*Un proverbio árabe recomienda dar al necesitado un pan y una flor: el pan para poder vivir, la flor para querer vivir. Camelot.
John Adams, el segundo presidente de Estados Unidos, después de George Washington, cuando inició la construcción de la Casa Blanca, llegó a decir: “Le pido al cielo que llene de bendiciones esta casa y a quienes la habitan. Que solo los hombres más honestos y sabios manden bajo este techo”. Otro de ellos, llamado Abraham Lincoln, dijo de ese poder a un Unionista en Luisiana: “No haré nada con maldad. De lo que yo me ocupo es demasiado grande para manejarlo maliciosamente”. En esas presidencias americanas, ha habido gente grande, presidentes muy recordados, unos muy maletas y tramposos, que de todo hay en la Viña del Señor. Algunos ganaron su reelección, otros palmaron y se fueron viendo con nostalgia de espaldas la Casa Blanca. Anoche mismo, después de las 5 de la tarde, cuando aún no cerraban las urnas, uno se metía a la televisión y entre CNN y Foro TV, donde Televisa desplegó a su dream team, un grupo de comunicadores que nos llevaron de la mano por todo el proceso electoral. En vivo y transmitiendo desde el hotel Hay Adams, cuya espaldas da a la Casa Blanca, y desde algunas sedes americanas, allí estaban los grandes comunicadores de Televisa, con su grandes analistas, entre ellos Javier Tello, chucha cuerera en temas electorales y Denise Maerker y Ana Francisca Vega y Genaro Lozano, que se estrena en esas lides y la veterana corresponsal, Marisa Céspedes. Cuando cerraban urnas, después de haber pedido a domicilio una Mc Donalds con sus respectivas papitas, comenzó el tira tira de las encuestas. Muchos pensábamos que sería una elección apretada, pero en la primera hora se daba como ganador a Trump, y muchos languidecimos, luego el marcador se fue apretando y distrito por distrito el viejito Biden no solo alcanzó a esa pantera despiadada, sino que lo rebasó sin pena. Hoy Trump sale a decir que fue un fraude y que le robaron la elección. Ajá. Nos fuimos a la meme sin saber quién ganaba. Un analista me dijo que para muchos en México era mejor Trump, porque pararía a todos esos populistas izquierdistas, cuando quisieran reelegirse. Le dije que nones, Trump solo ha espantado con el petate del muerto a Maduro y Venezuela, y lo trae a pura declaración. Nada como aquel George W. Bush que, cuando sintió ñañaras, fue por el general Manuel Noriega, que le había declarado la guerra a Estados Unidos y en tres días tomaron ese país y lo liberaron. Trump ha sido un ave de tempestades, pasó por su mayoría congresista un impeachment y la libró. La gente espera que el demócrata Biden tome posesión el 20 de enero del próximo año, cuando los presidentes juran defender la Constitución. El marcador aún se encuentra en suspenso. Se necesitarán un par de días para contar todos los votos de correo y entonces sí, a declarar ganador, aunque Trump ya amenazó con llevar el caso a la Suprema Corte de Justicia, donde tiene una gran mayoría. Veremos, dijo Kamalucas, un filósofo de mi pueblo.
QUIENES MORDIERON EL POLVO
En esta época moderna, tres presidentes americanos no ganaron la reelección, por unas causas o por otras. El primero fue Gerald Ford, que era más gris que el mismo Miguel de la Madrid. Ford llega a la huida del Watergate de Richard Nixon, que había arrollado en su reelección, pero sus trampas no lo dejaron seguir. Otro fue el cacahuatero Jimmy Carter, aquel que un día lo regañó el presidente López Portillo aquí en México y el gringo se quedó tragando camote. El último fue papá George Bush, a quien Bill Clinton arrolló.
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