¿Por qué nos gusta creer las mentiras? Es una buena interrogante. Respuestas tiene varias. Para el que esto escribe, una razón sería que nos gusta creerlas porque encajan con nuestros deseos.
“Cuánto más grande sea la mentira, más gente la creerá”: Adolfo Hitler.
Desde la mañana de este viernes 26 de febrero, ya se anunciaba una manifestación. Una protesta en el Pueblo Mágico no causaría extrañeza, pues muchos sectores se han inconformado durante esta pandemia. Desde comerciantes, propietarios de bares y cantinas, boleros, meseros. Músicos, dueños de salones, y muchos más. Pero, ¿qué tendría de rara esta manifestación? La única razón. Fue convocada por los integrantes del Consejo Coordinador Empresarial. En sus grupos de whatsapp se había lanzado una convocatoria para que a las 16:40 acudieran a plantarse al Palacio Municipal y protestar por el regreso inmediato de la Policía Municipal.
¿A qué inteligente cabeza se le ocurrió orquestar esa protesta con pancartas que portaban empleados de las industrias y empresas? La mayoría donde la CROM tiene contrato colectivo.
En esa protesta se observó al industrial Edgar Chahín Trueba. El de Talleres y Aceros. Nadie se creyó ese cuento de que empleados de Montosa, de Tyasa fueran a pedir al alcalde que se haga todo por regresar a la poli.
Este show mal montado, ni ellos mismos se lo creyeron. ¿Para qué protestar o demandar el regreso de la preventiva? ¿A caso no fue el mismo alcalde Igor Rojí quien dijo que antes de que se vaya de licencia para la campaña a Diputado Federal, la poli, ya estaría de regreso? O fue otra más de sus mentiras. Ya lo dijo el gobernador Cuitláhuac; el alcalde le ha mentido a los orizabeños. Primero con la Ciudad del Futbol y luego las vacunas. ¿A poco también con el retorno de la preventiva?
¿No son estos los mismos empresarios los que se reunieron con el gobernador en el Holiday Inn?
Igor se va a campaña a partir del lunes 8 de marzo. Entonces quedan 10 días para que las calles se vuelvan a llenar de vigilancia. ¿Para qué arman circo? ¿O no le creyeron al candidato priista?
El temor a la SSP
Todavía no hace una quincena de que opera en Orizaba, la Policía Estatal y ya anda causado mucho dolor de cabeza. Entre esas quejas está la nula vigilancia en las calles. Las ejecuciones a plena luz del día y en el Centro Histórico. Operativos a diestra y siniestra.
Han generado miedo y mucha desconfianza. A los automovilistas, los detienen para supuestas revisiones de rutina. Trascendió que a unos abogados les fue muy mal con los “estatales”. Los bajaron del vehículo. Fueron golpeados por oponerse a la revisión y a pesar de que se identificaron, los tundieron. No conformes, los policías, con ese abuso de poder que los caracteriza, les rompieron los asientos del auto para ver sino transportaban alguna sustancia tóxica, de las prohibidas. Los litigantes les expusieron que el único perico que tenían, era un ave que estaba enjaulada. Después de eso, los dejaron ir.
¿Y por qué no han de tener miedo?
Durante la segunda administración de Juan Manuel Diez Francos, en 2015 se nombró a Alfonso Zenteno Pérez, ex comisario general de la Secretaría de Seguridad Pública (SPP) y ex inspector de la Policía local como “El mejor policía”.
Al ex jefe policiaco se le vinculó con la presunta desaparición forzada de Zito Ángel Zanatta, hermano del diputado local priista de Puebla, Rosalío Zanatta Vidaurri, ocurrido el pasado 18 de octubre de 2014 en el municipio de Orizaba.
Actualmente, el famoso “Comandante Tritón” duerme en Pacho Viejo, acusado por varios delitos del fuero común entre ellos, el probable delito de pederastia.
Durante su estancia en Orizaba, el ex mando de la SSP, Alfonso Zenteno Pérez se le señaló de ser enemigo número 1 de activistas.
Aracely Salcedo Jiménez, madre de Rubí Salcedo Jiménez, desaparecida desde el 7 de septiembre 2012 en Orizaba, fue interceptada por al menos ocho patrullas municipales de Orizaba y posteriormente encañonada, sólo por el hecho de que el automóvil en el que viajaba resultó “sospechoso”.
Otro caso muy sonado a nivel nacional ocurrió el 5 de julio de 2016, cuando una patrulla municipal que circulaba a exceso de velocidad, impactó contra un taxi y provocó la muerte de una pasajera. Al lugar de los hechos, en el bulevar Circunvalación, acudió Jairo Guarneros Sosa, dirigente del grupo regional independiente de taxistas de Orizaba (GRITO), quien grabó los rostros de los oficiales responsables del infortunio y exigió justicia a través de las redes sociales.
Al día siguiente de su inconformidad, Sosa Guarneros sufrió un intento de homicidio a las afueras de su domicilio. Tras varios días de recuperación, el activista denunció que a raíz de inculpar a subordinados de Alfonso Zenteno, recibió amenazas en su contra.
La denuncia del activista generó molestia entre la población y el 11 de julio de 2016, el comandante Tritón presentó su renuncia como inspector de la policía de Orizaba.
Y ese mismo actuar del ex jefe policiaco de la SSP, han cometido los que ahora brindan seguridad y vigilancia en el Pueblo Mágico. Cuna de un nuevo cacicazgo, dijera Eric Cisneros y que habrán de impedir que se sostenga.
El fin del cacicazgo
El pasado 17 de febrero, el responsable de la política interna en el estado de Veracruz mandó un claro mensaje a los que “gobiernan” Orizaba.
“Este Gobierno no trabaja para ganar las siguientes elecciones, eso es un error. Nosotros estamos trabajando para transformar las generaciones y las generaciones van mucho más allá de cualquier elección. Eso lo ven los que pertenecen a otros partidos políticos y que de alguna manera, se sienten como caciques en alguna región, nosotros no vemos eso”.
Y remató:
“Seguir trabajando en la construcción de la paz como lo hemos estado haciendo en todo momento y así vamos a seguir, tenemos muy claro el rumbo que tenemos que tomar, bajar el índice de delitos y en el estado ya hemos trabajado de manera muy fuerte en el tema de secuestros, vamos a trabajar en el tema de homicidios y aunque algunos se elijan como caciques o se quieran elegir como caciques en algunas regiones del estado, vamos a terminar rompiéndolo”.
Sólo basta leer entre líneas y entenderlo. Si antes del 8 de marzo, no regresa la Policía Municipal, ya no volverá hasta después de las elecciones. Con Igor Rojí de licencia, nada podrá hacer. Ni el resto de los ediles. Se peleó con el gobernador. Lo acusó con Olga Sánchez, le ha querido poner en contra al pueblo de Orizaba, a los empresarios. ¿A poco, el gober se va a quedar de brazos cruzados?
Dicen que en estos menesteres, se debe aprender a tragar sapos sin hacer gestos. Y aunque les guste o no, en Veracruz, el que gobierna “bien o mal o pésimo”, se llama Cuitláhuac García Jiménez.