes recibieron toda la ayuda incondicional del hombre que no escatimó nada para ayudarles a encumbrarlos cuando se le requirió.
Modesto, discreto, digno, Hilario Arenas jamás pedirá auxilio, no recurrirá a sus amigos y conocidos para exponer su situación a cambio de algo, pero eso no quiere decir que no lo necesite ni que espera una muestra de solidaridad.
Su familia lo atiende, lo acompaña, lo asiste, pero no debieran ser los únicos que muestren preocupación por un hombre bueno.
Esperemos que así sea; tal vez.