La laxitud e indolencia sumada a la irresponsabilidad de Cuitláhuac García Jiménez ha provocado que su gobierno, a la vuelta de unos meses, se haya convertido en una cueva de ladrones.
Eso dejar de hacer y dejar pasar, voltear para otro lado cuando la familia y los amigos meten la mano al cajón, así como aparentar transparencia a los ojos de su patrón, no lo hacen ni más honesto, ni más “bendito”, como llegó a calificarlo el propio López Obrador.
Quizás la pandemia ha puesto en segundo término a la corrupción, el tráfico de influencias y el mal manejo de los recursos públicos, ello, sin embargo, no quiere decir hayan desaparecido.
Menos que al conjuro del Peje, la 4T, sus morenos y toda la chairiza estén libres de culpa alguna.
Por el contrario.
El escenario del miedo social ha sido aprovechado por el gobernador Cuitláhuac García para esconderse –no se sabe si sigue con sus ridículas clases de matemáticas por su televisora RTV- y hacer caso omiso a las pillerías de sus colaboradores de la mano de sus amigos ante quienes siente la obligación de pagarles favores.
Llama la atención la profusa difusión del caso de la familia Ferraez, un grupo familiar de tres generaciones que inició Carlos Ferraez Matos, cuyos conocimientos técnicos y labor como empresario contribuyó al nacimiento y consolidación de la radio en Veracruz.
Ferráez Matos nació el 14 de marzo de 1914, pero su historia comienza el día que encuentra un curso de radio por correspondencia. “Uno de sus compadres le propuso la creación de una radiodifusora”. Fue ahí donde una carta con una postal de cinco pesos, una antena y sus sueños fueron suficientes para fundar la radio de la ciudad de Xalapa. XEKL de Veracruz, que salió al aire un 11 de abril de 1942”.
Mas tarde, al fundarse XHFM Televisión Canal 2 de Veracruz, don Carlos Ferráez se convirtió en líder de este importante medio de comunicación. “
Sería además al paso del tiempo socio de las cadenas de Radio Programas de México, Radio Independiente y de Radiodifusoras Unidas Mexicanas, para iniciar a la vuelta del tiempo la “Cadena Radiofónica de México” y “Radiodifusoras Organizadas”, además de los periódicos El Regional y El Mundo Jarocho.
Hombre de empresa querido, respetado y muy próspero, a su muerte entrega a su viuda a hijos tan importante patrimonio ya convertido en un creciente negocio de hoteles, restaurantes y empresas varias alejadas de la radiodifusión.
Vienen los nuevos tiempos de la radio, con ello las grandes alianzas con el gobierno y otro tipo de negocios en donde la lealtad y la adoración no eran precisamente en favor del servicio social o de la comunidad, sino del dinero.
Así la radiodifusión para esta familia, que lo mismo fue priista, que perredista, panista y ahora morenista, se fue convirtiendo en el negocio de la información, la venta de las noticias.
El ¡Viva el Rey, Muera el Rey! al paso de cada gobernador, se convirtió en su bandera misma que les dejaría concesiones, contratos y convenios millonarios.
Hace algunos días el columnista Armando Ortiz hizo públicas en su portal “Libertad Bajo Palabra” una serie de entregas en donde da cuenta que el “Grupo Avan Radio, se ha convertido en una cueva de mercenarios.
Denuncia asimismo a las empresas, CESPER, DEFEVE y Tamarindo desde donde se gestan turbios negocios a cargo del más joven del clan, Carlos Ferraez Cortés.
DEFEVE, señala el periodista, es una constructora que licita para el gobierno del estado al igual que CESPER que de manera localizada atiende a la Secretaría de Salud, ambas bajo la sombrilla de “Tamarindo Construcciones”, que coincidentemente despacha desde las instalaciones de Avanoticias, sede de un hotel, el “Clara Luna”, propiedad de los Ferráez.
Poco cuidado ha tenido esta familia en cuidar las formas al albergar en la misma sede del “Clara Luna” a personal de la SEV a quien rentan una parte del inmueble gracias a una dispensa de Javier Duarte.
A ello se suma la forma tosca en que implementaron una sociedad fachada en donde figura una secretaria de la empresa, María Rosario Sánchez Santos. La otra “socia” es Rosa Laura Montero, también empleada del multicitado negocio.
La telaraña empresarial de este grupo familiar que encabeza Carlos Ferraez, hijo del notable radiodifusor de mediados del siglo pasado, quien formó una familia integrada por tres mujeres y tres hombres todos dedicados a la libre empresa derivada del negocio de la radio, se inicia en este régimen cuando en el rebote político llega a Morena, Ana Miriam Ferráez, la del “asquito” con el respaldo financiero de su hermano Daniel, encargado de las estaciones, así como de eventos públicos y espectáculos para gobierno.
Ana Miriam, a quien incluso desde la campaña de Cuitláhuac se le llegó a ligar emocionalmente con Cuitláhuac y se le ubicó al frente del DIF, queda finalmente como hoy diputada local… pero con gran poder e influencia.
De hecho es el poder tras el trono en el DIF estatal y ya mismo le construyen la circunstancia para que sea la próxima alcaldesa de Xalapa, y aunque su capacidad no le da, cuál es el problema si tampoco les da a quienes la quieren imponer.
El punto es que desde el arranque del sexenio se le ha permitido a la familia intervenir en los negocios del gobierno por la vía de licitaciones a modo e incumplir contratos quedándose con los adelantos millonarios.
Daniel Ferráz ha sido también preferenciado con eventos oficiales y la organización de espectáculos y, de acuerdo a la revelación del periodista Armando Ortiz, el sobrino Carlos Ferráez Cortés, como representante legal de “Tamarindo Construcciones” encabezó un fraude en Sedarpa.
“El sobrino de Ana Miriam Ferráez se quiere quedar con 2 millones 200 mil pesos de un proyecto que no llevó a cabo”, según denuncia Fernando Landa, uno de los productores que participó en el proyecto “Mejoramiento y Suministro de Sistema de Riego Tecnificado”, que se desarrolla en Jalacingo.
Cesper, la empresa de los Ferráez no ejecutó nada y según Fernando Landa, quiso ser chantajeado por esta familia.
Por lo pronto productores agropecuarios han hecho pública su molestia por la escalada de corrupción en la Secretaría de Desarrollo Agropecuario, Rural y Pesca.
Esa es parte de la pus que arroja el gobierno en funciones que desde la campaña electoral enarboló la bandera contra la corrupción, pero hoy con el arca abierta, hasta el “bendito” Cuitláhuac peca.
Tiempo al tiempo.