*Circo en Palacio Nacional
*La opacidad de Tamiahua
Este martes 12 de septiembre, la profesora Ana María Prieto Hernández fue presentada por Leticia Ramírez, flamante secretaria de Educación Pública, como maestra normalista de educación primaria con trayectoria en formación de docentes y en formación de materiales educativos desde la perspectiva de la “Nueva Escuela Mexicana”.
La profesora Prieto explicó en la mañanera desde en Palacio Nacional, de manera docta y por demás gráfica, precisamente la llamada por este gobierno, como “nueva escuela mexicana” de educación.
Sin embargo, la mejor explicación de este hecho la realizó el, ese sí maestro, el monero Rictus, con una parodia de la Carabina de Ambrosio que puede consultar en el siguiente link o bien pegarlo en su navegador si no le da el hipervínculo https://fb.watch/n0_ScSxgYM/.
La realidad es que parecieran distractores ante la gravedad de lo que acontece en el diario devenir de nuestra vida cotidiana: economía, política y por supuesto, inseguridad, como los ataques con explosivos arrojados con drones a la Guardia Nacional en La Ruana, Michoacán; el caso de los jóvenes desaparecidos en los Altos de Jalisco a manos del crimen organizado; de los jóvenes en Acapulco, y por supuesto, los ocho trabajadores de la construcción desaparecidos en Tres Valles, Veracruz, desde el pasado 28 de agosto.
De eso nada se dice, sólo hay versiones de que todo se trata de un sucio plan para desestabilizar al gobierno federal o en este caso al del inútil (AMLO dixit) Cuitláhuac García, en Veracruz.
Por esto, las ridiculeces que hacen en Palacio Nacional parecen sacadas de una mala película de Viruta y Capulina, o bien una de tantas sandeces que dicen patiños como el tal “Lord Molécula”, sin embargo, el escenario donde se dicen y hacen estos actos circenses, no dejan de ser Palacio Nacional, recinto sagrado hasta apenas cinco años, para los que nos sentimos orgullosos de ser mexicanos y que hoy es morada de quien aspira a ser un tirano.
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Las teorías conspiracionistas que existen de un plan para derrocar a la alcaldesa de Tamiahua Linda Guadalupe Rodríguez, efectivamente existen y se tejen al interior mismo de la administración municipal, incluso probablemente por ella misma.
De otra manera no se entiende la opacidad con que manejan los recursos públicos del municipio.
Por ley, todos los ayuntamientos del país son entes obligados para transparentar los salarios de los empleados a su servicio, así sea San Pedro Garza García, Nuevo León; como Iztapalapa en CDMX e incluso, sí, Tamiahua, Veracruz.
Sin embargo, la última actualización que hicieron las autoridades tamiahuenses sobre salarios fue en el primer semestre de 2022, absolutamente nada después de junio del año pasado.
Con base en esos números, la alcaldesa deroga un salario de 51 mil 129 pesos.
Y de la aplicación del gasto público –que se llama “público”, precisamente porque su origen viene de los gobernados, es decir, usted y yo- ni hablamos, pues sólo para darle un ejemplo, una campaña de difusión por internet en el lapso de abril a junio de 2023, costó al erario un peso, sí, leyó usted bien, un peso, cien centavos, aunque no hay absolutamente nada más, ni nombre del proveedor, características de dicha campaña, aunque sí sabemos que la adjudicación fue por licitación pública (¡un peso!), y este es solamente un ejemplo, cotejado apenas la anoche de este 12 de septiembre a las 23:00 horas.
Es decir, la opacidad en su máxima expresión.
Buen trabajo tiene la alcaldesa Linda Guadalupe Ramírez Torres para solventar las observaciones por 18 millones de pesos en apenas su primer año de administración y evitar caer en peculado, pues de ser así, su destino irremediablemente será la cárcel, eso sin contar la denuncia que interpuso la diputada Citlali Medellín Careaga en la Fiscalía Anticorrupción y que sigue durmiendo el sueño de los justos.
¡Qué barbaridad!
deprimera.mano2020@gmail.com