El título honorífico de basílica es conferido por el Papa a una iglesia a la que los fieles acuden especialmente en peregrinaje. En muchos casos, estos lugares contienen las reliquias de un santo muy venerado. Un ejemplo de ello es la basílica de San Epvre, situada en la parte antigua de la ciudad francesa de Nancy, cuyo altar principal alberga las reliquias del santo del mismo nombre.
De estilo neogótico, el edificio construido en el siglo XIX, está hecho de piedra calcárea tallada. El color beige-rosa o beige-amarillo del material le confiere una luminosidad muy particular. La flecha de la iglesia se encuentra a 87 metros de altura por lo que puede ser vista a partir de varios puntos de la ciudad.
El interior de la basílica es también impresionante. La nave mide 84 metros de largo y cuenta con 74 vitrales y 3 rosetones que tamizan la luz y contribuyen grandemente a la atmósfera de solemnidad. Los muros están decorados de mosaicos y pinturas. El órgano amerita una mención especial pues en 1867 ganó la medalla de oro de la Exposición Universal de París. Por todas estas características la basílica de San Epvre es considerada como uno de los atractivos principales de Nancy.