La democracia es tan elástica que tiene la capacidad para contener a todos, populistas, demagogos, engañifas, estadistas, pueblo de a pie, oportunistas, tirios, troyanos, generales y degenerados como diría Cabral.
Es como la canción de los elefantes que se columpian en la tela de una araña, aguanta sin romperse.
La democracia, según definición y comprensión universal es una forma de organización social y política que atribuye la titularidad del poder al conjunto de la ciudadanía.
El poder en manos del pueblo.
Así de simple.
Existen dos formas de cambiar el curso de un estado.
La vía violenta. Un movimiento armado que a fuerza de fusil se haga con el poder para dirigir ese estado, cambiando el orden establecido a través de una revolución, guerra, guerrilla o movimiento independentista.
La vía pacífica. Un estado que convoque a través de sus mecanismos democráticos, verbi gratia el Instituto Nacional Electoral en México, que desde abril de 2014 se hace cargo de organizar las elecciones en el territorio nacional, contando el voto de la ciudadanía, que, a fuerza de sufragios, decide quién gobernará.
En México hemos tenido tres alternancias en el poder emanado del pueblo, en el 2000 con Vicente Fox Quezada quien ganó la presidencia de la república abanderado por el PAN, después de casi 80 años de hegemonía del PRI, y el histórico domingo 02 de julio del 2018, cuando Andrés Manuel López Obrador cuajó su tercer intento de alcanzar la primera magistratura, con la fuerza de 30 millones 113 mil 483 sufragios.
Ese fue el último ejercicio de la democracia directa donde los ciudadanos y ciudadanas decidieron con un 53.19% que Andrés Manuel López Obrador fuera el presidente por seis años.
No hubo marchas poselectorales, no se generaron pataleos en la mesa, no se judicializaron las inconformidades, todo transitó en alfombra de terciopelo.
En este año electoral, las manifestaciones sociales en defensa de la democracia, reventarán con una lógica natural; hasta obligatoria, diríase.
Pobladores de 115 ciudades del país salieron a las calles en una marcha rosa, con el lema central “la democracia no se toca”, en alusión al presidente Andrés Manuel López Obrador, a quien señalan de intentar destruir la escalera que se construyó con la participación democrática que lo llevó al poder.
“Estamos frente a un proyecto de restauración autoritaria que quiere regresarnos a las épocas de un partido hegemónico que pretende revertir muchas de las conquistas democráticas que se han conseguido y que les permitieron llegar al poder”, refirió Lorenzo Córdoba, único orador en la plancha del Zócalo capitalino, este domingo 18 de febrero.
El presidente Andrés Manuel López Obrador celebró la llamada “Marcha por la democracia”, porque -dijo- esto demuestra que vivimos en un país auténticamente democrático, como no se veía en mucho tiempo, lo cual es cierto.
Aprovechó para arremeter en contra de los asistentes al calificarlos de “alcahuetes”, en especial a los intelectuales que se quedaron callados ante “los fraudes” en su contra de 2006 y 2012.
Dos piezas del manejo discursivo, descansado en el pueblo.
Será el pueblo, la masa, los electores, individualizado en cada elector, quien decida qué hacer en la comprensión del discurso y a partir de ahí, decidir el rumbo de su voto.
Hace algunos años en la película Cannonball Runn, el fallecido Burt Reynolds interpretó a un piloto de carreras llamado J.J. McClure. En dialogo previo a la competencia tipo Rally, McClure lanzó una frase que aplica con precisión de relojero a la política mexicana:
En esta competencia hay una regla de oro; quien tiene el oro, pone las reglas.
En un país atacado por la inseguridad, pobreza, falta de empleo y oportunidades, los beneficios para los programas sociales de Bienestar que irradian dinero, cash, circulante, pisto, moneda, a 27 millones de mexicanos, el discurso de “la democracia no se toca” no permeará.
Los 12 millones de adultos mayores que en este mes cobrarán dos bimestres adelantados, tendrán 12 mil razones para no atender los discursos que ofrecen otra vía democrática en este nuestro México.
Ante eso, nada.
Qué bueno que existan marchas ciudadanas, se celebran, aplauden y consienten.
Ojalá que se hagan cada fin de semana de aquí hasta el 29 de mayo, para que la conciencia de ir a votar se fortalezca.
Si con toda la propaganda electoral, traducida en 96 spots al día y las marchas venideras en defensa de la democracia se logra que 7 de cada 10 electores potenciales salgan de sus casas por voluntad propia y se encaminen a la casilla y crucen sus boletas electorales, habremos ganado todos.
La voz de un jovencito que salió a este domingo a marchar, fue la que más pesó en la conciencia del análisis. Si votamos 7 de cada diez enlistados en el padrón electoral, habremos dado una lección histórica.
Ojalá.
… de otro costal.
Este domingo se registraron ante el INE quienes buscan ser legisladores federales abanderados por Morena.
Rosa María Hernández Espejo buscará reelegirse como diputada federal.
En la elección del 2021, la periodista cosechó 72 mil 637 votos en el distrito 4 federal, cifra que la llevó a ocupar una curul en San Lázaro.
Ahora buscará los votos del distrito 12 que tiene cabecera en Veracruz, luego de que en diciembre del 2022 se aprobó la nueva redistritación electoral federal del Consejo General del Instituto Nacional Electoral (INE) donde el estado pasó de 20 distritos a 19, lo que provocó la reubicación de tres cabeceras distritales.
Técnicamente será una elección nueva, no reelección distrital porque el distrito cambió.
Rosa María Hernández Espejo tiene una trayectoria en la izquierda veracruzana, ya que fue coordinadora de prensa de dos Campañas Políticas del PRD en los años de 1997-1998; en el 2018 fue candidata por Morena a la diputación local. Fue subdelegada del Gobierno Federal de los Programas Sociales del Bienestar en el Estado de Veracruz del 2018-2020, según ficha del portal La Silla Rota.
Otro comunicólogo que busca ser legislador es el Coordinador General de Comunicación Social en el gobierno de Cuitláhuac García Jiménez, Iván Joseph Luna Landa.
El primer vocero de la cuatrote en Veracruz buscará ser el ganador de la encuesta morenista para ir por la curul de mayoría relativa por el distrito 10 de Xalapa.
Quiere ir a campaña, caminar el distrito, convencer con el discurso a los electores; quiere ganarse cada voto si las cuatro encuestas de Morena se encuadran a su favor.
Es tiempo de los comunicadores.
Se elevará el nivel del discurso en la LXVII Legislatura veracruzana.
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